Reducing Neonatal Mortality and Morbidity in Latin America
Transcrição
Reducing Neonatal Mortality and Morbidity in Latin America
1 Reducción de la mortalidad y morbilidad neonatal en América Latina y El Caribe UN CONSENSO ESTRATÉGICO INTERAGENCIAL 37 Reducing neonatal mortality and morbidity in Latin America and The Caribbean AN INTERAGENCY STRATEGIC CONSENSUS 73 Redução da mortalidade e da morbidade neonatal na América Latina e Caribe UM CONSENSO ESTRATÉGICO INTERINSTITUCIONAL 109 Réduire la mortalité et la morbidité néonatale en Amérique Latine et dans Les Caraïbes UN CONSENSUS STRATÉGIQUE INTERAGENCES Esta publicación ha sido posible gracias al apoyo económico proporcionado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) División de América Latina según los términos estipulados en la subvención de ACCESS No. GHS-A-00-04-00002-00 y con apoyo económico proporcionado por USAID’s División de América Latina a la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) según los términos estipulados en la subvención No. LAC-G-00-04-00002-00 y con apoyo económico proporcionado por USAID’s División de América Latina según los términos estipulados en el contrato de BASICS No. GHA-I-00-04-0000200. Las opiniones expresadas en este documento pertenecen al Grupo de Trabajo Interagencial Regional para la Reducción de la Morbilidad y Mortalidad Neonatal y no reflejan necesariamente el punto de vista de USAID. Agradecimiento Esta publicación ha sido posible gracias al apoyo de todas las agencias miembros del Grupo de Trabajo Interagencial Regional para la Reducción de la Morbilidad y Mortalidad Neonatal. Incluyendo: la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Agencia de Los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), ACCESS, BASICS, CORE Group y la Iniciativa Salvando la Vida de las y los Recién Nacidos (SNL)/Save the Children/USA. Agradecemos a las siguientes personas del Grupo de Trabajo Interagencial: PAHO: UNICEF: USAID: ACCESS: BASICS: CORE Group: Save the Children: Yehuda Benguigui, Ricardo Fescina, Virginia Camacho Osvaldo Legón, Judith Standley, Nancy Terreri Peg Marshall Pat Daly, Maria Mayzel Indira Narayanan, Diana Silimperi, Goldy Mazia Lynette Walker, Lisa Bowen (Plan USA), Alfonso Rosales (CCF) Bertha Pooley, Elizabeth Bocaletti (ACCESS/SNL) Agradecemos a los funcionarios de los Ministerios de Salud de los siguientes países que contribuyeron al desarrollo del Consenso Estratégico Interagencial de Reducción de la Mortalidad y Morbilidad Neonatal en América Latina y el Caribe: Bolivia Brasil Colombia Cuba Ecuador El Salvador Guatemala Guyana Haití Honduras Nicaragua Paraguay Perú República Dominicana Venezuela Esta publicación fue impresa en los talleres gráficos de Serviprensa, S.A. Guatemala, marzo de 2007. Fotos de portada: Save the Children, Michael Biseglie, Aldo Cardoso - OPS Para la elaboración de este documento se contó con la contribución de los participantes al Taller Regional: Promoviendo la Salud Neonatal en Latino América y el Caribe, así como valiosos aportes de otros profesionales, dentro de ellos: Abraham Salinas Alejandra Villafuerte Alejandro Silva Alfonso Rosales Ana Cecilia Sucupira Ana Garces Ana Maria Cavalcante e Silva Andrés Morilla Guzmán Ángel Coca Annie Portela Bertha Pooley Betzabe Butron Byron Arana González Carlos Gril Carlos Parr Carlos Quan Cecilia Santana Chantal Baril Targete Consuelo Mendoza Daniel Frade David Shanklin Dilberth Cordero Elizabeth Bocaletti Eric Baranick Fernando Amado Fidel Arévalo Gerardo Cabrera-Meza Gerardo Martínez Gina Tambini Guillermo Frías Héctor Pereyra Indira Narayanan Isabel Chaw Ortega Ivonne Gómez Pasquier Janice Woolford Javier Espindola Jean-Claude Beneche Jorge Roberto Cruz González José Luis Díaz Rossello Juan Carlos Reyes Judith Standley Lenin León Lisa Bowen Luis Amándola Luis Codina OPS, residente, programa Fulbright PROCOSI, Bolivia Ministerio de Salud, Guatemala CORE group, regional Ministerio de Salud, Brasil Consultora, Guatemala Secretaria de Salud, Brasil Grupo nacional de neonatología, Cuba USAID, Honduras OMS, global ACCESS /Save the Children, Bolivia OPS, CLAP/SMR, regional Asociación de Perinatologia, Guatemala OPS, Haití Intervida, El Salvador URC, Guatemala Ministerio de Salud, Cuba Hospital Universitario, Haití Ministerio de Salud, Republica Dominicana OPS, Guatemala USAID, Bolivia BASICS, regional ACCESS / Save the Children, regional Cruz Roja, regional OPS, Bolivia USAID, Guatemala Hospital de Niños de Texas, regional OPS, CLAP/SMR, regional OPS, regional CARE, Perú Pathfinder, Perú BASICS, global Ministerio de Salud, Perú Proyecto Garantía de Calidad, Nicaragua Ministerio de Salud, Guyana OPS, Paraguay Hospital Dame-Marie, Haiti Ministerio de Salud, El Salvador OPS, CLAP/SMR, regional Ministerio de Salud, Guatemala UNICEF, global Hospital Isidro Ayora, Ecuador CORE group/Plan, global OPS, Honduras OPS, Ecuador Luis Ricardo Henríquez Luis Seoane Luz Elena Monsalve Lydia Fraser Magda Palacios Marcia Ramírez Maria del Pilar Rodríguez Mariano Cáceres Mario Tavera Maritza Romero Martha Mejia Melanie Swan Mercedes Portillo Miguel Guevara Mohammed Hamid Naomi Brill Nelson Arns Nelson Diniz de Oliveira Odalys Rodríguez Oscar Gonzales Oscar Merlo Faella Oscar Suriel Osvaldo Legón Pat Daly Patric Delorme Pedro Marte Peg Marshall Pushpa Panadam Quintín Hernández Rachel Kaufman Rajiv Bahl Ramiro Rojas Arispe Rejane Silva Cavalcante Ricardo Fescina Reynaldo Aguilar Roberto Cisneros Roberto Zea López Rolando Cerezo Rolando Figueroa Soledad Pérez Sonia Noriega Virginia Camacho Victoria Vivas de Alvarado Walter Torres Yehuda Benguigui Sociedad Pediátrica, El Salvador OPS, Guyana Ministerio de Salud, Colombia Cruz Roja, Guyana OPS, Colombia Ministerio de Salud, Bolivia UNICEF, Colombia Ministerio de Salud, Nicaragua UNICEF, Perú OPS, El Salvador OPS, Bolivia Plan, regional Ministerio de Salud, Paraguay Ministerio de Salud, Nicaragua UNICEF, Guyana BASICS, global Pastoral de Crianza, Brasil Escuela Superior de Ciencias de la Salud, Brasil UNICEF, Cuba PROCOSI, Bolivia Hospital Nacional Itaugua, Paraguay OPS, Republica Dominicana UNICEF, TACRO, regional ACCESS, global UNICEF, Haití Hospital Materno, Republica Dominicana USAID LAC bureau, global La Liga de la Lecha, Paraguay Ministerio de Salud, Honduras OPS, regional OMS, global Neonatólogo, Bolivia Facultad de Medicina UEPA, Brasil OPS, CLAP/SMR, regional OPS, Nicaragua CARITAS, Nicaragua Plan, Guatemala OPS, Guatemala CRS, regional OPS, Venezuela UNICEF, Venezuela OPS, CLAP/SMR, regional Manoff Group, Bolivia Ministerio de Salud, Ecuador OPS, regional REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Reducción de la Mortalidad y Morbilidad Neonatal en América Latina y el Caribe UN CONSENSO ESTRATÉGICO INTERINSTITUCIONAL Índice Abreviaturas Resumen 1. Introducción 2. Contexto e iniciativas de apoyo 2.1 Estrategias mundiales 2.2 Estrategias regionales 2.3 Mortalidad neonatal en América Latina y el Caribe 2.4 Causas de la mortalidad neonatal 2.5 Factores maternos que afectan la salud neonatal 3. Lecciones aprendidas y el contexto de América Latina y el Caribe 3.1 Reforma de los sistemas sanitarios 3.2 Proceso continuo de atención 3.3 Prestación de atención médica al recién nacido 3.4 Atención y acceso a la asistencia calificada del parto 3.5 Atención comunitaria 3.6 Atención integrada a las enfermedades prevalentes de la infancia 3.7 Inmunización 3.8 Micronutrientes 3.9 Lactancia materna 3.10 Transmisión maternoinfantil del Virus de Inmunodeficiencia Adquirida 3.11 Vigilancia 4. Estrategia regional interinstitucional para reducir la mortalidad neonatal A. Crear un entorno favorable para la promoción de la salud neonatal B. Fortalecer los sistemas de salud para mejorar el acceso a los servicios de salud para la madre, el recién nacido y el niño C. Promover las intervenciones comunitarias D. Desarrollar y fortalecer los sistemas de monitoreo y evaluación 5. Implicaciones financieras 6. Próximos pasos Apéndice 1 Apéndice 2 Referencias 2 3 5 7 7 7 9 9 10 11 11 11 12 14 15 15 16 16 16 17 17 18 18 20 25 27 30 31 32 33 34 1 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Abreviaturas USAID AIEPI ALC COE CONE CDC Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional Atención integrada a las enfermedades prevalentes de la infancia América Latina y el Caribe Cuidado Obstétrico Esencial Cuidado Obstétrico y Neonatal Esencial Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos MADLAC Monitoreo del apoyo directo a la lactancia materna ODM Objetivos de Desarrollo del Milenio OMS Organización Mundial de la Salud ONG Organización no gubernamental OPS Organización Panamericana de la Salud PTVMN Prevención de la transmisión vertical madre niño de VIH/SIDA TAR Tratamiento antiretroviral TMI Tasa de mortalidad infantil TVMN de VIH/SIDA Transmisión vertical de madre niño de VIH/SIDA TMN Tasa de mortalidad neonatal UNICEF Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia VIH-SIDA Virus de la inmunodeficiencia humana/ Síndrome de inmunodeficiencia adquirida 2 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Resumen La mortalidad neonatal es uno de los factores que contribuyen en mayor medida a la mortalidad en la niñez en la región de América Latina y el Caribe (ALC) y constituye un obstáculo al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Se calcula que la mortalidad neonatal en ALC es 15 por 1,000 nacidos vivos. La mortalidad neonatal representa alrededor del 60% de las defunciones de los menores de 1 año y 36% de la mortalidad entre niños menores de 5 años. Cada año nacen cerca de 12.000,000 de niños y niñas en ALC y cada año mueren 400.000 de ellos antes de los cinco años de edad, 270,000 antes de un año de edad y de estos últimos, 180,000 fallecen durante su primer mes de vida. Estas muertes son en su mayoría prevenibles a través de intervenciones costo efectivas y basadas en la evidencia. Si bien las tasas de mortalidad infantil han venido disminuyendo en la región, las tendencias de la mortalidad neonatal han permanecido prácticamente inalteradas durante los diez últimos años. Este estancamiento se debe, en parte, a la falta de programas dirigidos específicamente a los recién nacidos; el énfasis ha recaído más bien en los menores de un año y los niños menores de 5 años. Entre las causas de la mortalidad neonatal en ALC se incluye las infecciones, la asfixia, la prematuridad y las malformaciones congénitas. Aunque algunas son causas directas, otras, como en la mayoría de los casos de bebés nacidos prematuramente y con bajo peso al nacer, pueden constituir factores predisponentes. Pero existen otros factores fundamentales que contribuyen también a una salud neonatal deficiente, a saber, las desigualdades en el acceso a la atención de salud, el bajo porcentaje de nacimientos atendidos por personal capacitado y una salud materna precaria. Esta estrategia regional para la reducción de la mortalidad y morbilidad neonatal es la culminación de un esfuerzo colaborativo que empezó el Día Mundial de la Salud de 2005 y que ha contado con la participación de muchos países latinoamericanos, así como con el apoyo del Grupo de Trabajo Interinstitucional, que está integrado por representantes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y las organizaciones ACCESS, BASICS, CORE y Save the Children/Saving Newborn Lives (SNL). La finalidad de la estrategia es dar a conocer y promover las intervenciones basadas en la evidencia para la atención al recién nacido en las comunidades y en los servicios de salud, haciendo hincapié en los grupos de población más vulnerables y marginados. Esta estrategia reconoce la estrecha relación que hay entre la salud materna y la salud neonatal y la impor- 3 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE a través de programas; 3) mejorar la capacidad de resolución y la calidad de los servicios de salud mediante el fortalecimiento de la atención primaria de salud y los niveles de referencia; 4) proporcionar una atención de salud eficaz, integrada y culturalmente apropiada; 5) actualizar y fortalecer las competencias de la fuerza laboral de salud; 6) promover intervenciones para empoderar a las personas, familias y comunidades, y 7) formular un sistema de vigilancia, seguimiento y evaluación para evaluar el progreso. Sdenka Cespedes tancia de las intervenciones dirigidas a reducir la mortalidad materna que coadyuvan a disminuir la mortalidad neonatal y mejoran la salud del recién nacido. A partir de las lecciones aprendidas, la estrategia propuesta se centra en intervenciones integrales basadas en la evidencia para: 1) crear un ambiente favorable para la elaboración y promoción de políticas públicas eficaces a todos los niveles, usando el enfoque del continuo de atención de la salud de la madre, el recién nacido y el niño, dando mayor énfasis a los recién nacidos y haciendo hincapié en la comunidad; 2) establecer nexos Llevar al bebe a su control en los primeros tres días de vida 4 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 1. Introducción El nacimiento de un niño es un acontecimiento que merece celebrarse con alegría. Sin embargo, no ocurre así para miles de familias pobres de América Latina y el Caribe (ALC), donde una nueva vida concluye a menudo demasiado temprano o se ve agobiada por problemas de salud. La región de ALC registra un grado considerable de inequidad entre países y dentro de los mismos. Las poblaciones urbanas y rurales pobres, los pueblos indígenas y los descendientes de africanos tienen tasas de alfabetización inferiores, un acceso menor a infraestructura básica y una cobertura insuficiente en cuanto a servicios sanitarios esenciales para la madre, el recién nacido y el niño. Estas inequidades a menudo se agudizan en las poblaciones marginadas que pertenecen a más de uno de estos grupos. Por ejemplo, en Bolivia y Guatemala, casi la mitad de la población pobre es indígena, mientras que en Brasil, los afrodescendientes representan la mitad de la población pobre del país.1 Aunque la Región ha avanzado a grandes pasos en la reducción de la mortalidad entre menores de un año y menores de 5 años, la elevada tasa de mortalidad de recién nacidos en muchos países de ALC no ha mejorado al grado esperado.2, 3 Por ejemplo, la tasa de mortalidad neonatal (TMN) en Bolivia descendió 34% entre 1994 y 2003, pero sigue siendo una de las más altas de la Región.4 En Haití, la TMN ha disminuido sólo 19%, y se mantiene alta, con 32 defunciones por 1,000 nacidos vivos.5 La estrategia regional sobre recién nacidos es la culminación de un proceso colaborativo que empezó en abril de 2005 durante un taller del Día Mundial de la Salud en Washington, DC. El taller, en el cual se analizaron las maneras de mejorar la salud de los recién nacidos, reunió a representantes de los ministerios de salud de 16 países (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay). Esta colaboración regional en curso cuenta con el apoyo del Grupo de Trabajo Interinstitucional, que está integrado por representantes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), y las organizaciones ACCESS, BASICS, CORE y Save the Children /Saving Newborn Lives (SNL). La finalidad de la estrategia de América Latina y el Caribe para reducir la mortalidad y morbilidad neonatal es promover las intervenciones basadas en la evidencia para la atención del recién nacido en las comunidades y en los servicios de salud, con un énfasis en los grupos de población más vulnerables y marginados. Dado que las intervenciones dirigidas a reducir la mortalidad materna también disminu- 5 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE esfuerzos a fin de mejorar la salud del recién nacido. Igualmente, se brinda orientación a las organizaciones comunitarias, las organizaciones no gubernamentales, las sociedades científicas y los donantes que deseen sumarse a los esfuerzos regionales por mejorar la salud de la madre y el recién nacido. Christian Lombardi yen la mortalidad neonatal y mejoran la salud del recién nacido, la estrategia aprovecha la estrecha relación entre la salud del recién nacido y la de la madre. Con este documento se busca brindar orientación a las instancias normativas y a las autoridades sanitarias para establecer prioridades, movilizar recursos y coordinar Darle al bebe lactancia materna en la primera hora de vida y exclusivamente 6 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 2. Contexto e iniciativas de apoyo 2.1 Estrategias mundiales Desde la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas en 2000, la comunidad internacional ha elevado a niveles sin precedentes su compromiso con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) mediante su apoyo a iniciativas internacionales, nacionales y locales dirigidas a reducir la mortalidad y morbilidad de madres, recién nacidos y niños. El Objetivo de Desarrollo del Milenio número 4 (ODM-4) apunta a reducir en dos terceras partes la tasa de mortalidad de los niños menores de cinco años entre 1990 y 2015. El objetivo 5 (ODM-5) se propone reducir la tasa de mortalidad materna en tres cuartas partes durante el mismo período. El informe sobre la salud en el mundo 2005, ¡Cada madre y cada niño contarán!, se dio a conocer en ocasión de la celebración del Día Mundial de la Salud en Nueva Delhi, India, y en él se instó a adoptar un nuevo criterio para salvar las vidas de madres, recién nacidos y niños.6 El informe es un estudio sobre los obstáculos a los que se enfrentan tanto las madres como sus hijos antes y durante el embarazo, así como durante y después del parto. En dicho informe se presta especial atención a los recién nacidos, cuyas necesidades específicas no se han abordado adecuadamente con la separación de los programas de salud materno infantil. Tras la celebración del Día Mundial de la Salud 2005, “The Partership”, la Alianza Mundial para la Salud de la Madre, el Recién Nacido y el Niño convocó a un foro que reunió a importantes funcionarios de la salud, organismos internacionales, socios para el desarrollo y grupos de la sociedad civil. El resultado de la reunión fue la Declaración de Nueva Delhi, en la cual los participantes afirmaron su compromiso con la salud de la madre, el recién nacido y el niño. La Alianza Mundial, lanzada oficialmente en septiembre de 2005, marcó un hito en el creciente énfasis mundial en la salud de las mujeres, los recién nacidos y los niños. El objetivo de esta alianza es coordinar e intensificar las acciones en los ámbitos nacional, regional y mundial en respaldo a los ODM 4 y 5 y salvar las vidas de millones de mujeres y niños mediante la ampliación del acceso a intervenciones costo efectivas, probadas y accesibles. 2.2 Estrategias regionales A pesar de los numerosos retos encarados, la región de América Latina y el Caribe ha progresado significativamente en el mejoramiento de la salud materno infantil; sin 7 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE embargo, este progreso ha sido desigual. La estrategia regional para la reducción de la mortalidad y la morbilidad maternas, que comenzara en 2002, promueve la implantación de intervenciones clave para la reducción de la morbilidad y la mortalidad de la madre.7 Las estrategias e intervenciones para reducir la mortalidad materna disminuirán la mortalidad neonatal y mejorarán la salud del recién nacido de forma considerable. Los gobiernos nacionales de América Latina y el Caribe manifestaron su apoyo a los ODM 4 y 5 –reducir la mortalidad materna y la mortalidad de los niños menores de 5 años– en la declaración de la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas de septiembre de 2000.8 Para ayudar a corregir la inequidad generalizada en la Región, los ministerios de salud de la región con el apoyo de la OPS/ OMS, en colaboración con sus socios, están trabajando para lograr la cobertura universal de las intervenciones en salud de la madre, el recién nacido y el niño.9 El ODM-4, que persigue la reducción de dos tercios de la mortalidad en la niñez, sólo puede lograrse en la Región si se alcanza una reducción significativa (aproximadamente 50%) de la mortalidad neonatal. Los estudios revelan que es posible reducir la mortalidad en la niñez si se mejora la salud neonatal mediante intervenciones sencillas, accesibles y basadas en la evidencia.10 Para que los países de ALC logren reducir la mortalidad de niños y recién nacidos mediante estas intervenciones conocidas, deben corregirse las graves inequidades del acceso a los servicios de salud en la Región. Aunque ha habido progreso, la mayoría de los programas de salud materno infantil en ALC se ocupan de las madres, los recién nacidos 8 y los niños, pero tienen poco que ver con el recién nacido. Sin embargo, varios países como Brasil, Chile, Cuba, República Dominicana y Uruguay, han creado un cargo nacional para un coordinador de atención neonatal adscrito a sus unidades de salud del niño y desarrollado un paquete específico de intervenciones de salud del recién nacido. Muchos países de ALC están reformando sus sistemas sanitarios para aumentar el acceso a la atención de salud para los niños menores de 5 años. Durante el último decenio, Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Guatemala, Perú y República Dominicana han promulgado programas para mejorar el acceso a los servicios materno infantiles. El Programa de Salud Familiar de Brasil (PSF) asegura la puesta en práctica de una serie de programas sanitarios, como el Programa de salud del niño y el Pacto nacional para la reducción de la mortalidad materna e infantil. Estos programas procuran reducir las tasas de mortalidad materna e infantil en 15% para 2006 y en 75% para 2015. El Programa para la humanización de la atención prenatal y el parto del Ministerio de Salud del Brasil, busca mejorar el acceso, la cobertura y la calidad de la atención prenatal, del parto, el posparto y al recién nacido.11 En Bolivia, el gobierno nacional ha puesto en marcha una serie de programas de aseguramiento desde 1996 para aumentar el acceso a los servicios de salud para madres, recién nacidos y niños. Actualmente, el Seguro Universal Materno Infantil (SUMI) tiene como objetivo reducir la mortalidad materna y la mortalidad de menores de 5 años. La meta del programa es mejorar y aumentar la utilización de los servicios materno infantiles mediante la reducción de las barreras económicas. El Programa de maternidad gratuita del Ecuador, producto REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE de la Ley Nacional sobre Atención de Salud Gratuita para Madres y Niños, es otro buen ejemplo para mejorar un mayor acceso y utilización de los servicios materno infantiles. 2.3 Mortalidad neonatal en ALC Cada año nacen casi 12.000,000 de niños en la región de ALC. Cada año, 400,000 niños mueren antes de llegar a los 5 años de edad, 270,000 antes de cumplir un año, y de estos últimos, 180,000 mueren en su primer mes de vida.12 Se calcula que la mortalidad neonatal (definida como la muerte en los primeros 28 días de vida13) en ALC es 15 por 1,000 nacidos vivos, con cifras que oscilan entre 14 (América del Sur) y 19 (el Caribe) por 1,000 nacidos vivos.14 La tasa de mortinatos de la Región se aproxima a la tasa de mortalidad neonatal.15, 16 Esta última representa alrededor del 60% de las defunciones de menores de un año y 36% de la mortalidad de menores de 5 años; la mayoría de estas defunciones son prevenibles.17, 18, 19, 20 Las tasas de mortalidad más altas se registran en Haití, Bolivia y Guatemala, donde alcanzan niveles entre cinco y seis veces mayores que en los países con las tasas de mortalidad más bajas, como Chile, Costa Rica, Cuba y Uruguay.21 Aunque las proporciones exactas varían en cada país, los cálculos indican que, especialmente en países donde la tasa de mortalidad infantil (TMI) no es extremadamente alta, cerca de dos terceras partes de las defunciones de recién nacidos tienen lugar en el primer mes de vida. De estas muertes, dos tercios o más ocurren durante la primera semana de vida, y de estos dos tercios, casi dos terceras partes se presentan en las primeras 24 horas.22, 23 Si bien las tasas de mortalidad infantil han venido disminuyendo en la Región, las tendencias de la mortalidad neonatal han permanecido prácticamente inalteradas durante los diez últimos años. Este estancamiento se debe, en parte, a la falta de programas dirigidos específicamente a los recién nacidos; el énfasis ha recaído más bien en los menores de un año lactantes y los niños menores de 5 años. Pero existen otros factores fundamentales que contribuyen también a una salud neonatal deficiente, a saber, las desigualdades en el acceso a la atención de salud y una salud materna precaria deficiente. 2.4 Causas de la mortalidad neonatal Entre las causas de la mortalidad neonatal en América Latina y el Caribe de 2004 se incluyen: las infecciones (32%), la asfixia (29%), la prematuridad (24%), las malformaciones congénitas (10%) y otras (5%).24 Aunque algunas son causas directas, otras, como en la mayoría de los casos de recién nacidos prematuros y de bajo peso al nacer, pueden constituirse en factores predisponentes. La OPS/OMS calcula que aproximadamente 9% de los recién nacidos en ALC tiene bajo peso al nacer (menos de 2,500 gramos al nacer).25 El bajo peso al nacer está estrechamente vinculado a una mayor morbilidad neonatal, y se calcula que entre 40% y 80% de las defunciones durante el período neonatal está asociado con este problema.26 Un factor que dificulta la identificación correcta de los bebés de bajo peso al nacer es que los niños nacidos en los hogares a menudo no son pesados. La proporción de las defunciones debidas supuestamente a la prematuridad debe evaluarse con mayor detenimiento. La prematuridad 9 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE propiamente dicha es la causa primaria de muerte en tan sólo un número limitado de recién nacidos prematuros en situación extrema. La mayoría muere de complicaciones como sepsis neonatal, que puede contraerse en el hogar o en el hospital, problemas respiratorios y asfixia perinatal.27 Resulta particularmente difícil hacer un diagnóstico correcto de prematuridad, sobre todo al nivel de la comunidad y en centros más periféricos donde la identificación de la edad gestacional es con frecuencia inexacta. Sin embargo, no cabe duda de que el bajo peso al nacer y la prematuridad son factores muy importantes que predisponen a la morbilidad y la mortalidad y que, por lo tanto, deben atenderse, en particular por su relación con la salud materna. Aunque lo ideal es la prevención (y las causas se conocen y pueden evitarse), este aspecto sigue planteando problemas. En consecuencia, es fundamental mejorar la salud materna y la calidad del control prenatal, así como el manejo de estos niños pequeños, agregando métodos para una atención de apoyo al recién nacido, como el método de las “madres canguro” (contacto continuo de la piel de la madre con la piel del recién nacido prematuro), una atención especial para la prevención de infecciones y apoyo durante la lactancia materna, incluidos métodos alternativos de alimentación oral hasta poder establecer una lactancia materna plena. Factores socioeconómicos como la pobreza, una educación deficiente (especialmente en el caso de la madre), la falta de empoderamiento de las mujeres, un acceso limitado a los servicios de salud y algunasprácticas tradicionales nocivas constituyen otras causas indirectas de mortalidad neonatal. Los pobres de las zonas rurales y urbanas, otras comunidades marginadas y las poblaciones indígenas originarias y de 10 ascendencia africana presentan índices de mortalidad neonatal desproporcionadamente altos. 2.5 Factores maternos que afectan la salud neonatal El bienestar de un recién nacido depende en gran medida de la salud de la madre. El riesgo de muerte de una madre en América Latina y el Caribe es de 1 por cada 130. En cambio, en países más desarrollados, como Canadá, esta relación es de 1 por cada 7,750.28 En los países en desarrollo, la muerte de la madre durante el parto puede conducir a la muerte del recién nacido. Entre los factores maternos que afectan a la salud neonatal figuran la desnutrición materna, la edad de la madre (menor de 18 años o mayor de 35 años), haber tenido más de 5 partos, un intervalo breve entre nacimientos (menos de tres años entre los embarazos), hemorragia durante el tercer trimestre y complicaciones de parto (trabajo de parto prolongado u obstruido). Otros factores que afectan la supervivencia de los recién nacidos son las infecciones maternas, como las de transmisión sexual (por ejemplo, la infección por el VIH/sida y la sífilis) y otras como la infección de las vías urinarias y la malaria. Un bajo nivel educativo de la madre, un régimen alimentario deficiente, recursos limitados y un acceso inadecuado a los servicios de salud, una atención deficiente durante el trabajo de parto, el parto y el posparto, así como pocas posibilidades para tomar sus propias decisiones, son también factores importantes. La anemia de células falciformes es un trastorno genético presente en el 5% de las poblaciones, principalmente entre las de ascendencia africana, que puede prevenirse mediante programas de evaluación y orientación genética para las mujeres. REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 3. Lecciones aprendidas en el contexto de ALC En los últimos años se han producido varios documentos sobre intervenciones accesibles basadas en la evidencia dirigidas a mejorar la salud del recién nacido. Las intervenciones más importantes se han resumido en una reciente serie de la revista médica The Lancet sobre la supervivencia del recién nacido29, 30. Algunas de estas intervenciones son aplicables a niveles específicos, como en el servicio de salud o en la comunidad, y algunas en ambos. Se cuenta con listas completas de estas intervenciones que los países pueden examinar y adaptar a sus requisitos locales.31, 32, 33 3.1 Reforma de los sistemas de salud Otros países están aplicando estrategias de extensión de cobertura como brigadas móviles, farmacias comunitarias y redes de agentes comunitarios de salud (Guatemala, Bolivia, Nicaragua, entre otros). Debido a la estrecha relación entre la salud de la madre y la salud del recién nacido, el cuidado obstétrico esencial (COE) se ha ampliado para incluir la atención neonatal esencial (Honduras, Perú y Paraguay, entre otros) e integrar las necesidades de personal capacitado, insumos, suministros, equipos, apoyo comunitario y procesos de referencia en red. Muchos países de ALC están reformando sus sistemas sanitarios para aumentar el acceso y el uso de servicios de atención de salud de calidad. Una de las barreras al acceso en muchos países son las tarifas que deben pagar los usuarios para poder utilizar los servicios básicos de salud materna y neonatal; esto es un problema particularmente grave para los pobres y las poblaciones más vulnerables. Existe además una falta de modelos culturalmente apropiados de atención, estrategias de extensión para superar las barreras geográficas y una escasez de servicios de salud de calidad. 3.2 Enfoque del continuo de atención Para poder hacer frente a los obstáculos financieros, culturales y estructurales a la atención de salud para mujeres y niños, algunos países de la Región han puesto en marcha procesos adecuados de reforma para mejorar el acceso a servicios de salud materno infantil de calidad. Estas reformas se centran en programas de atención continua a la salud de las mujeres y niños (Brasil), iniciativas nacionales para un seguro de salud materno infantil (Bolivia) y programas de maternidad gratuita (Ecuador). Tratar el tema de la salud del recién nacido en el contexto de la salud materna, neonatal y del niño constituye un cambio fundamental de la prestación fragmentada de servicios a un enfoque holístico e integrado. Este enfoque del “continuo de atención” satisface las necesidades de salud de las madres y sus hijos durante el período de preconcepción, durante el embarazo, el parto y en la etapa posnatal, por lo que requiere de coordinación entre el hogar, la comunidad y los servicios de salud 11 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE donde las mujeres y los niños pueden recibir esa atención. A nivel mundial, el enfoque del continuo de la atención ha sido adoptado por la OMS y la Alianza Mundial para la Salud de la Madre, el Recién Nacido y el Niño como un medio esencial para la supervivencia y el bienestar de las madres y los recién nacidos. El recién nacido no puede atenderse en forma separada de la madre, y su supervivencia es responsabilidad del profesional calificado que atiende, tanto a la madre como al niño, durante las horas críticas que siguen al nacimiento, o un agente sanitario bien capacitado, cuando no se cuenta con personal calificado.34 La evidencia indica que la primera semana de vida es la más vulnerable en cuanto al riesgo de mortalidad neonatal y que las primeras 24 horas de vida pueden determinar la supervivencia de un niño. En países donde la TMI no es extremadamente alta, cerca de dos terceras partes de las defunciones de recién nacidos ocurren durante el primer mes de vida. La integración de las intervenciones de salud en el hogar con el establecimiento de salud es esencial para hacer frente a las defunciones durante el período neonatal, dado que muchos nacimientos ocurren en el hogar y los bebés nacidos en los servicios sanitarios a menudo son dados de alta temprano. A fin de mantener a los recién nacidos saludables, es importante brindarles apoyo con una lactancia materna inmediata y exclusiva, mantener al recién nacido abrigado, retardar el primer baño del bebé, atender las asfixias, prevenir las infecciones, prestar una atención especial a los bebés de bajo peso al nacer y atender al recién nacido enfermo. Un gran número de factores socioculturales influyen en la atención de la madre y el recién nacido en el hogar y en 12 los servicios de salud. La comunicación, la movilización de la comunidad y las estrategias de empoderamiento de la mujer son elementos necesarios para promover comportamientos saludables relacionados con la atención preventiva básica y motivar la búsqueda de atención apropiada. A pesar de los esfuerzos de promoción de la salud y la prevención de enfermedades, los niños podrían desarrollar problemas de salud que obliguen a la familia a buscar atención con un proveedor calificado. Estos posibles problemas de salud dan lugar a una alta demanda de servicios de salud de parte de la comunidad, y esta necesidad compartida de servicios de tratamiento puede ayudar a movilizar a la comunidad para que insista en una mejor prestación de servicios. Para contribuir a los esfuerzos de movilización comunitaria, se requiere de un empoderamiento y una participación verdaderos, incluida la participación de la comunidad en la planificación de programas de salud para la madre y el recién nacido y en la formulación de las estrategias de comunicación. El contar con personal calificado con aptitudes interpersonales e interculturales buenas y el uso eficaz de métodos populares de comunicación articulados a los medios masivos de comunicación son factores que pueden ayudar a promover prácticas saludables en el hogar y fomentar la búsqueda de atención de salud apropiada, lo cual puede llevar a la reducción de la mortalidad neonatal. 3.3 Atención calificada al recién nacido Los países tienen diferentes vías para formar personal calificado. Por ejemplo, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Argentina, REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Estados Unidos y Canadá ofrecen programas universitarios de partería que duran entre cuatro y cinco años. Además, estos países tienen programas de capacitación en enfermería y otros brindan una especialización para enfermeras en partería. El Caribe de habla inglesa, Jamaica, Trinidad y Tobago y Guyana han tomado medidas especiales para seguir ofreciendo programas de estudio de partería directamente. Estos programas incluyen la capacitación para la atención de la madre y el niño en los establecimientos de salud y algunos se basan en el enfoque del continuo de atención. Se ha demostrado que la disponibilidad de obstetrices y enfermeras calificadas para atender partos y a los recién nacidos, es un factor fundamental para reducir la mortalidad neonatal. Sin embargo, muchos países de ALC todavía no tienen programas para capacitar a enfermeras profesionales como obstetrices (por ejemplo, Guatemala y Bolivia). Si en algunos países no resulta adecuada la atención durante el parto, la atención durante el post parto plantea retos aún mayores. Por ejemplo, según datos recientes del Perú, 3 de cada 10 mujeres dieron a luz en su hogar y más de la mitad de estos partos (54%) no recibieron ninguna atención posnatal.35 En Bolivia, sólo 25% de las todas las mujeres que tuvieron un bebé recibieron atención posnatal.36 El no recibir atención después del parto representa una situación de alto riesgo, ya que una elevada incidencia de las complicaciones ocurren en el período posparto, tanto en el caso de la madre como en el del recién nacido. El problema quizá resida no sólo en una calidad inadecuada de atención, sino también en una sincronización inapropiada de las visitas de salud. Por lo general, se pide a las madres que regresen con sus bebés al centro de salud entre cuatro y seis semanas después del nacimiento, aunque en algunos países esta visita debe hacerse antes. Sin embargo, con este plan no se cubre la etapa crítica del período temprano de posparto, que es la primera semana de vida, cuando tienen lugar la mayoría de las defunciones maternas y de recién nacidos. Las madres y sus bebés son a menudo dados de alta de los hospitales y establecimientos sanitarios entre seis y doce horas después del parto, cuando la probabilidad de que se presente una complicación potencialmente mortal es todavía alta. Es esencial que las madres y los recién nacidos reciban atención posnatal temprana, en los tres primeros días de parto, ya sea en un centro de salud o en el hogar, para prevenir o atender los problemas que pudieran presentarse durante este tiempo de vulnerabilidad. En términos generales, no se cuenta con normas y protocolos de atención de los bebés en alto riesgo, como los nacidos prematuros y/o con bajo peso al nacer o los bebés que fueron reanimados. En algunos países de ALC, las prácticas culturales relacionadas con el parto y el postparto tienden a mantener a las madres y los bebés aislados dentro de sus hogares durante períodos de hasta seis semanas. La falta de autonomía de las mujeres, la falta de conciencia sobre las necesidades de las madres y los recién nacidos, las dificultades de transporte y la calidad deficiente de la atención en algunos servicios de salud constituyen barreras adicionales a la utilización de los servicios sanitarios. Las tasas de mortalidad neonatal son más altas en países donde los partos ocurren principal- 13 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE mente en el hogar. La mayor proporción de partos a domicilio, según se observa en las encuestas de demografía y salud, se encuentra en Haití (77%), Guatemala (60%), Honduras (44%), Bolivia (40%) y Nicaragua (33%).37 Estos nacimientos son a menudo atendidos por una partera tradicional o, en el caso de algunas comunidades, únicamente por un miembro de la familia. Lamentablemente, excepto en países donde la TMN ha disminuido considerablemente, incluso los cuidados esenciales al recién nacido son inadecuados, sobre todo en centros periféricos o de primer nivel, donde puede no haber prevención de infecciones y atención de la asfixia. Uno de los problemas, aun en los hospitales más grandes, es la aparición de septicemias nosocomiales que pueden contribuir significativamente a la mortalidad y morbilidad neonatales. Países como Paraguay y Bolivia han ampliado el cuidado obstétrico esencial para incluir la atención neonatal esencial, en lo que se denomina la “cuidados obstétricos y neonatales esenciales (CONE)”. Este modelo ampliado de atención incluye vigilar la temperatura corporal del recién nacido y tratamiento específico de la asfixia y con antibióticos para la sepsis neonatal, entre otros componentes. La implementación del cuidado obstétrico y neonatales requieren de personal capacitado, suministros y equipos necesarios, el apoyo de las comunidades y, donde sea necesario, un plan de emergencia para la referencia a un centro con servicios con mayor capacidad de resolución para el cuidado obstétrico y neonatal esencial. En el apéndice 2 figuran los componentes del cuidado obstétrico y neonatal básicos e integrales, los cuales deben aplicarse según su viabilidad. 14 En cuanto al resto del mundo, se ha documentado sobre la aplicación exitosa de otros modelos de atención al recién nacido. Es importante aprender de las experiencias de otros países y determinar cuáles de ellas pueden adaptarse a la región de ALC. En Asia se implementó el proyecto de SEARCH a cargo de agentes comunitarios de salud que aunaron esfuerzos con las parteras tradicionales; el programa contemplaba la atención a domicilio para el recién nacido, con atención preventiva y curativa para tratar principalmente la asfixia perinatal y la sepsis neonatal. Esta última se controlaba con antibióticos orales e inyectables. La mortalidad neonatal disminuyó 62% en un período de tres años.38, 39 3.4 Atención y acceso a la asistencia calificada del parto El acceso a una atención calificada del parto es bajo en muchas zonas de la Región donde se registran las tasas más altas de mortalidad y morbilidad maternas y neonatales. En promedio, 79% de los partos en ALC ocurren en establecimientos [ver el apéndice 1], aunque se observan grandes variaciones entre y dentro de los países. En las zonas rurales, el acceso a personal calificado, suministros, equipos operativos y servicios de referencia, es con frecuencia limitado. Además, una proporción significativa de los nacimientos rurales puede estar a cargo de enfermeras auxiliares que no tienen las aptitudes de partería necesarias. Además, es posible que incluso el “personal calificado” no tengan siempre las competencias necesarias para resolver eficazmente los problemas que pudieran presentar, tanto la madre como el bebé. En aquellos países donde los bebés nacen principalmente en el hogar, las tasas de mortalidad neonatal son las más altas. REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 3.5 Atención comunitaria El proyecto WARMI de Bolivia, que permitió reducir la mortalidad perinatal (el período de cinco meses antes y un mes después del nacimiento) en casi 50% en las comunidades del proyecto, fue la base de cinco proyectos de atención neonatal comunitaria en la Región.40 Las intervenciones, que se detallan en los estudios de caso, se llevaron a cabo principalmente en las zonas periféricas y remotas que no eran de fácil acceso para los servicios de salud del gobierno. Organizaciones privadas de voluntarios y organizaciones no gubernamentales (ONG) como Save the Children/SNL en Bolivia y Guatemala, CARE en Perú y BASICS en El Salvador, cumplieron una importante función al proporcionar a estas comunidades intervenciones costo-eficientes, accesibles para reducir la mortalidad neonatal a nivel de la comunidad. Se observó que estas organizaciones se constituyen en puentes de coordinación útiles entre las comunidades, los proveedores de atención de salud y el gobierno. Entre los elementos operativos clave observados en los estudios de casos destacan la necesidad de múltiples roles y personal para diversas funciones; funciones específicas a cargo de los agentes comunitarios de salud y las parteras tradicionales, incluyendo el reforzar el rol técnico que los agentes comunitarios pueden cumplir en determinadas zonas; un paquete de cuidados esenciales para el recién nacido; reducir el tiempo de inicio de los programas de atención del recién nacido; reconocer y atender las diferentes necesidades de los entornos rurales y periurbanos; determinar y fomentar las maneras de mejorar la utilización de los servicios, y recurrir a alianzas para generar la sostenibilidad y replicar las experiencias exitosas.41 3.6 Atención integrada a las enfermedades prevalentes de la infancia La estrategia general de Atención Integrada a las Enfermedades Prevalentes de la Infancia (AIEPI) se dirige a los niños de edades comprendidas entre una semana y cinco años y su objetivo es reducir la mortalidad y la morbilidad en la niñez, mediante la combinación de un mejor manejo de las enfermedades comunes de la infancia con una nutrición e inmunización adecuadas. La estrategia comprende intervenciones para mejorar las aptitudes de los trabajadores de salud, el sistema de salud y las prácticas de la familia y la comunidad. El componente neonatal, formulado recientemente, incorpora la atención en la primera semana de vida, la cual se ha reconocido como un elemento crucial para lograr la reducción de la mortalidad infantil. La estrategia ha venido ejecutándose desde 2003 y se encuentra en distintos grados de desarrollo en Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana. En algunos casos, la estrategia se ha acompañado con la capacitación de trabajadores de salud a nivel institucional para la reanimación neonatal, en colaboración con la Academia Estadounidense de Pediatría, organizaciones no gubernamentales e instituciones sin fines de lucro. Además, se han incorporado a los programas de estudios de las escuelas de medicina componentes sobre recién nacidos en países como Bolivia, Guatemala y Honduras. La OPS ha apoyado la difusión de la estrategia ampliada de AIEPI en colaboración con los ministerios de salud, asociaciones profesionales 15 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE nacionales de pediatras, perinatólogos y neonatólogos y organizaciones comunitarias. El componente comunitario de la AIEPI neonatal se formuló originalmente en 2002 y se probó inicialmente en República Dominicana y Perú. Seguidamente se hicieron las adaptaciones necesarias a partir de las lecciones aprendidas. Con el apoyo de la OPS, UNICEF y ONG como SNL/Save the Children, este componente se ejecutó en Bolivia y Paraguay. Se espera que la experiencia acumulada con la aplicación de la estrategia AIEPI neonatal y las lecciones aprendidas permitan delinear las políticas y los programas neonatales de los países de ALC. mortalidad materna y para la salud perinatal, y cuando se le asocia con hemorragias antes y después del parto, mortinatos y bebés con bajo peso al nacer. La anemia está presente en el 40% de las mujeres embarazadas en ALC, varía entre algo más del 20% en Argentina, Chile, México y Uruguay, y más del 50% en Cuba y Perú, hasta 60% en algunas islas del Caribe.42 La insuficiencia de ácido fólico es un factor de riesgo de defectos del tubo neural en los recién nacidos, una malformación congénita devastadora que causa la muerte o discapacidad permanente. Las carencias de vitamina A y Zinc pueden contribuir a la sepsis neonatal al inhibir la respuesta fisiológica a las infecciones. 3.7 Inmunización 3.9 Lactancia materna Las inmunizaciones han contribuido considerablemente a la reducción de la mortalidad neonatal e infantil en toda ALC. Desde 1990, la mortalidad por sarampión, tétanos neonatal y meningitis bacteriana causada por Haemophilus influenzae se ha reducido en más del 95% con respecto a las cifras de 1990, mientras que la mortalidad causada por la tos ferina disminuyó en más del 80%. La inmunización también ha desempeñado un papel importante al reducir el tétanos neonatal, y la vacunación contra la rubéola ha contribuido a reducir la prevalencia del síndrome de rubéola congénita. 3.8 Micronutrientes Las carencias de micronutrientes son comunes en las mujeres en edad fértil. Muchas mujeres quedan embarazadas cuando su cuerpo no tiene las reservas adecuadas de micronutrientes y con deficiencias que podrían afectar seriamente tanto su salud, como la de su recién nacido. La anemia es un factor de riesgo reconocido de 16 La lactancia materna se reconoce como un factor clave en la salud del recién nacido y el menor de un año, especialmente la lactancia inmediata y exclusiva. Si bien se calcula en 90% el porcentaje de madres de ALC que amamantan a sus bebés, sólo 35% amamanta exclusivamente durante seis meses.43 Dar a los recién nacidos té u otros líquidos antes de darles leche materna o la introducción temprana de otros líquidos es una práctica perjudicial común en la Región. Se ha determinado que se mejoran los resultados de la lactancia materna con intervenciones especiales como mantener la madre y el bebé juntos después del nacimiento, el contacto piel a piel en la primera hora del nacimiento y el monitoreo de la lactancia (por ejemplo, MADLAC en Ecuador y El Salvador). En El Salvador, el Ministerio de Salud, con el apoyo de BASICS, ha ampliado la intervención a MADLAC PLUS para incluir otros componentes de atención esencial del recién nacido.44 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 3.10 Transmisión vertical de madre a niño del VIH/SIDA Desde principios de los años noventa, la epidemia del VIH se ha convertido en una grave amenaza para la supervivencia infantil en América Latina y el Caribe, debido principalmente a la transmisión vertical madre niño. En Brasil, unas 13,500 embarazadas fueron infectadas por el VIH en 2002. Además, entre 2000 y 2003, la incidencia anual del VIH/ SIDA entre los niños menores de 13 años aumentó 24% como resultado de esta forma de transmisión.45 En el Caribe, el CAREC de la OPS calculó que, solamente en 2002, nacieron entre 2,500 y 4,000 niños infectados por el VIH/SIDA. La prevención de la transmisión vertical madre niño del VIH/SIDA (PTVMN) constituye una intervención económica para reducir la infección entre los niños menores de 10 años. Esta estrategia integral de prevención incluye orientación y pruebas voluntarias para las embarazadas y referencia para el tratamiento antirretroviral en el caso de aquellas que resulten seropositivas en la prueba del VIH. Un control prenatal de calidad puede ser un punto de partida clave para la atención y tratamiento del VIH. Si se integra al control prenatal, la PTVMN puede prevenir al menos 50% de las infecciones por el VIH en los niños. Actualmente, varios países de América Latina y el Caribe ofrecen la PTVMN en 100% de sus servicios prenatales; sin embargo, existen amplias disparidades entre los países en cuanto a la cobertura de la PTVMN y el nivel de su integración en la atención primaria. De 21 países informantes, 60% tiene una cobertura inferior.46 El éxito de la PTVMN se ha documentado en la Región. Por ejemplo, Bahamas informó de una disminución de la incidencia de infección por el VIH entre niños menores de un año de 3 casos por 1,000 nacidos vivos en 1994 a 0 casos por 1,000 nacidos vivos en 2002.47 Otros países de ALC han notificado que han tenido cierto éxito en la detención de la propagación del VIH entre los niños y en el ofrecimiento de intervenciones de salud pública que puede ayudar a lograr generaciones sin VIH en las Américas para 2015.48 3.11 Vigilancia Varios países de ALC, como Brasil, El Salvador, Guatemala, Honduras, Paraguay y Perú, tienen sistemas de vigilancia de la mortalidad materna y han establecido comités de análisis de la mortalidad materna a nivel nacional y departamental. Países como Paraguay y Bolivia han integrado la mortalidad neonatal a estos sistemas, aunque aún no se ha dado inicio a la fase de ejecución. La Región confronta actualmente el desafío de mejorar el registro de las mortinatalidades y las defunciones de recién nacidos en los sistemas de registro oficial. En muchos países, un mortinato o un bebé recién nacido que muere no se considera una persona que debe registrarse oficialmente. La mayoría de los países de ALC no verifica sistemáticamente los indicadores usados para la recopilación de datos. El examen, análisis y uso a nivel local de la información recopilada para la toma de decisiones son también excesivamente inadecuados. 17 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 4. Estrategia regional interinstitucional para reducir la mortalidad neonatal ¿Qué puede hacerse para mejorar la salud del recién nacido? La mortalidad neonatal contribuye en una medida importante a la mortalidad en la niñez en ALC y es un obstáculo al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La mayoría de las muertes de recién nacidos es evitable, y se han llevado a cabo intervenciones eficaces que están bien documentadas. Los países tienen que definir estrategias y acciones clave para establecer, ejecutar, fortalecer y ampliar las intervenciones para promover la salud del recién nacido en el marco de la salud materno infantil. Deben llevarse a cabo y coordinarse actividades a distintos niveles. A partir de las lecciones aprendidas, la estrategia propuesta se centra en intervenciones integrales basadas en la evidencia para crear un ambiente favorable para la promoción y elaboración de políticas públicas eficaces a todos los niveles usando el enfoque del continuo de atención de la salud de la madre, el recién nacido y el niño, dando mayor énfasis a los recién nacidos y haciendo hincapié en la comunidad; establecer nexos a través de programas; mejorar la capacidad de resolución y la calidad de los servicios de salud mediante el fortalecimiento de la atención primaria de salud y los niveles de referencia; proporcionar una atención de salud eficaz, integral y culturalmente apropiada; actualizar y fortalecer las competencias de la fuerza laboral de salud; promover intervenciones para empoderar a las personas, familias y comunidades, y formular un sistema de vigilancia, seguimiento y evaluación para evaluar el progreso. Los países deben actuar ahora, centrándose en las siguientes áreas fundamentales en el 18 contexto de la salud de la madre, el recién nacido y el niño. A. Crear un entorno favorable para la promoción de la salud neonatal Para reducir la mortalidad neonatal, debe existir un entorno favorable que tome en cuenta el compromiso político de las autoridades de ejecutar las políticas, promover normas y protocolos basados en la evidencia y obtener los recursos técnicos y financieros para facilitar y apoyar las actividades requeridas. Las autoridades gubernamentales no sólo deben fortalecer sus sistemas de salud, sino también atender las necesidades de la comunidad. De manera similar, las organizaciones, en particular, las ONG y las organizaciones religiosas que trabajan bien a nivel de la comunidad, deben establecer relaciones con los gobiernos y los sistemas de salud. Todos los programas deben incorporar proactivamente estrategias dirigidas a los grupos más pobres y marginados para asegurar una cobertura adecuada y apropiada. REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Deben tomarse medidas para aumentar la visibilidad de la salud neonatal y desarrollar una mayor capacidad para formular políticas y establecer prioridades nacionales en el contexto de la salud de la madre, el recién nacido y el niño. En esta área se requiere de intervenciones más sólidas basadas en la evidencia a fin de mejorar la formulación de políticas y las actividades de abogacía, una definición más específica de prioridades en el marco de la salud materna y del niño y una mayor eficacia de los programas, tanto a nivel de los servicios como de la comunidad. De lo contrario, no podrá lograrse una reducción sustancial de la mortalidad neonatal, y la Región no cumplirá las metas de reducción de la mortalidad en la niñez contempladas en el ODM-4. Deben elaborarse políticas para mejorar la salud del recién nacido y reducir la mortalidad neonatal mediante un compromiso político de alto nivel. Se necesitan además directrices e iniciativas nacionales claras para establecer y fortalecer sistemas de registro vital, asegurar el financiamiento sostenible para intervenciones esenciales y responder a los temas relacionados con la fuerza laboral de salud neonatal, incluidos los requerimientos de capacitación de médicos, obstetrices y enfermeras antes y durante el servicio. También es fundamental trabajar con colaboradores clave con roles y funciones claros integrar la salud neonatal a los programas existentes de salud reproductiva y salud materna (tanto para el cuidado obstétrico esencial como para la atención de emergencia) así como, los de supervivencia infantil, incluida AIEPI, la lactancia materna y la nutrición. Como se tiende a pasar por alto la salud neo- natal, es necesario enfatizar en la visibilidad del recién nacido durante el proceso de integración, para priorizar las acciones y velar por la salud neonatal. El fortalecimiento de las alianzas a través de un plan participativo debe incluir las alianzas mundiales, regionales, nacionales y locales con ministerios de salud, donantes, organismos de cooperación internacional y otros interesados directos clave, entre ellos la sociedad civil, los médicos tradicionales y las organizaciones no gubernamentales. Es menester forjar conexiones más fuertes entre los organismos profesionales, como las asociaciones de obstetricia y ginecología, pediatría, perinatología, neonatología y enfermería. La cooperación técnica de la OPS con los países y otros socios se centra en la formulación de políticas, la promoción de la salud familiar y comunitaria, la prestación de servicios, el desarrollo de recursos humanos, el apoyo a la movilización de recursos, la gestión de la información y el conocimiento, la vigilancia y el seguimiento y la evaluación. Mantener al bebé seco y abrigado 19 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Promover un entorno favorable a nivel de las políticas 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) B. 20 Llevar a cabo una promoción continua y específica para incorporar la salud del recién nacido como un elemento de alta prioridad en las políticas de los gobiernos nacionales y locales. Determinar “paladines” que apoyen el programa, crean conciencia y capten fondos. Establecer y fortalecer ‘células’ o secciones en el ministerio de salud en los países y los gobiernos regionales y locales para visibilizar la salud del recién nacido en el marco de la salud materno infantil y formular y aplicar normas, estándares y protocolos basados en la evidencia que atiendan, tanto a los servicios de salud, como a la comunidad. Incorporar estrategias durante el proceso de planificación y ejecución dirigidas a los grupos vulnerables y marginados y promover la atención basada en la equidad. Promover el tema y llevar a cabo actividades para obtener los fondos de: (a) gobiernos nacionales (b) interesados directos locales e internacionales Procurar el apoyo técnico adicional que se requiera de organismos locales e internacionales para beneficiarse de las lecciones aprendidas de otras regiones. Promover la colaboración Sur-Sur. Velar por una estrecha colaboración con los socios (gobiernos nacionales y locales, otros interesados directos, socios bilaterales, ONG, médicos tradicionales, organizaciones religiosas, líderes comunitarios clave y otras organizaciones, incluidos los organismos profesionales) con planes para ampliar el alcance rápidamente. Integrar las actividades de salud neonatal a programas existentes, como los programas de salud materna (cuidados obstétricos tanto esencial como de emergencia), actividades de atención de la salud del niño, incluidos la estrategia AIEPI y los programas de PTVMN de VIH/SIDA y la sífilis congénita, teniendo cuidado de mantener una clara visibilidad del componente de salud del recién nacido. Fortalecer los sistemas de salud para mejorar el acceso a los servicios de salud para la madre, el recién nacido y el niño primaria de salud y un proceso de auditoría social para validar los resultados. El acceso universal a la atención de la madre, el recién nacido y el niño debe incluir la prestación de una atención con personal calificado al nacer. Los servicios deben proporcionar una atención continua y velar por que el acceso a la atención calificada durante el embarazo, el parto y el postparto se extienda durante el primer mes de vida y más allá. Es esencial hacer un seguimiento eficaz para velar por el cumplimiento de las normas, pautas y protocolos. Esto incluye una supervisión capacitante continua, el fortalecimiento de los sistemas de referencia y el manejo con responsabilidad, un seguimiento programado, un apoyo que haga hincapié en la atención Es esencial analizar el programa de estudios para la formación en el servicio y la capacitación previa al servicio para evaluar y mejorar la idoneidad de los cursos de capacitación, en particular aquellos relacionados con la atención al recién nacido. Entre las necesidades prioritarias cabría destacar las aptitudes y el conocimiento para los cuidados esenciales del recién nacido, la atención de niños vulnerables como los recién nacidos de bajo peso al nacer y aquellos nacidos de madres seropositivas al VIH/SIDA, y la identificación, atención, cuidados esenciales para el recién nacido enfermo. Debe darse prioridad al conocimiento y las destrezas relacionadas Acceso universal a los cuidados de salud REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE con el tratamiento eficaz de las infecciones, la asfixia perinatal y la hipotermia (regulación térmica del recién nacido prematuro), que son las principales causas de muerte. Las políticas y programas de los gobiernos también deben fortalecerse para atender los problemas de educación y empoderamiento de las mujeres. Es fundamental vincular a las organizaciones de mujeres y las organizaciones de desarrollo comunitario, en particular las ONG y las organizaciones religiosas, en intervenciones efectivas y credibilidad en las comunidades con los sistemas públicos de salud para lograr la sinergia necesaria para empoderar a las mujeres, asegurar un amplio apoyo de la familia y la comunidad a las necesidades de salud de la madre y del recién nacido, mejorar la cobertura y la calidad y extender la atención en salud hacia los más marginados. Los grupos marginados incluyen a los pobres de las zonas urbanas y rurales y las poblaciones indígenas y de ascendencia africana. Enfoque del continuo de la atención Es menester mantener en el enfoque del continuo de la atención una perspectiva holística e integradora para tratar el tema de la salud neonatal en el marco de la salud de la madre, el recién nacido y el niño.49 Esto incluye lo siguiente: (a) Los cuidados desde antes del embarazo hasta el puerperio incluye la atención de la salud de las niñas jóvenes y las mujeres en edad fértil y la orientación para lograr prácticas saludables, planificación familiar y nutrición, incluida la necesidad de administrar suplementos apropiados de ácido fólico. Esto debe vincularse con la atención a la madre en los períodos prenatales, de parto y postparto y con la atención al recién nacido después del parto. Este enfoque es extremadamente importante dado a la estrecha relación entre la salud de la madre y la del recién nacido. (b) El continuo de los cuidados del hogar al hospital es un aspecto clave. Habida cuenta de que son muchos los nacimientos y defunciones durante el período neonatal que tienen lugar en el hogar y que además los niños nacidos en establecimientos de salud son dados de alta temprano, es necesario incorporar a la familia y la comunidad. Un gran número de factores tradicionales incide sobre las prácticas familiares, como por ejemplo, dónde y cuándo buscar la atención. De allí que las estrategias de comunicación y movilización comunitaria sean fundamentales para promover prácticas saludables relacionadas con la atención preventiva básica y para motivar la búsqueda de atención apropiada. Estos componentes están cubiertos en el marco del programa de BASICS/CDC/USAID llamado Pathway to Survival (‘Ruta a la supervivencia).50 Este modelo incorpora la necesidad de integrar y coordinar la atención que se brinda dentro y fuera del hogar. Sólo alentar a que se busque asistencia no es suficiente y hasta puede conducir a una pérdida de credibilidad si no se observan mejoras en la calidad de los servicios disponibles a nivel de los establecimientos de salud, incluido un mejor apoyo por parte del personal de salud del servicio. Este último se necesita para promover la utilización de los servicios de salud. También resulta beneficioso contar con un vínculo operativo respetuoso entre la comunidad y los establecimientos de salud. 21 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (c) El continuo de atención de los servicios preventivos a los servicios curativos es esencial para lograr una mayor reducción de la mortalidad neonatal. Si bien la prevención es importante, los bebés inevitablemente desarrollarán problemas de salud y deberán recibir tratamiento. De hecho, el tratamiento es a menudo la mayor demanda de la comunidad. Debido a los diversos desafíos presentes, como la insuficiencia de recursos tanto financieros como humanos, la provisión de una atención continua integral puede ser difícil. Por ello, resultaría conveniente priorizar las actividades de acuerdo con los requisitos locales, comenzando con las intervenciones más factibles y ejecutando las otras paulatinamente. De manera análoga, también servirá de apoyo el trabajar con socios que puedan ocuparse de diferentes componentes y traer recursos adicionales. Mejorar las aptitudes y competencias de los proveedores de atención de salud La Declaración Universal de los Derechos Humanos estipula que “la maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales”,51 mientras que la Convención sobre los Derechos del Niño garantiza el derecho de éste al disfrute del más alto nivel posible de salud. Para que los niños puedan alcanzar su más alto nivel de salud, es necesario examinar las responsabilidades y funciones de los proveedores de las atenciones en salud, doctores, enfermeras, obstetrices y enfermeras auxiliares, incluidos aquellos que operan en las zonas periféricas (trabajadores de primera línea) para velar porque exista un 22 grado de competencia en el área de la salud del niño, especialmente del recién nacido. Es fundamental conseguir que los proveedores de salud estén capacitados en el cuidado esencial de emergencia al recién nacido para evitar la mortalidad y prevenir la morbilidad entre los recién nacidos.52, 53 Los programas de capacitación para los trabajadores de salud que cuidan a los recién nacidos deben enfatizar los siguientes aspectos: 1) Control Prenatal, incluida la vacunación antitetánica, la nutrición, preparación para el parto y el nacimiento, planificación de la familia, detección temprana y tratamiento de complicaciones. 2) Atención esencial para los recién nacidos sanos, incluida la atención al nacer, como secarlos y abrigarlos inmediatamente, retrasar el primer baño, fomentar la lactancia materna inmediata y exclusiva sin alimentación preláctea, el cuidado del cordón, atención especial para los niños con bajo peso al nacer y los prematuros, incluido el método de las “madres canguro” y las visitas postnatales tempranas en los tres primeros días de nacimiento con evaluación y atención adecuadas. 3) Atención inmediata para el recién nacido enfermo, incluido el tratamiento de la asfixia perinatal, administración de antibióticos para sepsis neonatal y referencia eficaz para los casos problemáticos que requieran atención especializada adicional. 4) Atención postnatal, asegurando una evaluación neonatal temprana. 5) Conocimientos básicos para emergencias obstétricas y neonatales, incluido el uso de REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE las incubadoras, aplicaciones intravenosas y transfusiones. Lo ideal es que las madres y los recién nacidos estén en manos de personal calificado para atender partos, como un doctor, enfermera u obstetriz. Sin embargo, un buen número de servicios en la Región son ofrecidos únicamente por una enfermera auxiliar, y existen comunidades en las cuales los partos a domicilio son comunes. Por lo tanto, es crucial incluir a las parteras tradicionales y los agentes comunitarios de salud, como se indica más adelante en la sección relativa a las intervenciones comunitarias. La adopción de AIEPI por parte de muchos países de ALC ha proporcionado un marco que puede mejorarse con el fortalecimiento de elementos como el componente del recién nacido, la calidad de la atención de salud y los suministros, el manejo de las infecciones y la determinación del bajo peso al nacer y una mejor atención al nacer. Aunque los países con las TMN más bajas tienden a mostrar un porcentaje alto de nacimientos asistidos por personal calificado, el simple hecho de contar con obtetrices calificados no siempre mejora los resultados, como indican la información de algunos países de ALC (apéndice 1). La reducción de la mortalidad neonatal pasa por una mejor capacitación con garantía de calidad y supervisión capacitante, el mejoramiento de la infraestructura, las adquisiciones y el mantenimiento del equipo básico y suministros y medicamentos para la atención preventiva, curativa y de emergencia. Además de las destrezas técnicas necesarias, el tener presente las prácticas culturales locales y un mejor comportamiento de apoyo y comunicación interpersonal por parte de los proveedores de atención en salud pueden contribuir significativamente a la aceptación de los servicios de salud por parte de las familias. Mejorar la calidad de la atención hospitalaria al recién nacido En los hospitales más grandes, las unidades de cuidados neonatales esenciales y de cuidados intensivos deben prestar mayor atención a la calidad. En particular, estas dependencias deben centrarse en el tratamiento de la asfixia y la prevención de infecciones (especialmente las infecciones nosocomiales), así como en contratar personal competente y adecuado con experiencia en la atención al recién nacido, el uso de equipos y la administración precisa de medicamentos. En los centros más grandes, es menester contar con unidades separadas para atender a los neonatos en riesgo y enfermos. También es importante la selección adecuada de procedimientos y equipos. Debe darse prioridad a procedimientos que sean menos invasivos y, por lo tanto, con menores probabilidades de degenerar en infecciones, así como a equipos que puedan mantenerse y repararse fácilmente. Si bien los equipos como las incubadoras y los respiradores son útiles, su adquisición debe estar a cargo únicamente de las unidades con acceso a los recursos mencionados y con personal capacitado para utilizarlos eficientemente. De lo contrario, pueden generar problemas como infecciones y una mayor mortalidad. Es sumamente importante contar con médicos y enfermeras adecuadamente capacitados y competentes y con equipos apropiados para brindar una atención óptima a los recién nacidos. 23 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Mejorar la calidad de los servicios a nivel del establecimiento 1) Promover un enfoque integral con el contínuo de la atención desde a) antes del embarazo, el embarazo, el parto, postparto, el período neonatal y la niñez; b) del hogar al hospital y c) la atención preventiva a la curativa. 2) Planificar y ejecutar medidas para promover la sostenibilidad y la réplica. 3) Velar por una capacitación adecuada de los profesionales de la salud junto con la garantía de calidad y supervisión capacitante. 4) Promover la adquisición de suministros adecuados y en forma continua (medicamentos y equipos apropiados), en particular para los establecimientos de primer nivel. 5) Fortalecer y aplicar un sistema de triaje con la provisión de una atención de calidad apropiada a diferentes niveles con buenos sistemas de referencia y contrarreferencia. 6) Promover estrategias de comunicación a nivel del establecimiento dirigidas hacia prácticas familiares clave para mejorar la salud del recién nacido. 7) Establecer vínculos funcionales entre el personal calificado para atender partos de los servicios de salud y las parteras tradicionales y otros agentes comunitarios de salud de la comunidad para aumentar las referencias de madres. 8) Planificar e iniciar actividades tempranamente para alcanzar metas a largo plazo como: a. El mejoramiento de la educación previa al servicio de médicos, enfermeras, obstetrices y otro personal paramédico. b. Un número mayor de personal calificado competente, especialmente enfermeras y obstetrices disponibles 24 horas al día, que cuenten con el apoyo de los medicamentos, suministros y equipos adecuados y sistemas de referencia eficaces. Fortalecer e incorporar al sector privado Los médicos y enfermeras en ejercicio privado deberían ser incluidos a las actividades de fortalecimiento de la capacidad resolutiva, dado que ellos también pueden participar en la prestación de cuidados para los recién nacidos. En ALC, el personal formal de atención de salud, como los doctores, pueden no haber recibido capacitación obstétrica, por lo que es posible que no tengan todas las competencias requeridas en esta área. El personal calificado puede formarse en atención neonatal y recibir apoyo en forma similar a lo estipulado anteriormente para el sector público. 24 A nivel de la comunidad, los proveedores privados incluyen también a las personas que venden medicamentos y a algunos médicos tradicionales. Estos pueden capacitarse para promover prácticas saludables, de forma similar a la labor de los agentes comunitarios de salud. Mejorar la educación previa al servicio La educación en servicio o continua puede ser lenta y costosa. También implica separar al personal de sus labores durante los períodos de capacitación. En consecuencia, este tipo de formación debe reservarse para los cursos REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE de actualización. Es esencial entonces mejorar la educación pre-servicio de los médicos, enfermeras, obstetrices y personal paramédico de manera que, al momento de recibir la calificación o poco después de ello, el personal pertinente tenga competencias y aptitudes en cuidados esenciales del recién nacido. Como mínimo este personal debe tener las siguientes destrezas: atención preventiva básica, reanimación de asfixia perinatal, atención de problemas menores como infecciones, administración de antibióticos, tanto orales como inyectables e identificación de señales de peligro y referencia efectiva. C. Promover las intervenciones comunitarias Un número considerable de nacimientos y defunciones de recién nacidos tienen lugar en el hogar. Aun en los partos institucionales , las madres y recién nacidos son dados de alta temprano. Por consiguiente, la participación de la comunidad en la promoción de prácticas saludables (por ejemplo, lactancia materna inmediata y exclusiva, mantener al recién nacido caliente y seco) y una atención temprana y apropiada para detectar cualquier problema son aspectos extremadamente importantes. La Región también debe invertir en planes de preparativos del parto y nacimiento, transporte comunitario y sistemas de vigilancia. El transporte de una madre o recién nacido con problemas a un establecimiento de salud apropiado mejorará los resultados de salud. Rol de los agentes comunitarios de salud La atención comunitaria va más allá de los programas de capacitación de parteras tradicionales e incluye el aumento de la capacidad resolutiva de todos los trabajadores de salud y voluntarios disponibles, como los promotores de salud, las parteras tradicionales y otros actores sociales como los maestros, los miembros de grupos juveniles y sindicatos, de acuerdo con su nivel de comprensión. Las intervenciones deben incluir estrategias de comunicación y movilización comunitaria que promuevan prácticas saludables y aumenten el uso apropiado de los servicios de salud existentes. La atención comunitaria es importante en todos los países y regiones, pero es fundamental dar un mayor énfasis y lograr una mayor participación de los agentes y voluntarios de salud de la comunidad, incluidas las parteras tradicionales, en zonas de difícil acceso, dado que estas áreas por lo general no tienen cobertura de otros servicios de salud. Las parteras tradicionales han estado presentes en las comunidades desde hace mucho tiempo y tienen una estrecha relación y credibilidad con muchas familias. Mediante la movilización comunitaria y estableciendo un buen vínculo con las parteras tradicionales, los agentes comunitarios de salud se pueden notificar con prontitud cualquier nuevo nacimiento. Esto puede promover las visitas postnatales tempranas a domicilio. En los lugares donde miembros de la familia sin formación en tales menesteres se encargan de atender el parto, se presentan desafíos obvios a la hora de responder a complicaciones del nacimiento y problemas neonatales. Con respecto a la búsqueda de atención apropiada, las madres podrían sentirse incómodas para recibir atención de parte de trabajadores de salud formales; también puede ocurrir que las prácticas culturales inhiban la búsqueda de atención neonatal y postparto. Existe un interés creciente en establecer relaciones entre las parteras tradicionales y obstetrices calificadas recurriendo a las últimas para detectar señales 25 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE de peligro e instituir la referencia temprana de los casos con problemas. La promoción de prácticas clave en la atención de la madre y el recién nacido y la difusión de información general para la comunidad deben ir de la mano con el fomento del uso de los servicios de salud. También puede darse en el hogar las técnicas de reanimación.54 Es necesario implementar el manejo de la atención en el hogar o la comunidad de al menos algunos de los problemas neonatales si no es posible proceder con la referencia, especialmente en situaciones donde el acceso geográfico a los servicios de salud es la barrera principal para recibir una atención oportuna. Movilización social y comunitaria La adopción de prácticas saludables, como tener acceso al control prenatal y la atención calificada del parto, la lactancia materna inmediata y exclusiva y la búsqueda de atención apropiada para los problemas neonatales, es fundamental para mejorar la atención tanto a nivel de la comunidad como de los establecimientos de salud. La participación comunitaria y el compromiso de la familia son fundamentales para el cuidado materno y neonatal. Las ONG, las organizaciones religiosas, las autoridades civiles y los servicios de salud locales pueden cumplir funciones importantes en la movilización comunitaria y el aumento de la capacidad de los grupos comunitarios. Los grupos de mujeres que han recibido capacitación en atención materna y neonatal son reconocidos por sus funciones de promoción y fomento de una atención apropiada. También se ha destacado el papel que juegan las abuelas en la promoción del cambio de comportamiento en la comunidad.55 También se requiere la participación del hombre en la movilización comunitaria. La participación de los hombres es particularmente necesaria para facilitar el empoderamiento de las mujeres, compartir las tareas de atención de la salud y organizar el transporte de urgencia. Los grupos comunitarios también pueden desempeñar una función beneficiosa al establecer redes de apoyo en caso de emergencia. El acceso al transporte puede representar la diferencia entre la vida y la muerte para las mujeres y los recién nacidos que corren algún riesgo o tienen alguna complicación. 26 Las estrategias que son útiles para lograr prácticas saludables son las siguientes: Comunicación interpersonal: Los agentes comunitarios de salud, los voluntarios sanitarios y el personal de los establecimientos de salud pueden transmitir los mensajes clave con eficacia. Para ello resultaría útil fortalecer las destrezas en comunicación y negociación y mensajes cortos, esenciales y claros. Al igual que con la capacitación, la garantía de calidad, la supervisión capacitante y el seguimiento son esenciales. Las estrategias de comunicación a nivel de los establecimientos de salud pueden ser más complicadas, ya que el personal tiende a participar más en la prestación de la atención médica y menos en la educación sanitaria. Sin embargo, el recurrir a trabajadores de la comunidad establecidos y bien capacitados en los establecimientos periféricos o el designar a un trabajador de salud específico por rotación para transmitir los mensajes puede reducirles la carga. REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Métodos tradicionales: En algunas comunidades, los métodos tradicionales como el teatro de la calle y los títeres, son útiles y aceptados para transmitir información importante. Medios masivos de comunicación: Además de los métodos anteriores, el uso de los medios de comunicación puede ser una herramienta valiosa para transmitir ampliamente mensajes clave; sin embargo, el elevado costo de esta estrategia constituye un problema. Se recomienda conseguir el apoyo del gobierno para subsidiar el costo y motivar la participación de donantes. Apoyar las intervenciones comunitarias y las estrategias de comunicación D. 1. Fortalecer las capacidades de los agentes comunitarios de salud, parteras tradicionales y otros actores involucrados, con garantía de la calidad y supervisión de apoyo. 2. Aplicar estrategias de comunicación para promover prácticas saludables (véase sección sobre comunicación). 3. Promover estrategias de movilización social y comunitaria para lograr una participación activa de los líderes civiles y religiosos, grupos conformados por mujeres, abuelas, jóvenes y hombres para promover la adopción de prácticas saludables y satisfacer necesidades específicas como planes de preparación para el parto y el seguro, redes de transporte y dinero. 4. Establecer y fortalecer vínculos entre la comunidad y el establecimiento de salud. 5. Implementar alternativas apropiadas de manejo de casos en el hogar y comunidad cuando no es posible la referencia. 6. Formular mensajes sencillos priorizados para promover prácticas saludables clave. 7. Negociar y transmitir mensajes mediante varias estrategias, entre ellas la comunicación interpersonal, métodos tradicionales y otros medios de difusión apropiados. 8. Explorar alternativas de subsidiar los costos para usar los medios masivos de comunicación. Desarrollar y fortalecer los sistemas de monitoreo y evaluación El monitoreo y la evaluación a todos los niveles son elementos clave para la planificación de los sistemas de salud, la prestación de servicios y los sistemas de información de salud. Tener una mayor capacidad para evaluar los efectos y supervisar el desempeño es un factor crucial para reducir la mortalidad neonatal, mitigar la vulnerabilidad y mejorar la salud del neonato. La formulación de metas intermedias factibles es una prioridad clave en el desarrollo de un sistema de monitoreo y evaluación. 27 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 28 Para poder seguir el progreso de los programas y las intervenciones relacionados con la salud neonatal, es fundamental poner en marcha mecanismos de seguimiento y evaluación para documentar los resultados y evaluar, tanto el servicio de atención como la respuesta de la comunidad. También es importante vigilar si se han ejecutado las políticas públicas previstas. Un sistema de seguimiento efectivo también ayuda a detectar obstáculos y problemas de equidad en cuanto al acceso a servicios de calidad. El seguimiento debe ser parte integral de la puesta en práctica de los programas, y el análisis de la información para la toma de decisiones debe formar parte de la cultura de trabajo del personal de salud. Deben establecerse sistemas de monitoreo y evaluación para contribuir a la visibilidad y la cobertura de los grupos vulnerables o marginados en relación con los servicios de salud. información debe analizarse regularmente a niveles clave para vigilar los resultados y planificar y ejecutar cambios para promover el logro de las metas y los resultados definidos. El establecimiento o fortalecimiento de sistemas de registro de datos vitales, como el registro de nacimientos (con peso al nacer), registro de mortinatos y fallecimientos de neonatos (con edad al morir), es un paso fundamental para el desarrollo de sistemas de seguimiento y evaluación. Estos sistemas deben, como mínimo, permitir hacer un registro exacto y oportuno, notificar los resultados y proporcionar información para evaluar la cobertura del servicio, su calidad y la respuesta de la comunidad. Como el seguimiento es también un componente esencial de la planificación y ejecución de los programas, el análisis de datos para la toma de decisiones operativas debe formar parte de las descripciones de cargo del personal de salud. Por este motivo, es esencial elaborar un paquete mínimo de indicadores estándar que sean factibles de recolectar. Además, la Los métodos de evaluación, como el análisis de casos, las auditorías perinatales y la autopsia verbal, han sido útiles en la detección de problemas de salud neonatales relacionados con el suministro de servicios de salud y la demanda de dichos servicios por parte de la comunidad. Aunque cada método tiene sus ventajas, debe tenerse el cuidado de incluir a los proveedores de atención y la comunidad y elegir la tecnología apropiada para la situación local. Entre las maneras de fortalecer y mejorar el sistema de salud para y mediante la recopilación y el análisis de información podrían mencionarse las siguientes: implantar el registro obligatorio de los recién nacidos y la notificación de las mortinatalidades y defunciones de recién nacidos, formular políticas basadas en la evidencia para la definición de prioridades, lograr un financiamiento fiable para intervenciones esenciales mediante asignaciones presupuestarias predecibles, garantizar la idoneidad del desarrollo de los recursos humanos, lograr eficiencia en la cadena de producción y distribución y los sistemas logísticos y garantizar el acceso gratuito a una canasta esencial de servicios de salud. Lo ideal sería registrar y pesar a los recién nacidos al nacer. Los registros del peso al nacer ayudan a vigilar eficazmente la aparición de recién nacidos de bajo peso al nacer. Actualmente esta información está disponible sobre todo para los nacimientos institucionales (véase apéndice 1). El análisis reciente de las medidas que en materia de salud del niño REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE se han tomado en todo el mundo también sugiere dar seguimiento a la prevención de la transmisión materno infantil del VIH, aunque esto requiere dar seguimiento hasta la lactancia.56 Por lo tanto, si bien se cuenta con un gran número de indicadores,57, 58 en la práctica es esencial limitarlos a unos pocos clave cuya recopilación resulte factible. Los países han venido aprovechando las encuestas externas de demografía y salud y las encuestas de salud materno infantil que se realizan sistemáticamente en todos los países de la Región. Sin embargo, los países y ministerios de salud tienen que mejorar sus propios sistemas rutinarios de recopilación de información incorporando no sólo indicadores neonatales y estadísticas vitales críticos, sino también mejorar la capacidad para el uso apropiado de la información a nivel local y distrital. Los sistemas de vigilancia comunitaria tienen como finalidad integrar a la comunidad y los actores sociales para generar procesos dinámicos y recopilar, analizar y responder con hechos concretos a los problemas de salud observados. Para una comunidad, el acto mismo de registrar sucesos de morbilidad y mortalidad puede ser una herramienta potente para concentrar la atención en la salud materna y neonatal. Promover estrategias clave para el monitoreo y la evaluación 1) 2) 3) 4) 5) Algunos indicadores prioritarios, clave y factibles, como por ejemplo: (a) tasa de mortalidad neonatal. (b) tasa de mortinatos: diferenciando preferentemente entre mortinatos nuevos y mortinatos macerados, ya que algunos de los mortinatos nuevos pueden evitarse y algunos son en realidad muertes tempranas de recién nacidos. (c) % de nacimientos atendidos por personal calificado. (d) % de nacimientos en establecimientos de salud. (e) % de madres embarazadas que reciben dos o más visitas de atención prenatal. (f) % de recién nacidos amamantados dentro de la primera hora de nacido. (g) % de recién nacidos amamantados exclusivamente en el primer mes. (h) % de bebés que reciben atención postnatal en los tres primeros días. (i) % de comunidades con planes de transporte para emergencias. (j) % de mujeres que tienen acceso al control prenatal con un plan de preparación para el parto y nacimiento seguro. Promover el seguimiento continuo de las estadísticas vitales por parte de las autoridades locales y los gobiernos. Además de la recopilación de datos rutinariamente en los centros nacionales, promover el análisis y uso de los datos locales para mejorar los servicios con la participación de los líderes de la comunidad. Los sistemas de seguimiento también deben incorporar mecanismos para lograr que los grupos pobres y marginados estén cubiertos. Desarrollar sistemas de vigilancia comunitaria con planes de acción de la comunidad. 29 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 5. Implicaciones financieras El informe de la OMS 2005, ¡Cada madre y cada niño cuentan!, recalcó que “más de 6 millones de niños pueden salvarse con una atención de salud sencilla”.59 En la serie de estudios titulada Bellagio Child Survival se afirma que si se incrementase la cobertura de las intervenciones basadas en la evidencia, podría evitarse 63% de todas las defunciones de niños menores de un año y entre 35% y 55% de las defunciones de recién nacidos.60 Este análisis también indica que estas intervenciones podrían cubrir 90% de las mujeres y recién nacidos con apenas US$1 per cápita. Es esencial que los países de ALC asignen recursos en sus presupuestos nacionales y locales para la ejecución de sus intervenciones previstas. Además, los organismos de cooperación internacional también deben designar fondos para dar mayor viabilidad a los esfuerzos de los países. Vassil Anastasow La nueva Alianza Mundial para la Salud de la Madre, el Recién Nacido y el Niño es prueba de que los organismos internacionales como USAID, OPS/OMS, UNICEF y el Banco Mundial están comprometidos con la reducción de las defunciones de menores de un año y recién nacidos. Esto brinda la oportunidad de crear órganos coordinadores, tanto a nivel nacional como regional, para la asistencia técnica y financiera. Darle al bebe mucho amor y cariño 30 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 6. Próximos pasos Un documento de estrategia regional como este resulta de utilidad sólo si se aplica a nivel de cada país y se reduce la mortalidad y morbilidad neonatal. Cada país deberá determinar cuáles son las medidas más apropiadas para poder progresar hacia el logro de los ODM 4 y 5. A continuación se formulan algunas sugerencias que los países podrían considerar como próximos pasos para continuar avanzando. 1) Examinar los componentes clave de la estrategia regional y elaborar una versión adaptada que pueda aplicarse en el país ajustada a los requisitos locales. 2) Trabajar con socios en: a. la conformación de un grupo de trabajo o comité nacional con socios claves interesados en la salud del recién nacido, incluidos representantes del gobierno, otros aliados clave, ONG, organizaciones religiosas, asociaciones profesionales y otras organizaciones. b. la formación de grupos de trabajo más pequeños para ocuparse de componentes específicos, como el fortalecimiento de la capacidad de resolución con garantía de la calidad, supervisión capacitante, manejo comunitario de la salud, estrategias de comunicación, seguimiento y evaluación. c. articulación con socios que trabajan a nivel de gobierno, los establecimientos de salud y la comunidad en los sectores público y privado. 3) Elaborar un plan de trabajo para mejorar la salud del recién nacido en el marco de la salud materno infantil durante un período definido. 4) Definir un paquete de intervenciones factibles y prioritarias para comenzar en la fase inicial, como los dos primeros años. 5) Definir el presupuesto requerido para ejecutar las actividades planificadas, determinar fuentes apropiadas de fondos y hacer abogacía y emprender las acciones apropiadas para obtener los recursos del gobierno nacional y a través de otros aliados. 31 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Apéndice 1 Mortalidad neonatal y materna, partos asistidos por personal calificado y niños con bajo peso al nacer en países seleccionados de ALC, 1994-2000 País Tasaa de mortalidad neonatal Tasaa de mortalidad perinatal Razón de mortalidad materna (100.000 n.v.) b,d,e % de partos % de bebés con asistidos por bajo peso al personal calificado b nacer c Escenario 1: TMN 20 ó más Haití Bolivia Guyana 34 27 25 República Dominicana Guatemala Surinam Honduras Nicaragua Ecuador Perú Paraguay El Salvador Brasil México 19 19 18 18 18 16 16 16 16 15 15 Colombia Trinidad y Tobago Venezuela Panamá Argentina Jamaica Barbados Uruguay Costa Rica Chile Cuba 14 13 12 11 10 10 8 7 7 6 4 54 523 31 230 40 123,3 Escenario 2: TMN 15-19 28 91,7 23 77,7 30 n/a 28 108 23 87,3 20 76,4 20 185 20 174,1 20 173 20 64,6 22 62,4 Escenario 3: TMN menos de 15 23 77,8 26 67d 18 57,8 15 43 14 40,1 17 95 17 n/a b 14 51d 13 36,3 8 17,3 14 52,2 24.2 60.8 94 21 7 12 97,8 31,4 90 62 77,2 78,6 71,1 85,9 79 96,6 93,4 11 12 13 14 12 16 11 9 7 10 8 95,7 99,6 99,7 91,3 99,1 95 100 99,3 97,5 99,8 99,9 9 23 9 10 8 10 10 8 7 5 6 Fuentes: a OMS. Neonatal and Perinatal Mortality. Country, Regional and Global Estimates 2006. Tomado el 07/12/06 de http://www.who.int/making_pregnancy_safer/publications/neonatal.pdf b OPS/OMS, Situación de la salud en las Américas. Indicadores básicos, 2006. Tomado el 07/27/06 de https:// intranet.paho.org/DD/AIS/INDICADORES2006_SPA.PDF c UNICEF. State of the world’s children 2006. Consultado el 07/27/06 en http://www.unicef.org/sowc06/pdfs/ sowc06_fullreport.pdf d Saving Newborn Lives. State of the World’s Newborns 1995-2000. Save the Children. Washington, D.C. e OMS. Mortalidad materna en 2000: Cálculos realizados por OMS, UNICEF, FNUAP. Tomado de http:// www.who.int/reproductive-health/publications/maternal_mortality_2000/mme.pdf 32 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Apéndice 2 Figura 1 Cuidado Obstétrico y neonatal esencial e integral Para la madre Para el recién nacido • • • • • Antibióticos Oxitocina Anticonvulsivos (inyectable) Retiro manual de la placenta Más Retiro de productos embrionarios retenidos (dilatación y curetaje o aspiración manual al vacío) • Parto vaginal atendido por personal calificado • Reanimación neonatal con bolsas y mascarilla • Monitoreo de la temperatura corporal del bebé • Antibiótico específico para sepsis neonatal • Cuidados esenciales neonatales • COE básico MÁS • Cesárea • Transfusión de sangre • CEN MÁS • Ventilación asistida • Soluciones intravenosas Funciones esenciales de CONE Funciones integrales de CONE COE: Cuidado obstétrico esencial CEN: Cuidado esencial neonatal CONE: Cuidado obstétrico y neonatal esencial 33 REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 34 Behrman J, Gaviria A, Székely M eds. Social exclusion in Latin America and the Caribbean: Perception, reality and implications. En: Who’s In and Who’s Out. Washington, DC: Banco Interamericano de Desarrollo, 2003. Organización Mundial de la Salud. Informe sobre la salud en el mundo 2005: ¡Cada madre y cada niño cuentan! Ginebra: OMS, 2005. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. Ministerio de Salud y Deportes de Bolivia. Situación de salud - Bolivia 2004. Ministerio de Salud y Deportes de Bolivia, 2004. [http://www.sns.gov.bo/asis/ASIS 2004 v62.pdf, consultado el 11/25/2006] HAÏTI: Enquête Mortalité, Morbidité et Utilisation des Services 2000 (EMMUS-III). Pétionville, Haïti: l’Institut Haïtien de l’Enfance (IHE); 2000. Organización Mundial de la Salud. Informe sobre la salud en el mundo 2005: ¡Cada madre y cada niño cuentan! Ginebra: OMS, 2005. Organización Panamericana de la Salud. Estrategia regional para la reducción de la mortalidad y la morbilidad maternas. 26.a Conferencia Sanitaria Panamericana. Washington, DC: OPS, 2002. [http://www.paho.org/ english/gov/csp/csp26-14-e.pdf, accessed 11/1/2006] Asamblea General de las Naciones Unidas. 55/2. Declaración del Milenio, 2000. [www.un.org/millennium/ declaration/ares552e.htm, consultado el 12/1/2006] Organización Mundial de la Salud. Working towards universal coverage of maternal, newborn and child health interventions: 58th World Health Assembly. Geneva: WHO, 2005. Darmstadt GL, Bhutta ZA, Cousens S, Adam T, Walker N, de Bernis L. Evidence-based, cost-effective interventions: how many newborns babies can we save? Lancet 2005; 365 (9463):977-988. Costa AM, Guilhem D, Walther MI. Prenatal care within Brazil’s unified health system. Rev. Saúde Pública. 2005;39:768-774. Organización Panamericana de la Salud. Situación de la salud en las Américas: Indicadores básicos 2004. PAHO/ AIS/04.0. Washington, DC: OPS, 2004. Indicadores de salud: Elementos básicos para el análisis de la situación de salud. Boletín Epidemiológico. 2001;22(4):1-5. Organización Mundial de la Salud. Neonatal and Perinatal Mortality: Country, Regional and Global 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. Estimates. Ginebra: OMS, 2006. Organización Mundial de la Salud. Neonatal and Perinatal Mortality: Country, Regional and Global Estimate. Ginebra: OMS, 2006 Stanton C, Lawn JE, Rahman H, Wilczynska-Ketende K, Hill K. Stillbirth rates: delivering estimates in 190 countries. Lancet 2006;367 (9521):1487-1494. Organización Mundial de la Salud. Informe sobre la salud en el mundo 2005. Organización Panamericana de la Salud. Grupo asesor técnico AIEPI (GATA): Informe de la cuarta reunión. Washington, DC: PAHO, 2004. Lawn JE, Wilczynska-Ketende K, Cousens SN. Estimating the causes of 4 million neonatal deaths in the year 2000. Int J Epidemiol 2006;35:706-718. Organización Panamericana de la Salud. Atención integrada a las enfermedades prevalentes de la infancia (AIEPI): Contribución al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Washington, DC: PAHO, 2003. Organización Panamericana de la Salud. Situación de la mortalidad infantil en las Américas, 1990-2002: Monitoreando el progreso hacia los ODM. Boletín epidemiológico. 2004;25(2):4. Save the Children. State of the world’s newborns. Washington, D.C.: Saving Newborn Lives, Save the Children; 2001. Darmstadt GL, Lawn JE, Costello A. Advancing the state of the world’s newborns. Bull World Health Organ. 2003;81:224-225. Organización Panamericana de la Salud. Situación de la salud en las Américas, Indicadores básicos. 2004. Organización Panamericana de la Salud. Base de datos de indicadores básicos: Área de análisis de salud y sistemas de información (AIS). Washington, DC: OPS/AIS, 2005. Organización Panamericana de la Salud. Base de datos de indicadores básicos: Área de análisis de salud y sistemas de información (AIS). Washington, DC: OPS/AIS, 2005. Organización Mundial de la Salud. Neonatal and Perinatal Mortality: Country, Regional and Global Estimate. Ginebra: OMS, 2006. Organización Panamericana de la Salud. Estrategia regional para la reducción de la mortalidad y la morbilidad maternas. 26.a Conferencia Sanitaria Panamericana. Washington, DC: OPS, 2002. Organización Mundial de la Salud. Informe sobre la salud en el mundo 2005: ¡Cada madre y cada niño cuentan! Ginebra: OMS, 2005. REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y MORBILIDAD NEONATAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 43. 44. Darmstadt GL, Bhutta ZA, Cousens S, Adam T, Walker N, de Bernis L. Evidence-based, cost-effective interventions: how many newborns babies can we save? Lancet 2005; 365 (9463):977-988. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. BASICS/ Organización Panamericana de la Salud. Selected annotated bibliography on newborn health: evidence based information for developing country programs including public health aspects. Arlington, VA: BASICS II/USAID, 2004. Zulfiqar AB, Darmstadt GL, Ransom EI. Using evidence to save newborn lives. Policy Perspectives on Newborn Health. Washington, DC: Population Reference Bureau, 2003. ACCESS Program. 2005. Household - to Hospital Continuum of Maternal and Newborn Care. JHPIEGO/ ACCESS Program: Blatimore MD Perú: Encuesta demográfica y de salud familiar. Lima, Perú: Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2004. [http://www.measuredhs.com/pubs/pdf/FR174/ PEO4FR.pdf. Consultado el 10/28/2006] Instituto Nacional de Estadística, Ministerio de Salud y Deportes. Bolivia: Encuesta nacional de demografía y salud: Salud materno-infantil y salud mental y física de hombres y mujeres. La Paz: ENDSA, 2004. [http://www. measuredhs.com/pubs/pdf/FR159/00FrontMatter.pdf. Consultado el 10/28/2006] Bang AT, Reddy HM, Deshmukh MD, Baitule SB, Bang RA. Neonatal and infant mortality in the ten years (1993 to 2003) of the Gadchiroli field trial: effect of home-based neonatal care. J Perinatol. 2005; 25 Suppl 1:S92-107. Bang AT, Reddy HM, Deshmukh MD, Baitule SB, Bang RA. Neonatal and infant mortality in the ten years (1993 to 2003) of the Gadchiroli field trial: effect of home-based neonatal care. J Perinatol. 2005; 25 Suppl 1:S92-107. Organización Mundial de la Salud. Estrategia mundial para la alimentación del recién nacido y del niño pequeño. Ginebra: OMS, 2003. [http://www.who.int/ nutrition/publications/ gs_ infant_ feeding_ text_eng. pdf. Consultado el 06/20/2006] Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. Organización Panamericana de la Salud (OPS). Área de salud familiar y comunitaria (FCH). Análisis de situación, 2004. Organización Mundial de la Salud. Estrategia mundial para la alimentación del lactante y del niño pequeño. Ginebra: OMS, 2003. Perez-Escamilla R. Effectiveness of MADLAC at improving breastfeeding promotion and counseling indicators in maternity wards in El Salvador: Arlington, VA: BASICS II/USAID, 2004. 45. 46. 47. 48. 49. 50. 51. 52. 53. 54. 55. 56. 57. 58. 59. 60. Organización Panamericana de la Salud. Boletín Epidemiológico. 2004 Organización Panamericana de la Salud. Segundo Comité Asesor Técnico sobre VIH/SIDA/ITS: Iniciativa 3 por 5 en las Américas. OPS, 2006. [http://www.paho.org/ english/ad/fch/ai/3_by_5_Regional_Report_English. pdf, versión html consultada el 12/2/2006]. Organización Panamericana de la Salud / CAREC. HIV Status and Trends, 2004. Organización Panamericana de la Salud. Segundo Comité Asesor Técnico sobre VIH/SIDA/ITS. 2006. Tinker A, ten Hoope-Bender P, Azfar S, Bustreo F, Bell R. A continuum of care to save newborn lives. Lancet 2005;365 (9462):822-825. Waldman R, Campbell CC, Steketee RW. Overcoming remaining barriers: the pathway to survival. Arlington, VA: BASICS, 1996. Declaración Universal de los Derechos Humanos. Ginebra: Asamblea General de las Naciones Unidas, 1948. Consultada el 11/12/2006 en http://www.un.org/ Overview/rights.html. Waldman R, Campbell CC, Steketee RW. Overcoming remaining barriers: the pathway to survival. Arlington, VA: BASICS, 1996. Sibley LM, Sipe T. Traditional birth attendant training effectiveness- a meta-analysis: SARA Project/AED/ USAID, 2002. Buffington S, Sibley L, Beck D, Armsbruster D. Home based life saving skills where home birth is common. MD, USA: American College of Nurse Midwives, 2003. Aubel J, Ibrahima T, Mamadou D, Lazin K, Sene HA, Faye Y, Tandia M. Strenghtening grandmother networks to improve community nutrition: experience from Senegal. Gender and Development 2001; 9 (2):62-73. Horton R. The coming decade for global action on child health. Lancet 2006; 367 (9504):3-5. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. CORE. Maternal and newborn standards and indictors compendium. Washington, DC: Safe Motherhood and Reproductive Health Working Groups/CORE Group, 2004. Organización Mundial de la Salud. Informe sobre la salud en el mundo 2005: ¡Cada madre y cada niño cuentan ! Ginebra: OMS, 2005. Jones G, Steketee RW, Black RE, Bhutta ZA, Morris SS. How many child deaths can we prevent this year? Lancet 2003; 362 (9377):65-71. 35 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN Reducing Neonatal Mortality and Morbidity in Latin America and The Caribbean AN INTERAGENCY STRATEGIC CONSENSUS Contents Abbreviations and Acronyms Executive Summary 1. Introduction 2. Context and Supportive Initiatives 2.1 Global strategies 2.2 Regional strategies 2.3 Neonatal death in LAC region 2.4 Causes of neonatal death 2.5 Maternal factors affecting neonatal health 3. Lessons learned and the LAC context 3.1 Health systems reform 3.2 Continuum of care 3.3 Delivery of care to the newborn 3.4 Care and access to skilled birth attendance 3.5 Community based care 3.6 Integrated Management of Childhood Illness 3.7 Immunization 3.8 Micronutrients 3.9 Breastfeeding 3.10 Mother to child transmission of HIV 3.11 Surveillance 4. The Interagency Regional Strategy for Reducing Neonatal Mortality A. Create an Enabling Environment for Promotion of Neonatal Health B. Strengthen Health Systems to Improve Access to MNCH Services C. Promote Community Based Interventions D. Develop and Strengthen Monitoring and Evaluation Systems 5. Financial Implications 6. Next steps Appendix 1 Appendix 2 References 38 39 41 43 43 43 44 45 46 47 47 47 48 50 50 51 51 52 52 52 53 54 54 56 61 63 66 67 68 69 70 37 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN Abbreviations and Acronyms ART CDC CHV CHW DHS EOC EONC ENC FBO HIV-AIDS IMCI IMR LAC LBW M&E MADLAC MCH MDG MNCH MOH MTCT NGO NMR PAHO PMTCT PVO SNL SUMI TBA UNICEF USAID WHO 38 Antiretroviral therapy The U.S. Centers for Disease Control and Prevention Community health volunteer Community health worker Demographic Health Survey Essential obstetric care Essential obstetric and neonatal care Essential newborn care Faith-based organization Human Immunodeficiency Virus / Acquired Immune Deficiency Syndrome Integrated Management of Childhood Illness Infant mortality rate Latin America and the Caribbean Low birth weight Monitoring and Evaluation Monitoreo del Apoyo Directo a la Lactancia Materna- Monitoring and Support for Breastfeeding Maternal and child health Millennium Development Goals Maternal, newborn and child health Ministry of Health Mother-to-child transmission (of HIV) Non-governmental organization Neonatal mortality rate Pan American Health Organization Prevention of mother-to-child transmission (of HIV) Private voluntary organization Saving Newborn Lives Seguro Universal Materno Infantil- Universal Mother Child Insurance Traditional birth attendant United Nations Children’s Fund United States Agency for International Development World Health Organization REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN Executive Summary Neonatal mortality is a major contributor to child mortality in the Latin America and the Caribbean (LAC) region and is an obstacle to the attainment of the Millennium Development Goals. Neonatal mortality in LAC is estimated to be 15 per 1,000 live births. Newborn mortality accounts for 60% of infant deaths and 36% of under five mortality. Each year nearly 12,000,000 babies are born in the LAC region. Each year, 400,000 die before five years of age; 270,000 before one year of age, and of these, 180,000 die during their first month of life The majority of these deaths are preventable and cost-effective interventions are well documented. Even though infant mortality rates have been decreasing in the Region, neonatal mortality trends have shown practically no progress over the past ten years. This stagnation is due in part to a lack of programs specifically targeting neonates; instead the focus has been on infants and older children. The causes of neonatal death in the Latin America and Caribbean region include infections, asphyxia, prematurity, and congenital malformations. While some are direct causes, others, as in most cases of preterm and low birth weight, may constitute predisposing factors. Several underlying factors also contribute to poor neonatal health including inequalities in access to health care, low percentage of births with skilled birth attendants, and poor maternal health. This regional strategy for neonatal mortality and morbidity reduction is the culmination of a collaborative effort that began on World Health Day 2005 and has involved many Latin American countries as well as the support of the Interagency Working Group, which is composed of representatives from the Pan American Health Organization (PAHO/WHO), the United Nations Children’s Fund (UNICEF), the United States Agency for International Development (USAID), ACCESS, BASICS, CORE and Saving Newborn Lives (SNL)/ Save the Children/USA. The purpose of the strategy is to highlight and promote evidence based interventions for newborn care in communities and through health services, with a focus on the most vulnerable and marginalized population groups. As interventions implemented to reduce maternal mortality also decrease neonatal mortality and improve newborn health, the strategy builds upon the close link between newborn and maternal health. Based on lessons learned, the proposed strategy focuses on evidence based sector wide interventions to: 1) create a favorable environment to develop and promote effective public 39 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN els of referral; 4) provide effective, integrated and culturally appropriate health care; 5) update and strengthen the competencies of the health workforce; 6) promote interventions to empower individuals, families and communities; and 7) develop a surveillance, monitoring and evaluation system to assess progress. Sdenka Cespedes policies at all levels using the maternal, newborn and child health (MNCH) ‘continuum of care’ model while stressing newborns and with special emphasis on community; 2) build linkages across programs; 3) improve the response capacity and quality of health services by strengthening primary health care and lev- Take the baby for medical check-up within the first three days of life. 40 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN 1. Introduction The birth of a child is an event that deserves to be celebrated with joy. However, this is not the case in thousands of poor households in Latin America and the Caribbean (LAC) where a new life often ends too early or is burdened with health problems. The LAC region has considerable inequity between countries and within countries. Poor urban and rural populations, indigenous people and Afro-descendants have lower literacy rates, lower access to basic infrastructures and insufficient coverage of essential maternal, neonatal and child health services. Inequities are often exacerbated in overlapping marginalized populations. For example, in Bolivia and Guatemala almost half of the poor population is indigenous and in Brazil, the Afro-descendents represent half of the poor population in the country.1 Although the Region has made great strides in reducing child and infant mortality, the high newborn mortality rate in many LAC countries has not improved to the degree expected.2, 3 For example, Bolivia’s neonatal mortality rate (NMR) fell by 34% between 1994 and 2003, but it is still one of the highest in the Region.4 In Haiti, the NMR rate has decreased only 19%; however it still remains high at 32 deaths per 1,000 live births. 5 The proposed neonatal regional strategy is the culmination of a collaborative process that began in April 2005 during a World Health Day workshop in Washington, DC. The workshop explored ways to improve the health of the newborn and brought together representatives from the ministries of health of sixteen countries (Argentina, Bolivia, Brazil, Chile, Cuba, Dominican Republic, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haiti, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Peru, and Uruguay). This ongoing regional collaboration is supported by the Interagency Working Group, which is composed of representatives from the Pan American Health Organization (PAHO/WHO), the United Nations Children’s Fund (UNICEF), the United States Agency for International Development (USAID), ACCESS, BASICS, CORE and Saving Newborn Lives (SNL)/ Save the Children/USA. The purpose of the Latin America and Caribbean strategy for the reduction of neonatal mortality and morbidity is to promote evidence based interventions for newborn care in communities and through health services, with a specific focus on the most vulnerable and marginalized population groups. As interventions implemented to reduce maternal mortality also decrease neonatal mortality and improve newborn 41 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN guidance for community based organizations, non-governmental organizations, scientific societies and donors that wish to join the regional efforts to improve maternal and newborn health. Christian Lombardi health, the strategy builds upon the close link between newborn and maternal health. This document provides guidance for policy makers and health authorities for setting priorities, mobilizing resources and coordinating efforts to improve newborn health. It also provides Breast-feed exclusively the baby from the first hour of life. 42 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN 2. Context and Supportive Initiatives 2.1 Global strategies Since the UN Millennium Summit in 2000, the international community has elevated its commitment to achieving the Millennium Development Goals (MDGs) to unprecedented levels by supporting international, national and local initiatives aimed at reducing maternal, newborn and child morbidity and mortality. The fourth goal (MDG-4) targets reducing mortality in children less than five years old by two-thirds between 1990 and 2015. The fifth goal (MDG-5) focuses on reducing the maternal mortality rate by three- quarters for the same time period. The World Health Report 2005 Make every mother and child count was launched on World Health Day in New Delhi, India and calls for a new approach to saving the lives of mothers, newborns and children.6 The report is a study of the health obstacles facing women before and during pregnancy, in childbirth, and in the period that follows for them and their children. It pays particular attention to newborns, whose specific needs have not been adequately addressed with the separation of maternal and child health programs. Following World Health Day 2005, a forum was convened by the global Partnership on Maternal, Newborn and Child Health (PMNCH). The forum brought together key health officials, international agencies, development partners and civil society groups. Participants affirmed a commitment to maternal, newborn, and child health in the resulting Delhi Declaration. The PMNCH, officially launched in September 2005, marks a milestone in a growing global focus on the health of women, newborns and children. The aim of the partnership is to coordinate and intensify actions at country, regional, and global levels in support of MDGs 4 and 5 and save the lives of millions of women and children by expanding access to proven, cost-effective interventions. 2.2 Regional strategies Despite numerous challenges there has been important progress in the Latin American and the Caribbean region to improve maternal and child health; however, this progress has been unequal. The Regional Strategy for Maternal Mortality and Morbidity Reduction, launched in 2002, promotes key interventions for reducing maternal morbidity and mortality. 7 Strategies and interventions implemented to reduce maternal mortality will decrease neonatal mortality and improve newborn health to a significant extent. The national governments of the Latin American 43 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN and Caribbean endorsed Goals 4 and 5–to reduce maternal and under-five mortality– in the declaration of the September 2000 United Nations Millennium Summit.8 To help address widespread inequity in the Region, PAHO/WHO in collaboration with partners is working towards universal coverage of maternal, newborn and child health interventions.9 The Millennium Goal 4, which calls for a reduction in child mortality by two-thirds, can be achieved in the Region only if a significant reduction (approximately 50%) in neonatal mortality is achieved. Studies show that it is possible to decrease child mortality by improving neonatal health through simple, low cost, evidence based healthcare interventions.10 In order for LAC countries to achieve reductions in child and neonatal mortality through these proven interventions, the serious inequities of access to care in the Region must be addressed. Although there has been progress, the majority of maternal and child health programs in LAC address mothers, infants and children, but have a limited focus on the newborn. However, several countries such as Brazil, Chile, Cuba, Dominican Republic and Uruguay have created a national post for a neonatal care coordinator under their child health units and developed a specific package of newborn health interventions. Many LAC countries are undergoing health system reforms to increase access to health care for children under five. Over the past decade, Argentina, Bolivia, Brazil, Dominican Republic, Ecuador, Guatemala, and Peru have enacted programs to improve access to, and 44 use of, maternal and child services. Brazil’s Family Health Program (PSF) ensures the implementation of a series of health programs such as the Child Health Program and the National Pact for the Reduction of Maternal and Infant Mortality. These programs aim to reduce maternal and infant mortality rates by 15% by the year 2006, and by 75% by the year 2015. The Brazilian Ministry of Health’s Program for the Humanization of Prenatal and Childbirth Care aims to improve access to, and coverage and quality of, prenatal, childbirth, postpartum and newborn care.11 In Bolivia, the national government has been implementing insurance programs since 1996 to increase access to maternal, neonatal and child health services. The first scheme, the National Insurance Program for Mothers and Children (MCHI), targeted a reduction in maternal mortality and under-5 mortality by fifty percent. The program’s goal was to improve and increase MCH service utilization by reducing economic barriers. Ecuador’s Free Maternity Program, which grew out of the country’s national law for free maternal and child health care, is another good example of increasing access and utilization of maternal and child services. 2.3 Neonatal death in LAC region Each year nearly 12.000,000 children are born in the LAC region. Each year, 400,000 die before five years of age; 270,000 before one year of age, and of these, 180,000 die during their first month of life.12 Neonatal mortality (defined as death in the first 28 days of life)13 in Latin America and the Caribbean is estimated to be 15 per 1,000 live births, ranging from REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN 14 (South America) to 19 (the Caribbean) per 1000 live births.14 In the Region, the stillbirth rate approximates the neonatal mortality rate.15, 16 Newborn mortality accounts for 60% of infant deaths and 36% of under-five mortality, and the majority of these deaths are avoidable.17, 18, 19, 20 Mortality rates are highest in Haiti, Bolivia and Guatemala, where rates are 5 to 6 times higher than in the countries with the lowest mortality rates such as Chile, Costa Rica, Cuba and Uruguay.21 While exact proportions vary in individual countries, an approximation, especially in countries where the infant mortality rate (IMR) is not extremely high, is that about two-thirds of infant deaths take place in the first month of life. Of these, two-thirds or more deaths occur in the first week of life and, among these, nearly two-thirds occur in the first twenty-four hours.22, 23 Even though infant mortality rates have been decreasing in the Region, neonatal mortality trends have shown practically no progress over the past ten years. This stagnation is due in part to a lack of programs specifically targeting neonates; instead the focus has been on infants and older children. Several underlying factors also contribute to poor neonatal health including inequities in access to health care at the primary level and poor maternal health. 2.4 Causes of neonatal death The causes of neonatal death in the Latin America and Caribbean region for 2004 include infections (32%), asphyxia (29%), prematurity (24%), congenital malformations (10%), and others (5%).24 While some are direct causes, others, as in most cases of preterm and low birth weight may constitute predisposing factors. PAHO estimates that approximately 9% of newborns in the LAC region suffer from low birth weight (less than 2,500 grams at birth).25 Low birth weight is closely associated with increased neonatal morbidity and it is estimated that between 40-80% of infants who die during the neonatal period are associated with this condition.26 A complicating factor in the correct identification of low birth weight infants is that children born at home are often not weighed. The proportion of deaths reportedly due to prematurity needs further careful evaluation. Prematurity by itself is the primary cause of death only in a limited number of extremely preterm newborns. The majority die of complications such as sepsis that may be acquired at home or in the hospital, respiratory problems, and birth asphyxia.27 The correct diagnosis of preterm is particularly difficult, especially at the community level and in more peripheral centers where assessment of gestational age is often inaccurate. There is, however, no doubt that low birth weight and prematurity constitute very important factors that predispose morbidity and mortality and thus need to be addressed, particularly with regard to their association with maternal health. While prevention is ideal, and there are known preventable causes, this area has been challenging. Hence, improving maternal health and the quality of prenatal care, and management of these small children is essential, including the addition of supportive newborn care such as kangaroo mother care (continuous skin-to-skin contact 45 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN between mother and preterm infant), extra care for prevention of infection, and support during breastfeeding including alternative methods of oral feeding until full breastfeeding can be established. Other indirect causes of neonatal mortality include socioeconomic factors such as poverty, poor education-especially maternal education, lack of empowerment, poor access to health services and harmful traditional practices. The rural and urban poor, other marginalized communities and indigenous and Afro-descendant populations experience disproportionately high neonatal mortality. 2.5 Maternal factors affecting neonatal health The wellbeing of a newborn depends to a great extent on the health of its mother. The risk of a mother dying in Latin America and the Caribbean is 1 in 130. In contrast, in more developed countries such as Canada, it is 1 in 7,750.28 In developing countries, the 46 death of the mother in childbirth may lead to the subsequent death of the infant. Maternal factors affecting neonatal health include maternal malnutrition, the age of the mother (less than 18 years or older than 35 years); a parity of more than 5, a short birth interval (less than three years between pregnancies), third trimester hemorrhage and complications in delivery (prolonged or obstructed labor). Other factors affecting the survival of newborns include maternal infections such as sexually transmitted infections (including HIV/AIDS and syphilis) and other infections such as urinary tract infection and malaria. Low maternal education levels, poor diet, limited resources, and inadequate access to health services, poor care during labor, childbirth and post partum, as well as little power to make their own decisions are also important factors. Sickle-cell anemia is a genetic disorder found in 5% of the populations, mainly among Afro-descendant populations, and can be prevented by implementing screening and genetic counseling programs for women. REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN 3. Lessons learned and the LAC context In recent years there have been several documents on evidence based, cost effective, interventions to improve newborn health. The key ones have been summarized in a recent Lancet series on neonatal survival.29, 30 Some of these interventions are applicable to specific levels, such as the health facility or community, and some at both. Comprehensive lists are available for countries to review and adapt to their local requirements.31, 32, 33 3.1 Health systems reform Many LAC countries are facing health system reform to increase access and use of quality health care services. One of the identified barriers to access in many countries is user fees to access basic maternal and neonatal health services; this is a critical issue especially for the poor and most vulnerable populations. In addition, there is a lack of culturally appropriate models of care and outreach strategies to address geographical barriers as well as a scarcity of quality health services. In order to address the financial, cultural and structural obstacles to health care for women and children, some countries in the Region are undergoing successful reform processes targeting access to quality maternal and child health services. These reforms focus on the continuity of care across women and children’s health (Brazil), maternal and child national health insurance initiatives (Bolivia), and free maternity programs (Ecuador). Other countries are implementing outreach strategies such as mobile brigades, community pharmacies, and community health worker (CHW) networks (Guatemala, Bolivia, Nicaragua, among others). Due to the close link between maternal and newborn health, essential obstetric care (EOC) has been expanded to include essential neonatal care (Honduras, Peru and Paraguay, among others) and integrate the needs for skilled personnel, supplies, community support and referrals. 3.2 Continuum of care Addressing newborn health within the context of maternal, neonatal and child health is a critical move from fragmented service provision to a holistic and integrated approach. This ‘continuum of care’ focus meets the health needs of mothers and babies pre-conception, during pregnancy, childbirth, and the postnatal period, and necessitates a coordination between the household, the community, and health facilities where women and children can receive their care. 47 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN Globally, the continuum of care model has been adopted by WHO and the Partnership for Maternal, Newborn, and Child Health as essential to the survival and wellbeing of mothers and newborns. The newborn cannot be viewed separately from the mother, and the survival of the newborn falls to the skilled attendant who cares for both mother and newborn during the critical hours following birth or a well trained CHW when a skilled attendant is not available.34 The evidence suggests that the first week of life is the most vulnerable in terms of neonatal mortality risk and that the first 24 hours of life may determine a child’s survival. In countries where the IMR is not extremely high, about two-thirds of infant deaths take place in the first month of life. Integrating health interventions between home and health care facility is essential for addressing deaths in the newborn period, given that many births occur at home and babies born in facilities are frequently discharged early. Support with immediate and exclusive breastfeeding, keeping the newborn warm, delaying the baby’s first bath, essential management of asphyxia, prevention of infection, extra care for low birth weight babies, and care of the sick infant are important for keeping newborns healthy. A large number of sociocultural factors influence the care of the mother and newborns in the home and in health facilities. Communication, community mobilization and empowerment strategies are necessary to promote healthy behaviors related to basic preventive care and to motivate appropriate care-seeking. 48 Despite health promotion and disease prevention efforts, babies could develop health problems which necessitate the family seeking care from an appropriate provider. Eventual health problems result in a high community demand for treatment and this shared need for treatment services can help mobilize the community to insist upon improved service provision. To assist community mobilization efforts, effective empowerment, participationincluding community involvement in planning maternal and newborn health programs, and communication strategies are needed. Strengthened providers who possess good interpersonal and intercultural skills, and the effective use of popular communication methods and integrated mass media can help promote healthy behaviors in the home and increase appropriate care seeking behavior, all of which can lead to reduced neonatal mortality. 3.3 Delivery of care to the newborn Countries have different pathways to becoming a skilled birth attendant. For example, Chile, Ecuador, Paraguay, Peru, Uruguay, Argentina, the United States and Canada have four to five year university programs for midwifery. In addition, all countries have nursing training and others provide a specialization for nurses in midwifery. The English-speaking Caribbean, Jamaica, Trinidad and Tobago and Guyana have made special efforts to continue to offer direct entry programs for midwifery. These programs include training in institution-based maternal and newborn care and some are based on the ‘continuum of REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN care’ model. It has been demonstrated that the availability of and care by midwives and nurses with newborn care skills are critical factors in reducing neonatal mortality. However, many LAC countries still do not have programs for training professional nurse midwives (e.g. Guatemala, Bolivia). If proper care at delivery is inadequate in some countries, postpartum care presents even greater challenges. For instance, according to recent data from Peru, 3 out of 10 women delivered their babies at home, and more than half of these (54%) did not receive any postnatal care.35 In Bolivia, only 25% of all women who had a baby received postnatal care.36 Not receiving care after childbirth represents a high risk situation since a high incidence of complications occurs in the postpartum period for both mother and babies. There may not only be inadequate quality of care, but also inappropriate timing of health visits. Mothers and babies are often asked to return to the health center four to six weeks after birth, although in some countries they are told to come earlier. This, however, does not address the critical early postpartum period of the first week of life, when most of the maternal and neonatal deaths take place. Mothers and their babies are often discharged from hospitals and facilities within six to twelve hours after delivery when the probability of developing a life threatening complication is still high. It is essential that mothers and newborns receive early postnatal care, within three days of delivery, either at a health facility or at home, to prevent or manage problems during this vulnerable time. Standards and protocols for the care of babies at high risk, like preterm and low birth weigh infants, or babies who underwent resuscitation, are usually lacking. In some LAC countries, cultural practices relating to delivery and postpartum periods tend to keep mothers and babies secluded within their homes for periods up to six weeks. Lack of empowerment of women, lack of awareness of maternal and newborn needs, difficulties in transport, and the poor quality of care in some health facility services constitute additional barriers to utilization of health services. The neonatal mortality rates are highest in countries where newborns are primarily delivered at home. The greatest proportion of home deliveries, as noted by demographic and health surveys, is found in Haiti (77%), Guatemala (60%), Honduras (44%), Bolivia (40%) and Nicaragua (33%).37 These births are often attended by a traditional birth attendant or, in some communities, only by a family member. Unfortunately, except in countries where the NMR has decreased considerably, even basic essential newborn care is inadequate, especially at peripheral or first level centers where prevention of infection and management of asphyxia can be lacking. One of the challenges, even in larger hospitals, is the occurrence of hospital acquired infections that can contribute significantly to neonatal mortality and morbidity. 49 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN Essential obstetric care has been expanded in the Region in countries such as Paraguay and Bolivia to include essential neonatal care, in what is labeled Essential Obstetric and Neonatal Care (EONC). This expanded care model includes monitoring infant body temperature and specific antibiotic treatment for sepsis, among other components. Implementation of EONC requires skilled personnel, necessary supplies, community support, and, where needed, an emergency plan for referrals to a facility with more comprehensive EOC services. The components of basic and comprehensive EONC are noted in Appendix 2 and need to be applied where feasible. deliveries in LAC occur at the institution level [see Appendix 1], although there are wide variations among and within countries. In rural areas, access to skilled birth attendants, supplies, functioning equipment and referral services is frequently limited. In addition, a significant proportion of rural births may be attended by auxiliary nurses who do not have the necessary midwifery skills. Further, even “skilled birth attendants” may not always have the necessary competencies to deal effectively with problems of both the mother and the baby. In those countries where babies are mostly delivered at home, the neonatal mortality rates are the highest. At a global level, other successful methods of newborn care have been reported. It is important to learn from these country experiences and identify those that can be adapted to the LAC region. The SEARCH model from Asia was instituted by community health workers linked with traditional birth attendants and included home based care for the newborn, including both preventive and curative care addressing primarily birth asphyxia and sepsis. Sepsis was managed with oral and injectable antibiotics. Neonatal mortality decreased by 62% over a period of three years.38, 39 3.5 Community based care 3.4 Care and access to skilled birth attendance Access to quality skilled care at birth is low in many areas of the Region where the highest maternal and neonatal mortality and morbidity rates occur. On average, 79% of 50 The Bolivian WARMI Project, which reduced perinatal (the period five months before, and one month after birth) mortality by nearly 50% in project communities, was the basis of five community neonatal care projects in the Region.40 The interventions, detailed in case studies, were primarily carried out in peripheral and remote areas not easily reached by government health services. Private voluntary organizations (PVOs) and nongovernmental organizations (NGOs) – such as SNL in Bolivia and Guatemala, CARE in Peru and BASICS in El Salvador– played a major role in providing these communities with low-cost, tested interventions to reduce neonatal mortality at the community level. It was found that such organizations are useful links between communities, health care providers and the government. The key operational elements noted in the case studies REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN included the need for 1) multiple roles and a range of personnel; 2) specific roles that CHWs and traditional birth attendants (TBAs) performed, including an enhanced technical role for CHWs in selected areas; 3) a proposed package of essential newborn care interventions; 4) minimizing start-up time for neonatal health care programs; 5) recognizing and catering to different program needs in rural and periurban environments; 6) identifying and promoting ways to improve utilization; and 7) using partnerships to build sustainability and scalability.41 3.6 Integrated Management of Childhood Illness The general strategy of Integrated Management of Childhood Illness (IMCI) addresses children aged one-week to five years old and aims to reduce child mortality and morbidity by combining improved management of common childhood illnesses with proper nutrition and immunization. The strategy includes interventions to improve the skills of health workers, the health system, and family and community practices. The recently developed neonatal component incorporates care in the first week of life and has been recognized as crucial to achieving a reduction in infant mortality. Since 2003, the strategy has been implemented to varying extent in Bolivia, Colombia, the Dominican Republic, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haiti, Honduras, Nicaragua, Panama, Paraguay and Peru. In some instances, it has been accompanied by training health workers at the institutional level for neonatal resuscitation in collaboration with the American Academy of Pediatrics, non-governmental organizations, and nonprofit institutions. In addition, medical school curricula have been adapted to include newborn components in countries such as Bolivia, Guatemala and Honduras. The dissemination of the expanded IMCI strategy has been supported by PAHO in collaboration with ministries of health; national professional bodies of pediatricians, perinatologists and neonatologists; and community organizations. The community component of the neonatal IMCI was first developed in 2002 and initially tested in the Dominican Republic and Peru. It was further adapted based on lessons learned. With the support of PAHO, UNICEF and NGOs such as SNL/ Save the Children, the community component has been implemented in Bolivia and Paraguay. It is expected that the cumulative experience of implementation of the neonatal IMCI strategy and the lessons learned will shape neonatal-related policy and program development in these countries. 3.7 Immunization Immunizations have made significant contributions to the reduction of neonatal and child mortality throughout LAC. Since 1990, mortality from measles, neonatal tetanus and bacterial meningitis caused by Haemophilus influenzae has been reduced by greater than 95% compared with 1990 figures, and mortality caused by pertussis decreased by more than 80%. Immunization has also played an important role in reducing postpartum 51 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN tetanus, and vaccination against rubella has contributed to decreasing congenital rubella syndrome prevalence. 3.8 Micronutrients Micronutrient deficiencies are common in women of reproductive age. Many women enter pregnancy with inadequate micronutrient reserves and with deficiencies that could seriously affect their health as well as that of their newborn. Anemia is a recognized risk factor for maternal mortality and perinatal health when associated with ante-partum and postpartum hemorrhage, still births and low birth weight, accordingly. Anemia, present in 40% of pregnant women in LAC, ranges from slightly over 20% in Argentina, Chile, Mexico and Uruguay; to over 50% of pregnant women in Cuba and Peru, to 60% in some islands of the Caribbean.42 Folate insufficiency is a risk factor for neural tube defects in newborns, a devastating birth defect that causes mortality or life-long disability. Vitamin A and zinc deficiencies may contribute to perinatal sepsis by impairing the physiological response to infections. 52 is a common harmful practice in the Region. Special interventions such as keeping mother and baby together after birth, skin to skin contact within the first hour, and monitoring breastfeeding (e.g. MADLAC in Ecuador and El Salvador) have been found to improve breastfeeding outcomes. In El Salvador, the Ministry of Health with the support of BASICS has expanded the intervention to MADLAC PLUS to include other components of basic essential newborn care.44 3.10 Mother to child transmission of HIV 3.9 Breastfeeding Since the early 1990’s the HIV epidemic has become a serious threat to child survival in Latin America and the Caribbean mainly due to mother to child transmission (MTCT). In Brazil, an estimated 13,500 pregnant women were infected by HIV in 2002. In addition, between the years 2000 and 2003 there was a 24% increase in the annual incidence of AIDS among children less than 13 years old as a result of mother to child transmission of HIV.45 In the Caribbean, PAHO/CAREC estimated that between 2,500 and 4,000 children were born infected with HIV in 2002 alone. Breastfeeding is recognized as a key factor in newborn and infant health, especially immediate and exclusive breastfeeding. While an estimated 90% of mothers in LAC breastfeed their newborns, only 35% breastfeed exclusively for six months.43 Giving newborns teas or other fluids before breast milk or the early introduction of other fluids One cost-effective intervention to reduce HIV infection among children under 10 is the prevention of mother to child transmission (PMTCT). This comprehensive prevention strategy involves voluntary counseling and testing for pregnant women and referral for antiretroviral treatment for those testing HIV positive. Quality prenatal care can be a REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN key entry point for HIV care and treatment. If integrated into prenatal care, PMTCT may prevent at least 50% of HIV infection in children. Currently, several countries in Latin America and the Caribbean offer PMTCT in 100% of their prenatal services; however, there are wide disparities among countries in PMTCT coverage and the level of its integration into primary care. Out of 21 reporting countries, 60% are below coverage.46 Success with PMTCT has been documented in the Region. For example, the Bahamas showed HIV incidence among children less than 1 year old decline from 3 cases per 1000 live births in 1994 to 0 cases per 1000 live births in 2002.47 Other LAC countries have reported some degree of success in halting the spread of HIV among children and making available public health interventions that can help achieve HIV-free-generations in the Americas by 2015.48 3.11 Surveillance Several LAC countries such as Brazil, El Salvador, Guatemala, Honduras, Paraguay, and Peru have maternal mortality surveillance systems in place and have set up maternal mortality analysis committees at the national and departmental level. Countries such as Paraguay and Bolivia have integrated neonatal mortality into these systems, although implementation has yet to occur. An ongoing challenge for the Region is to improve the registration of stillbirths and neonatal deaths in official record systems. In many countries, a stillbirth or newborn baby who dies is not considered a person needing to be officially registered. Most LAC countries do not routinely monitor the indicators used for data collection. Local review, analysis and use of the information collected for decisionmaking are also grossly inadequate. 53 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN 4. The Interagency Regional Strategy for Reducing Neonatal Mortality What can be done to improve newborn health Neonatal mortality is a major contributor to child mortality in LAC and is an obstacle to the attainment of the Millennium Development Goals. Most neonatal deaths are preventable and effective interventions have been well documented. Countries need to define key strategies and actions to establish, implement, strengthen and expand interventions to promote newborn health within the framework of maternal and child health. Activities need to be carried out and coordinated at several levels. Based on lessons learned, the proposed strategy focuses on evidence based sector wide interventions to create a favorable environment; to develop and promote effective public policies at all levels using the MNCH ‘continuum of care’ model while stressing newborns and with a special emphasis on community; build linkages across programs; improve the response capacity and quality of health services by strengthening primary health care and levels of referral; provide effective, integrated and culturally appropriate health care; update and strengthen the competencies of the health workforce; promote interventions to empower individuals, families and communities; and develop a surveillance, monitoring and evaluation system to assess progress. Countries need to act now, focusing on the following key areas within the context of maternal, newborn and child health: 54 A. Create an Enabling Environment for Promotion of Neonatal Health In order to reduce neonatal mortality, an enabling environment must exist that takes into account the political commitment of authorities to implement policies, promote evidence-based protocols and standards, and procure technical and financial resources to facilitate and support required activities. Government authorities should not only strengthen their health systems, but also address community needs. Similarly, organizations, notably NGOs and faith-based organizations that work well at the community level, should link with government and health systems. All programs should proactively build in strategies to target the poorest and marginalized groups in order to ensure adequate and appropriate coverage. REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN Efforts must be made to increase the visibility of neonatal health and develop greater capacity for national policy development and prioritysetting in the context of maternal, newborn and child health (MNCH). Strengthened evidence based MNCH interventions are needed for improved policy development and advocacy activities, more focused prioritysetting, and increased program effectiveness at service and community levels. Without this, substantial reductions in neonatal mortality will not occur, and the Region will not achieve the child mortality reduction targets in the Millennium Development Goal 4. Policy frameworks should be developed to improve newborn health and reduce neonatal mortality through high-level political commitment. Needed are clear national guidelines and initiatives to establish and strengthen vital registration systems, ensure reliable financing for essential interventions and address neonatal health workforce issues including the preservice and in-service training requirements of doctors, midwives and nurses. It is also critical to work with key partners with clear roles and goals, and integrate neonatal health into existing programs such as reproductive and maternal health (both essential and emergency obstetric care), and child survival, including IMCI, breastfeeding, and nutrition. As newborn health tends to be overlooked during the integration process, it is necessary to increase the visibility of the newborn to prioritize actions to assure neonatal health. Strengthening partnerships through a participatory plan should include global, regional, national and local partnerships with ministries of health, donors, international cooperation agencies, and other key stakeholders including civil society, traditional healers and non- governmental organizations. Stronger links need to be developed between professional bodies, such as associations of obstetrics and gynecology, pediatrics, perinatology, neonatology and nursing. PAHO technical cooperation with countries and other partners focuses on policy development, advocacy for family and community health, service delivery, development of human resources, support for resource mobilization, information and knowledge management, surveillance, and monitoring and evaluation. Keep the baby dry and warm. 55 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN Promote an Enabling Environment at the Policy Level 1) Carry out continued, targeted advocacy to incorporate newborn health as a high priority in policies of national and local governments. 2) Identify ‘champions’ to support the agenda and raise awareness and funds. 3) Establish and strengthen ‘cells’ or sections in the national ministry, subnational and local governments to focus on newborn health within the framework of maternal and child health and develop and implement evidence based norms, protocols, and standards addressing both health systems and the community. 4) Develop built-in strategies during planning and implementation to target vulnerable and marginalized groups and promote equity-based care. 5) Promote advocacy and activities for procuring finances from: (a) Country governments (b) Stakeholders, local and international 6) Seek additional technical support as required from local and international agencies thus benefiting from lessons learned from other regions. Promote ‘south to south’ collaboration. 7) Ensure close collaboration with partners (national and local governments, other stakeholders, bilaterals, NGOs, traditional healers, faith based organizations, key community leaders, and other organizations including professional bodies) with plans for progressing quickly to scale. 8) Integrate newborn health activities with existing programs such as those for maternal health (both essential and emergency obstetric care), child health activities including IMCI, and HIV/AIDS-PMTCT programs and congenital syphilis, taking care to maintain clear visibility of the newborn health component. B. Strengthen Health Systems to Improve Access to Maternal, Newborn and Child Health Services Universal access to MNCH care should include the provision of skilled care at birth. Services should provide continuity of care, ensuring that access to care during pregnancy, childbirth and the postpartum period extends through the first month of life and beyond. Effective monitoring to ensure adherence to standards, guidelines and protocols is key. This includes continuous supportive supervision, strengthening of referral systems and formative management with accountability, scheduled follow-up, support with a focus on primary health care and a social audit process to validate outcomes. 56 Universal access to care It is essential to review the curriculum of inservice training and pre-service education to assess and improve the adequacy of training courses, particularly related to newborn care. Priority needs include skills and knowledge for essential newborn care, care of vulnerable babies such as low birth weight infants and those born to HIV positive mothers and the identification of essential care for the sick newborn. Priority should be given to knowledge and skills related to the effective management of infections, birth asphyxia, and hypothermia (thermal regulation of the preterm newborn), which are the leading causes of death. REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN Government policy and programmatic responses should also be strengthened to address women’s education and empowerment issues. It is critical to link women’s and community development organizations, notably NGOs and faith-based organizations with proven effectiveness and credibility at the community level, with government and health systems to achieve the synergies needed to empower women, assure broad-based support for maternal and newborn health needs by family and community, improve coverage and quality, and extend care to the most marginalized. Marginalized groups include the urban and rural poor, and indigenous and Afro-descendant populations. Continuum of care A holistic and integrated approach reflected in the continuum of care model is required to address newborn health within the framework of maternal, neonatal and child health.49 This includes the following: (a) Care from pre-pregnancy to the postpartum period includes health care to young girls and women of reproductive age and counseling for healthy behaviors, family planning, and nutrition including the need for appropriate folic acid supplementation. This needs to be linked with care for the mother in the prenatal, delivery and postpartum periods and with the care of the newborn after delivery. This approach is extremely important given the very close link between maternal and newborn health. (b) Home to hospital continuum of care is a key issue. As a number of births and deaths in the newborn period take place at home and even children born in facilities are discharged early, there is a need to involve the family and the community. A large number of traditional factors influence family behaviors such as when and where to seek care. Hence communication and community mobilization strategies are critical to promote healthy behaviors related to basic preventive care and to motivate appropriate care-seeking. These components are covered in the BASICS/CDC/USAID framework called the ‘pathway to survival’.50 This model incorporates the need to integrate and coordinate the care that takes place inside and outside of the home. Merely encouraging care-seeking is not enough and may even result in loss of credibility if there are not improvements in the quality of services available at facility level, including improved supportive behavior by the health staff. The latter is needed to promote utilization of health services. A respected functioning link between the community and facilities is also beneficial. (c) Continuum of care from preventive to curative services is essential to achieve a greater reduction in neonatal mortality. While prevention is important, babies will inevitably develop health problems 57 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN and need to be treated. In fact, the latter is often the greater demand of the community. neonate.52, 53 Training programs for health workers who care for newborns need to emphasize: Because of several challenges including inadequate resources, both financial and human, providing the full continuum of care may be difficult. Hence, prioritizing activities to suit local requirements, commencing with the more feasible interventions and subsequently phasing in the others will help. Similarly, working with partners who can address different components and bring in additional resources will also provide some support. 1) Prenatal care, including tetanus immunization, nutrition, birth preparedness, family planning, early detection and treatment of complications. Improve skills and competencies of health care providers The Universal Declaration of Human Rights states that “motherhood and childhood are entitled to special care and assistance” and the Convention of the Rights of the Child guarantees a children’s right to the highest attainable standard of health.51 So that children are able to reach their highest standard of health, it is necessary to review the roles and functions of care providers, doctors, nurses, midwives and auxiliary nurses including those in peripheral areas (first line workers) to ensure competence in the area of child, especially newborn, health. Ensuring that care providers are skilled in basic essential and emergency newborn care is critical to avoid mortality and prevent morbidity in the 58 2) Essential care for the healthy newborn including care at birth such as immediate drying and wrapping, delay of first bath, encouraging immediate and exclusive breastfeeding without pre-lacteal feeds, cord care, extra care for low birth weight and preterm infants, including kangaroo mother care and early postnatal visits within three days of birth with proper assessment and care. 3) Immediate care for the sick newborn including management of birth asphyxia, administration of antibiotics for sepsis, and effective referral for problem cases requiring additional specialized care. 4) Postnatal care, assuring early neonatal evaluation. 5) Basic skills for obstetric and neonatal emergencies including the use of incubators, IV’s, and transfusions. Ideally, mothers and newborns should be managed by a qualified birth attendant such as a doctor, nurse, or midwife. However, in the REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN Region there are a significant number of services provided only by an auxiliary nurse and there are communities in which home deliveries are common. It is thus crucial to involve and link with traditional birth attendants (‘parteras’ in Spanish) and community health workers as noted below in the section on community based interventions. The adoption of IMCI by many LAC countries has provided a framework that can be improved by strengthening elements such as the newborn component, quality of health care and supplies, highlighting the management of infections and identification of low birth weight, and improved care at birth. Although countries with the lowest NMRs tend to show a high percentage of births attended by skilled personnel, merely having skilled birth attendants does not always improve outcomes as indicated by data from some LAC countries (Appendix 1). Reduction in neonatal mortality requires better training with quality assurance and supportive supervision; improvements in infrastructure, procurement and maintenance of basic equipment; and supplies and drugs for preventive, curative and emergency care. In addition to the necessary technical skills, consideration of local cultural practices and improved supportive behavior and interpersonal communication by care providers can contribute significantly to family acceptance of health services. Improve quality of hospital-based newborn care At larger hospitals, neonatal special care and intensive care units need to pay more attention to quality. In particular, they need to focus on asphyxia management, prevention of infectionespecially hospital acquired infection, and to acquiring adequate competent staff experienced in newborn care, equipment use and accurately dispensing drugs. In the larger centers, separate units are required to care for at-risk and sick neonates. The choice of procedures and equipment is also important. Priority should be given to procedures that are less invasive and thus less likely to result in infections, and to equipment that can be easily maintained and serviced. While equipment such as incubators and ventilators are useful, they should be procured only by units with access to the above resources and with skilled staff that can use them efficiently. Otherwise, they may lead to problems such as infection and increased mortality. Having properly trained, competent doctors and nurses and appropriate equipment is extremely important to providing optimal care to newborns. 59 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN Improve Quality of Services at Facility Level 1) Promote a holistic approach with continuum of care from (a) preconception, pregnancy, childbirth, neonatal period and childhood, (b) home to hospital, and (c) prevention to curative care. 2) Plan and implement actions to promote scaling up and sustainability 3) Ensure adequate training of health professionals along with quality assurance and supportive supervision. 4) Promote procurement of adequate and ongoing supplies (appropriate drugs and suitable equipment), particularly for first level facilities. 5) Strengthen and implement a triage system with provision of appropriate quality of care at different levels with 6) Promote communication strategies at facility level for key family behaviors to improve newborn health 7) Develop functioning links between the facility skilled birth attendants and the community based traditional good referral and counter referral systems. birth attendants and other CHWs/CHVs to increase referrals of mothers. 8) Plan and initiate activities early to achieve long term goals such as: a. Improvement of the pre-service education of medical, nursing/midwifery and other para-medical personnel. b. Increased numbers of competent skilled birth attendants, especially nurses and midwives available twenty-four hours a day, supported by adequate drugs, supplies, equipment and effective referral systems Strengthen and involve the private sector Private practitioners such as doctors or nurses should be included in capacity building as they too can be involved in providing care for newborns. In LAC, formal health care personnel such as doctors may not have received obstetric training or may not have full competency in this area. Qualified personnel can be trained in neonatal care and supported as noted above in the public sector. At the community level, private providers also include persons who sell medicines and some of the traditional healers. These may 60 be trained to promote healthy behaviors, somewhat similarly to CHWs. Improve pre-service education In-service or continuing education can be time consuming and costly. It also takes personnel away from work during periods of training. Consequently, it should be reserved for updates and refresher courses. It is therefore essential that the pre-service education of doctors, nurses, midwives and paramedical personnel is improved so that at or soon after qualification, the relevant staff has competency and skills in essential newborn REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN care. At a minimum, necessary skills include basic preventive care, resuscitation of birth asphyxia, care of minor problems including infections, administration of both oral and injectable antibiotics, and identification of danger signs and effective referrals. C. Promote Community Based Interventions A significant number of births and neonatal deaths take place at home. Even in institutional deliveries, mothers and newborns are discharged early. Therefore involving the community in the promotion of healthy behaviors (e.g., immediate and exclusive breastfeeding, keeping infant warm and dry) and early and appropriate care seeking for problems is extremely important. The Region also needs to invest in birth preparedness plans, community transport and surveillance systems. Transporting a mother or newborn with problems to an appropriate health care facility will improve health outcomes. Role of community health workers Community based care involves more than just TBA training programs, but rather capacity building of all available community health workers and volunteers such as health promoters, TBAs and other social actors such as school teachers, members of youth groups and unions, suitable to their level of understanding. Interventions should include communication and community mobilization strategies that will promote healthy behaviors and increase appropriate use of existing health services. Community based care is important in all countries and regions, but increased emphasis and greater involvement of CHWs and CHVs including TBAs are crucial in areas with difficult geographical access as these areas typically are not covered by other health services. TBAs have been in communities a long time and have a close relationship and credibility with many families. Through community mobilization and by establishing a good link with the TBAs, the CHWs/CHVs can be promptly notified of new births. This can promote early postnatal home visits. In locations where untrained family members are the birth attendants, there are obvious challenges in addressing birth complications and neonatal problems. With regards to appropriate care seeking, mothers may feel uncomfortable receiving care from formal health care workers or cultural practices and superstitions may inhibit seeking neonatal and postpartum care. There is a growing interest in establishing links between TBAs and qualified midwives using the former to detect danger signs and institute early referral of problem cases. Promotion of key practices in maternal and newborn care and general information for the community should go hand-in-hand with promoting the use of health services. There may also be a place for home-based life saving skills.54 61 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN Community and social mobilization Community participation and family commitment are critical to maternal and neonatal care. NGOs, faith based organizations, civil authorities, and local health services can play major roles in community mobilization and capacity building of community based groups. Women’s groups that have received capacity building in maternal and neonatal care are well known for their roles in promoting and advocating for appropriate care. The special role of grandmothers in promoting behavior change in the community has also been highlighted.55 The involvement of men is also required in community mobilization. They are especially needed in facilitating the empowerment of women, sharing health care roles, and arranging emergency transport. Community groups can also play a beneficial role in establishing emergency support networks. Access to transportation may represent the difference between life and death for women and newborn infants who are at risk or have developed complications. There is also a need to implement innovative home or community case management of at least some of the neonatal problems where referral is not possible, especially in situations where geographical access to health services is the main barrier to receiving timely care. 62 The adoption of healthy behaviors such as accessing prenatal care and skilled attendance at birth, immediate and exclusive breastfeeding, and appropriate care seeking for neonatal problems is key to improved care at both the community and health facility level. Strategies that are useful in achieving healthy behavior change includes: Interpersonal communication: Key messages can be effectively conveyed through community health workers, volunteers and health facility workers. Capacity building with emphasis on good communication and negotiation skills and limited, key and clear messages are helpful. As with all training, quality assurance, supportive supervision and monitoring are essential. Communication strategies at the health facility level may be more challenging as the staff tends to be more involved in delivery of care and less so in health education. However, utilizing established and welltrained community workers at the peripheral facility level or assigning a specific health worker by rotation to deliver messages may lessen the burden. Traditional methods: In some communities, traditional methods such as street plays and puppet shows are useful and acceptable for relaying important information. REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN Mass communication: In addition to the above methods, the use of mass media can be a valuable tool for widely broadcasting key messages; however, the high cost associated with this strategy is problematic. Securing government support to subsidize the cost and motivate donor involvement is recommended. Support Community Based Interventions and communication strategies 1. Build capacity building of key community health workers, volunteers and TBAs (parteras) and other suitable actors, with quality assurance and supportive supervision. 2. Implement communication strategies to promote healthy behaviors (see section on communication). 3. Promote social/community mobilization strategies for active involvement of civil and religious leaders, groups such as those comprising women, grandmothers, youth, and men to promote healthy behaviors and specific needs including birth preparedness, transportation, and finances. 4. Establish and strengthen links between the community and health facility. 5. Implement alternative suitable home and community based case management where referral is not possible. 6. Develop prioritized simple messages to promote key healthy behaviors. 7. Deliver the messages through a number of suitable strategies including interpersonal communication, traditional methods and mass media. 8. Explore ways to subsidize cost of using mass media. D. Develop and Strengthen Monitoring and Evaluation Systems neonatal health. The establishment of feasible intermediate goals is a key priority in the development of a M&E system. Monitoring and evaluation (M&E) at all levels are key elements within health systems planning, programmatic service delivery and health information systems. Strengthened capacity to assess impact as well as monitor performance is crucial to reducing neonatal mortality, mitigating vulnerability and improving In order to track the progress of neonatal health programs and actions, it is critical to have monitoring and evaluation programs in place to document results and evaluate both the care service and community response. It is also important to monitor whether or not planned public policies have been implement- 63 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN ed. A successful monitoring system also helps to identify barriers and equity gaps in terms of access to quality services. Monitoring should be an integral part of program implementation, and data analysis for decision-making should be part of the work culture among health staff. There needs to be established M&E systems to help ensure that vulnerable or marginalized groups are visible and covered by health services. The establishment or strengthening of vital registration systems, including birth registration (with birth weight), stillbirth and neonatal death registration (with age at death) is a critical step in the development of monitoring and evaluation systems. These systems must, at a minimum, enable the accurate and timely recording and reporting of results, and provide the data for the evaluation of service coverage, quality and community response. As monitoring is also an essential component of program planning and implementation, data analysis for operational decision-making must become part of the job descriptions for health staff. For this reason it is essential to develop a set of minimum standard indicators that are feasible to collect. In addition, data must be regularly reviewed at key levels to monitor results and plan and implement changes to promote achievement of the defined goals and outcome. Ways to strengthen and improve the health system for and through data collection and analysis include compulsory registration 64 of newborns and reporting of stillbirths and neonatal deaths; evidence based policy development in priority settings; reliable financing for essential interventions through predictable budget allocations; ensuring adequacy in human resource development, achieving efficiency in the supply chain and logistics systems, and guaranteeing free access to an essential package of health services. Evaluation methods such as case analysis, perinatal audits, and verbal autopsy have been useful in the detection of neonatal health problems related to the supply of health services and community demand for them. While each method has its advantages, care has to be taken to involve care providers and the community, and choose the appropriate technology for the local situation. Ideally, newborns should be weighed and registered at birth. Records of birth weight help to effectively monitor the occurrence of low birth weight newborns. Currently this data is available predominantly from institutional births (see Appendix 1). The recent review of global action on child health has also suggested monitoring the prevention of mother to child transmission of HIV, although this requires follow up into infancy.56 Thus while a large number of indicators are available,57, 58 in practice it is essential to limit them to a few key ones that are feasible for collection. Countries have been taking advantage of the external Demographic and Health Surveys and REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN the Maternal and Child Health Surveys which are conducted routinely in all countries of the Region. However, countries and ministries of health need to improve their own routine data collection systems, incorporating not only critical neonatal indicators and vital statistics, but also capacity building for the appropriate use of the collected data at the local and district level. Community surveillance systems are aimed at engaging the community and social actors to generate dynamic processes to collect, analyze, and respond with concrete actions to observed health issues. For a community, the very act of recording morbidity and mortality events can be a powerful tool for focusing attention on maternal and neonatal health. Promote Key Strategies for Monitoring and Evaluation 1) Select prioritized, key, feasible indicators such as (a) Neonatal mortality rate (b) Still birth rate – preferably differentiating between fresh and macerated stillbirths as some of the fresh stillbirths can be prevented and some are actually early neonatal deaths. (c) % of births attended by skilled birth attendants (d) % of births at facility level (e) % of pregnant mothers receiving two or more antenatal care visits (f) % of newborn infants breastfed within one hour of birth (g) % of newborn exclusively breastfed within the first month (h) % of babies who receive postnatal care within three days (i) % communities with emergency transportation plans (j) % of women accessing prenatal care with a birth preparedness plan 2) Promote continuous monitoring of vital statistics by local authorities/governments 3) In addition to collecting data for onward transmission to national centers, promote review and use of data locally to improve services with the involvement of community leaders 4) Monitoring systems should also have inbuilt systems to ensure that poor and marginalized groups are covered 5) Develop community surveillance systems with community action plans 65 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN 5. Financial Implications WHO’s 2005 Report Make every mother and child count emphasized that “more than 6 million children can be saved with simple health care.”59 The Bellagio Child Survival Series states that if the coverage of evidence based interventions were increased, 63% of all infant deaths and 35% to 55% of neonatal deaths could be averted.60 This analysis also suggests that 90% of women and newborns could be covered by these interventions for just US$ 1 per capita. It is essential that LAC countries allocate resources in their national and local budgets for implementation of their planned interventions. In addition, the international cooperation agencies must also designate funds to make country efforts viable. PAHO/WHO, UNICEF and the World Bank are committed to reducing infant and neonatal deaths. at the country and regional level, for both technical and financial assistance. Fill the baby with much love and care. 66 This provides an opportunity to create coordinating bodies, Vassil Anastasow The new Global Partnership for Maternal, Newborn and Child health is evidence that international agencies such as USAID, REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN 6. Next steps A regional strategy document such as this is useful only if it is applied at the country level, and neonatal mortality and morbidity is reduced. Individual countries will need to determine what actions are most suitable for them to progress towards achieving MDGs 4 and 5. Noted below are a few suggestions for the next steps that countries may like to consider for moving ahead. 1) Review key components of the regional strategy and develop an adapted version that can be applied within the country to suit local requirements. 2) Work with partners and: a. Develop a Task Force or National Committee with key partners interested in newborn health, including representatives from the government, other key stakeholders, NGOs, faithbased organizations, professional bodies and other organizations. b. Form smaller working groups for specific components such as capacity building with quality assurance and supportive supervision, community based care, communication strategies and monitoring and evaluation c. Develop active functioning links with partners working at government, health facility and community levels in the public and private sectors. 3) Develop a work plan for improving newborn health within the framework of maternal and child health over a defined period. 4) Identify key prioritized feasible actions to commence with during the initial phase, such as the first one or two years. 5) Define the budget required to implement planned activities, identify suitable sources for funds, and carry out advocacy and appropriate actions to procure the resources from the national government and through other stakeholders. 67 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN Appendix 1 Neonatal and Maternal Mortality, Deliveries Attended by skilled personnel and Low Birth Weight Babies in selected countries of LAC Region, 1994-2000 Country Neonatal mortality ratea Perinatal mortality ratea Maternal mortality Ratio (100,000lb.) b,d,e % Deliveries attended by skilled personnel b % of Low Birth Weight Babies c 24.2 60.8 94 21 7 12 97.8 31.4 90 62 77.2 78.6 71.1 85.9 79 96.6 93.4 11 12 13 14 12 16 11 9 7 10 8 95.7 99.6 99.7 91.3 99.1 95 100 99.3 97.5 99.8 99.9 9 23 9 10 8 10 10 8 7 5 6 Scenario 1: NMR 20 or more Haiti Bolivia Guyana 34 27 25 Dominican Republic Guatemala Suriname Honduras Nicaragua Ecuador Peru Paraguay El Salvador Brazil Mexico 19 19 18 18 18 16 16 16 16 15 15 Colombia Trinidad & Tobago Venezuela Panama Argentina Jamaica Barbados Uruguay Costa Rica Chile Cuba 14 13 12 11 10 10 8 7 7 6 4 54 523 31 230 40 123.3 Scenario 2: NMR 15-19 28 91.7 23 77.7 30 n/a 28 108 23 87.3 20 76.4 20 185 20 174.1 20 173 20 64.6 22 62.4 Scenario 3: NMR less than 15 23 77.8 26 67d 18 57.8 15 43 14 40.1 17 95 17 n/a b 14 51d 13 36.3 8 17.3 14 52.2 Sources: a WHO. Neonatal and Perinatal Mortality 2006: Country, Regional and Global Estimates. Retrieved (07/12/06) from http://www.who.int/making_pregnancy_safer/publications/neonatal.pdf b OPS/OMS, Situación de la Salud en las Américas. Indicadores Básicos, 2006. Retrieved (07/27/06) from https://intranet.paho.org/DD/AIS/INDICADORES2006_SPA.PDF c UNICEF. State of the world´s children 2006. Accesssed (07/27/06) from http://www.unicef.org/sowc06/pdfs/ sowc06_fullreport.pdf d Saving Newborn Lives. State of the World’s Newborns 1995-2000. Save the Children. Washington, DC. e WHO. Maternal Mortality in 2000: Estimates developed by WHO, UNICEF, UNFPA. Retrieved from http://www.who.int/reproductive-health/publications/maternal_mortality_2000/mme.pdf 68 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN Appendix 2 Figure 1 Essential obstetric and neonatal care (EONC) For the mother (EOC) For the newborn (ENC) • • • • • Antibiotics Oxitocyn Anticonvulsive (injectable) Manual removal of the placenta Plus Removal of retained embryonic products (Dilation and Curettage or MVA) • Attended vaginal delivery • Neonatal resuscitation with bag and mask • Monitoring baby’s body temperature • Specific antibiotic for neonatal sepsis • Essential Newborn Care (ENC) • Basic EOC PLUS • C-Section • Blood transfusion • ENC PLUS • Assisted ventilation • IV solutions Basic EONC functions Comprehensive EONC Functions EOC: Essential Obstetric Care ENC: Essential Neonatal Care EONC: Essential Obstetric and Neonatal Care 69 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN References 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 70 Behrman J, Gaviria A, Székely M eds. Social exclusion in Latin America and the Caribbean: Perception, reality and implications. In: Who’s In and Who’s Out. Washington, DC: Interamerican Development Bank, 2003. World Health Organization. The World Health Report: 2005: make every mother and child count. Geneva: WHO, 2005. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. Ministry of Health and Sports, Bolivia. Health SituationBolivia 2004. Minstry of Health and Sports, 2004. [http://www.sns.gov.bo/asis/ASIS 2004 v62.pdf, accessed 11/25/2006] HAÏTI: Enquête Mortalité, Morbidité et Utilisation des Services 2000 (EMMUS-III). Pétionville, Haïti: l’Institut Haïtien de l’Enfance (IHE); 2000. World Health Organization. The World Health Report: 2005: make every mother and child count. Geneva: WHO, 2005. Pan American Health Organization. Regional strategy for maternal mortality and reduction. 26th Pan American Sanitary Conference. Washington, DC: PAHO, 2002. [http://www.paho.org/english/gov/csp/csp26-14-e.pdf, accessed 11/1/2006] United Nations General Assembly. 55/2. United Nations Millennium Declaration, 2000. [www. un.org/millennium/declaration/ares552e.htm, accessed 12/1/2006] World Health Organization. Working towards universal coverage of maternal, newborn and child health interventions: 58th World Health Assembly. Geneva: WHO, 2005. Darmstadt GL, Bhutta ZA, Cousens S, Adam T, Walker N, de Bernis L. Evidence-based, cost-effective interventions: how many newborns babies can we save? Lancet 2005; 365 (9463):977-988. Costa AM, Guilhem D, Walther MI. Prenatal care within Brazil’s unified health system. Rev. Saúde Pública. 2005;39:768-774. Pan American Health Organization. Health situation of the Americas: basic indicators 2004. PAHO/AIS/04.0. Washington, DC: PAHO, 2004. Health indicators: building blocks for health situation analysis. Epidemiol Bull. 2001;22(4):1-5. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. World Health Organization. Neonatal and perinatal mortality: country, regional and global estimates. Geneva: WHO, 2006. World Health Organization. Neonatal and perinatal mortality: country, regional and global estimates. Geneva: WHO, 2006 Stanton C, Lawn JE, Rahman H, Wilczynska-Ketende K, Hill K. Stillbirth rates: delivering estimates in 190 countries. Lancet 2006;367 (9521):1487-1494. World Health Organization. The World Health Report 2005. Pan American Health Organization. Grupo asesor tecnico AIEPI (GATA): informe de la cuarta reunion. Washington, DC: PAHO, 2004. Lawn JE, Wilczynska-Ketende K, Cousens SN. Estimating the causes of 4 million neonatal deaths in the year 2000. Int J Epidemiol 2006;35:706-718. Pan American Health Organization. The Integrated Management of Childhood Illness (IMCI): The contribution to the Millennium Development Goals. Washington, DC: PAHO, 2003. Pan American Health Organization. Infant mortality situation in the Americas, 1990-2002: monitoring progress towards MDGs. Epidemiol Bull. 2004;25(2):4. Save the Children. State of the world’s newborns. Washington, D.C.: Saving Newborn Lives, Save the Children; 2001. Darmstadt GL, Lawn JE, Costello A. Advancing the state of the world’s newborns. Bull World Health Organ. 2003;81:224-225. Pan American Health Organization. Health Situation of the Americas, Basic Indicators. 2004. Pan American Health Organization. Basic indicator data base: Health Analysis and Information System Area (AIS). Washington, DC: PAHO/AIS, 2005. Pan American Health Organization. Basic indicator data base: Health Analysis and Information System Area (AIS). Washington, DC: PAHO/AIS, 2005. World Health Organization. Neonatal and perinatal mortality: country, regional and global estimates. Geneva: WHO, 2006. Pan American Health Organization. Regional strategy for maternal mortality and reduction. 26th Pan American Sanitary Conference. Washington, DC: PAHO, 2002. World Health Organization. The World Health Report: 2005: make every mother and child count. Geneva: WHO, 2005. REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 43. 44. Darmstadt GL, Bhutta ZA, Cousens S, Adam T, Walker N, de Bernis L. Evidence-based, cost-effective interventions: how many newborns babies can we save? Lancet 2005; 365 (9463):977-988. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. BASICS/ Pan American Health Organization. Selected annotated bibliography on newborn health: evidence based information for developing country programs including public health aspects. Arlington, VA: BASICS II/USAID, 2004. Zulfiqar AB, Darmstadt GL, Ransom EI. Using evidence to save newborn lives. Policy Perspectives on Newborn Health. Washington, DC: Population Reference Bureau, 2003. ACCESS Program. 2005. Household - to Hospital Continuum of Maternal and Newborn Care. JHPIEGO/ ACCESS Program: Blatimore MD Perú: Encuesta Demográfica y de Salud Familiar [Demographic Family Health Survey]. Lima, Perú: Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2004. [http://www.measuredhs.com/pubs/pdf/FR174/ PEO4FR.pdf. Accessed 10/28/2006] Instituto Nacional de Estadistica, Ministerio de Salud y Deportes. Bolivia: Encuestas Nacionales de Demografía y Salud: Salud Materno Infantil y Salud Mental y Física de Adultos. [National Demographic and Health Surveys] La Paz: ENDSA, 2004. [http://www.measuredhs.com/pubs/ pdf/FR159/00FrontMatter.pdf. Accessed 10/28/2006] Bang AT, Reddy HM, Deshmukh MD, Baitule SB, Bang RA. Neonatal and infant mortality in the ten years (1993 to 2003) of the Gadchiroli field trial: effect of homebased neonatal care. J Perinatol. 2005; 25 Suppl 1:S92107. Bang AT, Reddy HM, Deshmukh MD, Baitule SB, Bang RA. Neonatal and infant mortality in the ten years (1993 to 2003) of the Gadchiroli field trial: effect of homebased neonatal care. J Perinatol. 2005; 25 Suppl 1:S92107. World Health Organization. Global strategy for infant and young child feeding. Geneva: WHO, 2003. [http:// www.who.int/nutrition/publications/gs_infant_feeding_ text_eng.pdf. Accessed 06/20/2006] Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. Pan American Health Organization (PAHO). Family and Community Health (FCH) area. Situation Analysis, 2004. World Health Organization. Global strategy for infant and young child feeding. Geneva: WHO, 2003. Perez-Escamilla R. Effectiveness of MADLAC at improving breastfeeding promotion and counseling indicators in maternity wards in El Salvador: Arlington, 45. 46. 47. 48. 49. 50. 51. 52. 53. 54. 55. 56. 57. 58. 59. 60. VA: BASICS II/USAID, 2004. Pan American Health Organization. Epidemiol Bull. 2004 Pan American Health Organization. Second Technical Advisory Committee on HIV/AIDS/STI: 3 by 5 in the Americas. PAHO, 2006. [http://www.paho.org/english/ ad/fch/ai/3_by_5_Regional_Report_English.pdf, html version accessed 12/2/2006]. Pan American Health Organization/ CAREC. HIV Status and Trends, 2004. Pan American Health Organization. Second Technical Advisory Committee on HIV/AIDS/STI. 2006. Tinker A, ten Hoope-Bender P, Azfar S, Bustreo F, Bell R. A continuum of care to save newborn lives. Lancet 2005;365 (9462):822-825. Waldman R, Campbell CC, Steketee RW. Overcoming remaining barriers: the pathway to survival. Arlington, VA: BASICS, 1996. The universal declaration of human rights. Geneva: UN General Assembly, 1948. Accessed 11/12/2006 from http://www.un.org/Overview/rights.html. Waldman R, Campbell CC, Steketee RW. Overcoming remaining barriers: the pathway to survival. Arlington, VA: BASICS, 1996. Sibley LM, Sipe T. Traditional birth attendant training effectiveness- a meta-analysis: SARA Project/AED/ USAID, 2002. Buffington S, Sibley L, Beck D, Armsbruster D. Home based life saving skills where home birth is common. MD, USA: American College of Nurse Midwives, 2003. Aubel J, Ibrahima T, Mamadou D, Lazin K, Sene HA, Faye Y, Tandia M. Strenghtening grandmother networks to improve community nutrition: experience from Senegal. Gender and Development 2001; 9 (2):62-73. Horton R. The coming decade for global action on child health. Lancet 2006; 367 (9504):3-5. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. CORE. Maternal and newborn standards and indictors compendium. Washington, DC: Safe Motherhood and Reproductive Health Working Groups/CORE Group, 2004. World Health Organization. The World Health Report: 2005: make every mother and child count. Geneva: WHO, 2005. Jones G, Steketee RW, Black RE, Bhutta ZA, Morris SS. How many child deaths can we prevent this year? Lancet 2003; 362 (9377):65-71. 71 REDUCING NEONATAL MORTALITY AND MORBIDITY IN LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN 72 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE Redução da mortalidade e da morbidade neonatal na América Latina e Caribe UM CONSENSO ESTRATÉGICO INTERINSTITUCIONAL Índice Abreviaturas e siglas Resumo executivo 1. Introdução 2. Iniciativas de contexto e de apoio 2.1 Estratégias globais 2.2 Estratégias regionais 2.3 A morte neonatal na região da ALC 2.4 Causas da morte neonatal 2.5 Fatores maternos afetando a saúde neonatal 3. Lições aprendidas e o contexto da ALC 3.1 Reforma dos sistemas de saúde 3.2 Atenção contínua 3.3 Prestação da assistência ao recém-nascido 3.4 Atenção e acesso à assistência de pessoal qualificado ao parto 3.5 Atenção na comunidade 3.6 Atenção Integrada às Doenças Prevalentes da Infância 3.7 Imunização 3.8 Micronutrientes 3.9 Amamentação 3.10 Transmissão materna do HIV 3.11 Vigilância 4. A estratégia regional interinstitucional para a redução de mortalidade neonatal O que fazer para melhorar a saúde do recém-nascido A. Criar um contexto propício para a promoção da saúde neonatal B. Fortalecer os sistemas de saúde para melhorar o acesso a serviços de saúde materna, neonatal e infantil C. Promoção de intervenções nas comunidades D. Criar e fortalecer o sistema de monitoramento e avaliação 5. Repercussões financeiras 6. Passos a seguir APÊNDICE 1 APÊNDICE 2 Referências 74 75 77 79 79 79 81 81 82 83 83 83 84 86 86 87 88 88 88 88 89 90 90 90 92 97 99 102 103 104 105 106 73 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE Abreviaturas e siglas AERN AIDPI ALC AOE AONE ATP BPN CDC HIV/AIDS M&E MADLAC MDM MS OCR OMS ONG OPAS OVP PDS PTMF SMI SMIU SMNI TCS TEAR TMF TMI TMN UNICEF USAID VCS 74 Atenção essencial ao recém-nascido Atenção Integrada às Doenças Prevalentes da Infância América Latina e Caribe Atendimento obstétrico essencial Atendimento obstétrico e neonatal essencial Atendente tradicional de parto Baixo peso ao nascer Centros para Controle e Prevenção de Doenças dos Estados Unidos Vírus da imunodeficiência humana/ Síndrome da imunodeficiência adquirida Monitoramento e avaliação Monitoreo del Apoyo Directo a la Lactancia Materna - Monitoramento do apoio direto à amamentação Metas de Desenvolvimento do Milênio Ministério da saúde Organização de caráter religioso Organização Mundial da Saúde Organização não-governamental Organização Pan-Americana da Saúde Organização voluntária privada Pesquisa demográfica de saúde Prevenção da transmissão materno-fetal (de HIV) Saúde materno-infantil Seguro Materno-Infantil Universal Saúde materna, neonatal e infantil Trabalhador comunitário de saúde Terapia anti-retroviral Transmissão materno-fetal (de HIV) Taxa de mortalidade infantil Taxa de mortalidade neonatal Fundo das Nações Unidas para a Infância Agência dos Estados Unidos para o Desenvolvimento Internacional Voluntário comunitário de saúde REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE Resumo executivo A mortalidade neonatal contribui consideravelmente na mortalidade infantil na Região da América Latina e Caribe (ALC) e é um obstáculo para a realização das Metas de Desenvolvimento do Milênio. A mortalidade neonatal na ALC é estimada em 15 por 1.000 nascidos vivos. Correspondem à mortalidade neonatal 60% das mortes infantis e 36% de mortalidade em menores de 5 anos. Nascem na região da ALC quase 12.000.000 crianças por ano. Cada ano, 400.000 morrem antes de completar 5 anos; 270.000 antes de completar 1 ano; e destes, 180.000 morrem em seu primeiro mês de vida. A maioria desses óbitos é evitável, existindo intervenções econômicas bem documentadas. Embora as taxas de mortalidade infantil tenham diminuído na Região, as tendências da mortalidade neonatal não mostraram praticamente nenhum progresso nos últimos dez anos. Essa estagnação deve-se em parte à falta de programas especificamente orientados aos recém-nascidos; tem acontecido o contrário, o foco tem sido concentrado nos lactentes e crianças mais velhas. As causas de morte neonatal na Região da América Latina e Caribe incluem infecções, asfixia, prematuridade e malformações congênitas. Embora algumas sejam causas diretas, outras, como na maioria dos casos de prematuros e baixo peso ao nascer, podem ser fatores predisponentes. Vários fatores subjacentes também contribuem na má saúde neonatal, inclusive as desigualdades no acesso à assistência de saúde, a baixa porcentagem de nascimentos assistidos por parteiras habilitadas e a má saúde materna. Esta estratégia regional para reduzir a mortalidade e a morbidade neonatal é a culminação de um esforço colaborativo que começou no Dia Mundial da Saúde no ano 2005 e que incluiu vários países latinoamericanos, bem como o apoio do Grupo de Trabalho Interinstitucional, composto pelos representantes da Organização Pan-Americana da Saúde (OPAS/OMS), do Fundo das Nações Unidas para a Infância (UNICEF), da Agência dos Estados Unidos para o Desenvolvimento Internacional (USAID), das organizações ACCESS, BASICS, CORE e Saving Newborn Lives (SNL)/Save the Children/EUA. A estratégia tem por objetivo destacar e promover intervenções baseadas na evidência com respeito a atenção ao recém-nascido nas comunidades e através dos serviços de saúde, dando ênfase aos grupos da população mais vulneráveis e marginalizados. Como as intervenções implementadas para reduzir a mortalidade materna também reduzem a mortalidade neonatal e melhoram a saúde do recém-nascido, a estratégia baseia-se na estreita conexão entre a saúde do recém-nascido e a saúde da mãe. 75 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE qualidade dos serviços de saúde, fortalecendo a atenção primária e os níveis de referência; 4) proporcionar uma atenção de saúde eficaz, integrada e culturalmente apropriada; 5) atualizar e fortalecer as competências da força de trabalho em saúde; 6) promover intervenções para capacitar indivíduos, famílias e comunidades; e 7) desenvolver um sistema de vigilância, monitoramento e avaliação para avaliar progresso. Sdenka Cespedes Apoiada nas lições aprendidas, a estratégia proposta é enfocada nas intervenções baseadas na evidência, abrangendo o setor completo, para: 1) criar um ambiente propício para formular e promover políticas públicas efetivas em todos os níveis, usando o modelo da atenção contínua à saúde materna, neonatal e infantil (SMNI) e dando destaque ao recémnascido e especial ênfase à comunidade; 2) estabelecer vinculações entre diferentes programas; 3) melhorar a capacidade de resposta e a Levar o bebe para contrôle nos primeiros tres dias de vida. 76 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE 1. Introdução O nascimento de uma criança é um evento que merece ser conmemorado com alegria. Porém, este não é o caso em milhares de lares pobres da América Latina e do Caribe (ALC), onde uma nova vida acaba com freqüência muito cedo ou vem carregada de problemas de saúde. A Região da ALC apresenta uma considerável desigualdade entre países e também dentro deles mesmos. As populações urbanas e rurais pobres, os indígenas e os grupos de origem africana têm baixas taxas de alfabetização, reduzido acesso às infra-estruturas básicas e cobertura insuficiente de serviços essenciais de saúde materna, neonatal e infantil. As desigualdades são agravadas com freqüência nas populações marginalizadas que ocupam o mesmo espaço. Por exemplo, na Bolívia e na Guatemala, quase a metade da população pobre é indígena; e no Brasil, os descendentes de africanos representam a metade da população pobre.1 Embora a Região tenha feito grandes avanços na redução da mortalidade infantil e neonatal, a elevada taxa de mortalidade de recém-nascidos em muitos países da ALC não melhorou na medida esperada.2,3 Por exemplo, a taxa de mortalidade neonatal (TMN) da Bolívia decresceu num 34% entre 1994 e 2003, mas continua sendo uma das mais elevadas da Região.4 No Haiti, a TMN diminuiu somente um 19%; contudo, continua sendo alta, com 32 mortes por 1.000 nascidos vivos.5 A estratégia neonatal proposta para a Região é a culminação de um esforço colaborativoque começou no Dia Mundial da Saúde de 2005, durante um seminário do Dia Mundial da Saúde, em Washington, D.C. O seminário explorou diferentes maneiras de melhorar a saúde dos recém-nascidos e reuniu representantes dos ministérios de saúde de 16 países (Argentina, Bolívia, Brasil, Chile, Cuba, El Salvador, Equador, Guatemala, Guiana, Haiti, Honduras, Nicarágua, Paraguai, Peru, República Dominicana e Uruguai). Essa colaboração regional em curso é apoiada pelo Grupo de Trabalho Interinstitucional, composto pelos representantes da Organização Pan-Americana da Saúde (OPAS/OMS), do Fundo das Nações Unidas para a Infância (UNICEF), da Agência dos Estados Unidos para o Desenvolvimento Internacional (USAID), das organizações ACCESS, BASICS, CORE e Saving Newborn Lives (SNL)/Save the Children/EUA. A estratégia para reduzir a mortalidade e a morbidade neonatal na América Latina e no Caribe, tem por objetivo promover intervenções baseadas na evidência na atenção ao recém-nascido em comunidades e através dos serviços de saúde, dando especial ênfase aos grupos da população mais vulneráveis e marginalizados. Como as intervenções implementadas para reduzir a mortalidade 77 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE esforços para melhorar a saúde do recémnascido. Proporciona também orientação para as organizações de base comunitária, organizações não-governamentais, sociedades científicas e doadores de recursos que queiram ser parte dos esforços regionais para melhorar a saúde da mãe e do recém-nascido. Christian Lombardi materna também reduzem a mortalidade neonatal e melhoram a saúde do recémnascido, a estratégia está baseada na estreita conexão entre a saúde do recém-nascido e a saúde da mãe. Este documento oferece aos formuladores de políticas e autoridades sanitárias, uma orientação para estabelecer prioridades, mobilizar recursos e coordenar Dar ao bebe exclusivamente leite materno na primeira hora de vida 78 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE 2. Iniciativas de contexto e de apoio 2.1 Estratégias globais Desde a Cúpula do Milênio de Nações Unidas no ano 2000, a comunidade internacional elevou a níveis sem precedentes seu compromisso para com a realização das Metas de Desenvolvimento do Milênio (MDM), apoiando iniciativas internacionais, nacionais e locais que visam reduzir a morbidade e a mortalidade de mães, recém-nascidos e crianças. A quarta meta (MDM-4) visa à redução da mortalidade de crianças menores de 5 anos em dois terços, entre 1990 e 2015. A quinta meta (MDM-5) concentra-se na redução da taxa de mortalidade materna em três quartos, durante o mesmo período. O Relatório Mundial da Saúde de 2005, Para que Todas as Mães e Crianças Contem, foi lançado no Dia Mundial da Saúde em Nova Déli, Índia, e postula um novo enfoque para salvar a vida das mães, dos recém-nascido e das crianças.6 O relatório é um estudo dos obstáculos de saúde enfrentados pelas mulheres antes e durante a gravidez, no parto e no período posterior, para elas e seus filhos. Entrega especial atenção aos recémnascidos, cujas necessidades específicas não têm sido abordadas adequadamente, com a separação dos programas de saúde materna e infantil. Após o Dia Mundial da Saúde do ano 2005, a Parceria Global pela Saúde Materna, Neonatal e Infantil (PGSMNI) convocou um fórum que reuniu altas autoridades sanitárias, organismos internacionais, parceiros no desenvolvimento e entidades da sociedade civil. Os participantes firmaram, na resultante Declaração de Déli, um compromisso com a saúde materna, neonatal e infantil. A PGSMNI, oficialmente lançada em setembro de 2005, define um marco na crescente ênfase global na saúde materna, neonatal e infantil. O objetivo da parceria é coordenar e intensificar ações nas esferas nacionais, regionais e mundiais para apoiar as MDM 4 e 5 e salvar a vida de milhões de mulheres e crianças com a ampliação do acesso a intervenções econômicas provadas. 2.2 Estratégias regionais Apesar dos numerosos desafios, houve um progresso significativo na Região da América Latina e do Caribe no tocante à melhoria da saúde materno-infantil; esse progresso, porém, tem sido desigual. A Estratégia Regional para a Redução da Mortalidade e da Morbidade Materna, lançada em 2002, promove intervenções chaves para reduzir a morbidade e mortalidade materna.7 As estratégias e intervenções implementadas 79 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE para reduzir a mortalidade materna reduzirão também a mortalidade neonatal e melhorarão a saúde do recém-nascido significativamente. Os governos nacionais da América Latina e do Caribe apoiaram as Metas 4 e 5—reduzir a mortalidade materna e a de menores de 5 anos—na declaração da Cúpula do Milênio das Nações Unidas de setembro de 2000.8 Para ajudar a enfrentar a generalizada desigualdade na Região, a OPAS/OMS, em colaboração com seus parceiros, está trabalhando para na cobertura universal das intervenções de saúde materna, neonatal e infantil.9 A quarta Meta do Milênio, que pede uma redução da mortalidade infantil em dois terços, só pode ser atingida na Região se houver uma redução importante (aproximadamente um 50%) da mortalidade neonatal. Estudos mostram que é possível reduzir a mortalidade infantil melhorando a saúde neonatal, mediante intervenções de atenção de saúde simples, de baixo custo e baseadas em experiências que deram certo.10 Para que os países da ALC consigam reduzir a mortalidade infantil e a neonatal através dessas intervenções comprovadas, será preciso resolver as graves desigualdades de acesso à atenção na Região. Embora tenha havido progresso, a maioria dos programas de saúde materno-infantil na ALC é orientada para as mães, os lactentes e as crianças, dando, porém, limitada ênfase ao neonato. Contudo, vários países, como o Brasil, o Chile, Cuba, a República Dominicana e o Uruguai, criaram um cargo nacional de coordenador da atenção neonatal nas unidades de saúde da criança desenvolvendo um pacote 80 específico de intervenções de saúde para os recém-nascidos. Muitos países da ALC estão reformando seus sistemas de saúde, com o fim de aumentar o acesso à atenção de saúde para as crianças menores de 5 anos. Durante a década passada, Argentina, Bolívia, Brasil, Equador, Guatemala, República Dominicana e o Peru instituíram programas para melhorar o acesso e o uso dos serviços materno-infantis. O programa de Saúde da Família (PSF), do Brasil, assegura a implementação de uma série de programas de saúde como o Programa de Saúde da Criança e o Pacto Nacional pela Redução da Mortalidade Materna e Neonatal. Esses programas procuram reduzir as taxas de mortalidade materna e neonatal num 15% ao ano em 2006 e em 75% até o ano 2015. O Programa para a Humanização no Pré-natal e Nascimento, do Ministério da Saúde do Brasil, visa melhorar o acesso, a cobertura e a qualidade da atenção pré-natal, ao parto, no pós-parto e ao recém-nascido.11 Na Bolívia, o governo nacional vem executando programas de seguro desde 1996, para aumentar o acesso aos serviços de saúde materna, neonatal e infantil. O primeiro deles, o Programa de Seguro Nacional para Mães e Crianças (SEMC), tinha por objetivo reduzir a mortalidade materna e a mortalidade em menores de 5 anos num 50%. A meta do programa era melhorar e aumentar a utilização do serviço de SMI, reduzindo as barreiras econômicas. No Equador, o programa Maternidade Livre, que surgiu da lei nacional de atenção de saúde materno-infantil gratuita, é outro bom exemplo do crescente acesso e utilização dos serviços materno-infantis. REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE 2.3 A morte neonatal na Região da ALC Na Região da ALC nascem quase 12.000.000 bebês por ano. A cada ano, 400.000 morrem antes de completar os 5 anos de idade; 270.000 antes de completar 1 ano; e destes, 180.000 morrem durante seu primeiro mês de vida.12 A mortalidade neonatal na América Latina e no Caribe (definida como a morte durante os 28 primeiros dias de vida)13 é estimada em 15 por 1.000 nascidos vivos, variando de 14 (América do Sul) a 19 (Caribe) por 1.000 nascidos vivos.14 Na Região, a taxa de natimortos é próxima da taxa de mortalidade neonatal.15, 16 A mortalidade de recém-nascidos representa 60% dos óbitos infantis e 36% das mortes de menores de 5 anos, sendo que a maioria dessas mortes é evitável.17, 18, 19, 20 As taxas de mortalidade são mais elevadas no Haiti, na Bolívia e na Guatemala, onde as cifras são 5 a 6 vezes maiores do que nos países com as taxas mais baixas de mortalidade, como o Chile, a Costa Rica, Cuba e o Uruguai.21 Embora as proporções exatas variem nos diferentes países, principalmente naqueles países onde a taxa de mortalidade infantil (TMI) não é extremamente elevada, aproximadamente dois terços das mortes infantis ocorrem no primeiro mês de vida. Desses óbitos, dois terços ou mais ocorrem na primeira semana de vida e, entre estes, quase dois terços nas primeiras 24 horas.22, 23 Embora as taxas de mortalidade infantil tenham diminuído na Região, as tendências da mortalidade neonatal não mostraram praticamente progresso algum nos últimos dez anos. Essa estagnação é devida em parte à falta de programas especificamente orientados para os recém-nascidos; acontecido o contrário, o foco tem se concentrado nos lactentes e crianças mais velhas. Vários fatores subjacentes também contribuem na má saúde neonatal, inclusive as desigualdades no acesso à assistência de saúde, a baixa percentagem de nascimentos assistidos por parteiras habilitadas e a má saúde materna. 2.4 Causas de morte neonatal As causas de morte neonatal na Região da América Latina e do Caribe no ano 2004 incluem infecções (32%), asfixia (29%), prematuridade (24%), malformações congênitas (10%) entre outras (5%).24 Embora algumas sejam causas diretas, outras, como na maioria dos casos de prematuridade e baixo peso ao nascer, podem ser fatores predisponentes. Segundo a estimativa da OPAS, aproximadamente 9% dos recémnascidos na ALC sofrem de baixo peso ao nascer (menos de 2.500 g ao nascer).25 O baixo peso ao nascer está estreitamente associado com o aumento da morbidade neonatal, estimando-se que entre 40% e 80% das mortes de lactentes que ocorrem no período neonatal são associados com essa condição.26 Um fator que complica a identificação correta de lactentes com baixo peso ao nascer é que as crianças nascidas nas casas com freqüência não são pesadas. A proporção de mortes supostamente devidas à prematuridade requer uma avaliação mais cuidadosa. A prematuridade em si mesma é causa primária de morte em um número limitado de recém-nascidos extremamente prematuros. A maioria morre devido as complicações como sépsis, que pode ser 81 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE contraída na casa ou no hospital, problemas respiratórios e asfixia ao nascimento.27 O diagnóstico correto de prematuridade é particularmente difícil, principalmente a nível comunitário e em centros mais periféricos, onde a avaliação da idade gestacional freqüentemente é inexata. Não há dúvidas, porém, de que o baixo peso ao nascer e a prematuridade constituem fatores muito importantes que predispõem à morbidade e à mortalidade, razão pela qual é necessário abordá-los, particularmente com respeito a sua associação com a saúde materna. Embora o ideal seja a prevenção e existam causas evitáveis já conhecidas, esta área tem suscitado vários desafios. Em conseqüência, é essencial melhorar tanto a saúde materna e a qualidade da assistência pré-natal como o manejo dessas crianças pequenas, incluindo o acréscimo da atenção de apoio ao recémnascido, como o estilo de atenção canguru (contínuo contato de pele com pele entre o lactente prematuro e a mãe), atenção extra para prevenção de infecções e apoio durante o aleitamento, incluindo métodos alternativos de alimentação oral até que a amamentação total possa ser estabelecida. Outras causas indiretas na mortalidade neonatal incluem fatores socioeconômicos tais como pobreza, baixo nível de instrução, especialmente da mãe, falta de empoderamento, acesso precário aos serviços de saúde e práticas tradicionais nocivas. Entre os pobres rurais e urbanos, em outras comunidades marginalizadas e nas populações indígenas e de ascendência africana, a mortalidade neonatal é desproporcionalmente elevada. 82 2.5 Fatores maternos que afetam a saúde neonatal O bem-estar de um recém-nascido depende em grande medida da saúde da mãe. O risco de morte da mãe na América Latina e no Caribe é 1 em 130. Em contraste, nos países mais desenvolvidos, como o Canadá, o risco é de 1 em 7.750.28 Nos países em desenvolvimento, a morte da mãe no parto pode levar à morte posterior da criança. Os fatores maternos que afetam a saúde neonatal incluem desnutrição da mãe, idade da mãe (menos de 18 ou mais de 35 anos); uma paridade maior a 5, intervalos curtos entre partos (menos de três anos entre as gestações), hemorragia do terceiro trimestre e complicações do parto (parto prolongado ou obstruído). Outros fatores que afetam a sobrevivência dos recém-nascidos compreendem infecções maternas tais como infecções sexualmente transmissíveis (incluindo infecção por HIV/ AIDS e sífilis) e outras infecções, como as das vias urinárias e malária. Também são fatores importantes o baixo nível de instrução materna, um regime alimentar deficiente, recursos limitados e acesso inadequado aos serviços de saúde, atenção deficiente durante o parto, o parto em si e o pós-parto, assim como o pouco poder de tomar suas próprias decisões. A anemia falciforme é um transtorno genético encontrado num 5% das populações, principalmente naquelas de ascendência africana, e pode ser evitada com a implantação de programas de triagem e aconselhamento genético para as mulheres. REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE 3. Lições aprendidas e o contexto da ALC Nos últimos anos se publicaram vários documentos sobre intervenções baseadas na evidência, econômicamente viavéis para melhorar a saúde do recém-nascido. As intervenções chaves foram resumidas numa recente série da Lancet sobre sobrevivência neonatal.29, 30Algumas dessas intervenções são aplicáveis a níveis específicos, estabelecimentos de saúde e comunidades, e em alguns casos, ambos. Listas integrais estão disponíveis para que os países possam examinar e adaptar para suas necessidades locais.31, 32, 33 3.1 Reforma dos sistemas de saúde Muitos países da ALC estão passando por reformas nos sistemas de saúde para aumentar o acesso e uso de serviços de saúde de qualidade. Uma das barreiras identificadas em muitos países são as tarifas que os usuários pagam para obter acesso a serviços básicos de saúde materna e neonatal; este é um problema crítico especialmente para as populações pobres e mais vulneráveis. Além disso, não existem modelos culturalmente apropriados de atenção, nem estratégias de extensão para fazer face às barreiras geográficas, assim como escassez de serviços de saúde de qualidade. dico nacional para mães e crianças (Bolívia) e programas de maternidade livre (Equador). Outros países estão pondo em prática estratégias de extensão tais como brigadas itinerantes, farmácias comunitárias e redes de trabalhadores comunitários de saúde (TCS) (Guatemala, Bolívia e Nicarágua, entre outros). Devido à estreita conexão entre a saúde da mãe e a do recém-nascido, foi ampliado o atendimento obstétrico essencial (AOE), passando a incluir a atenção neonatal essencial (Honduras, Peru e Paraguai, entre outros) incorporando requerimentos de pessoal capacitado, provisões, apoio das comunidades e referências. 3.2 Atenção contínua Para abordar os obstáculos financeiros, culturais e estruturais na atenção de saúde para mulheres e crianças, alguns países da Região estão levando a cabo processos de reforma bem-sucedidos orientados ao acesso de serviços de saúde materno-infantil de qualidade. Essas reformas se concentram na continuidade da atenção com vistas à saúde de mulheres e crianças (Brasil), iniciativas de seguro mé- A abordagem da saúde do recém-nascido no contexto da saúde materna, neonatal e infantil representa uma mudança crítica, da prestação de serviço fragmentada a um enfoque holístico e integrado. Esse enfoque na atenção contínua concentra-se nas necessidades de saúde das mães e dos bebês antes da concepção, durante a gravidez, no parto e no período pós-natal, 83 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE e requer uma coordenação entre a família, a comunidade e os serviços de saúde onde as mulheres e crianças podem receber atenção. Em escala mundial, o modelo de atenção contínua foi adotado pela OMS e pela Parceria para a Saúde Materna, Neonatal e Infantil como essencial para a sobrevivência e o bemestar das mães e dos recém-nascidos. O recémnascido não pode ser visto separado da mãe, e a responsabilidade pela sobrevivência do recém-nascido recai no atendente qualificado que cuida tanto da mãe como do recémnascido durante as horas críticas que seguem ao nascimento ou em um TCS bem preparado, quando não está disponível um atendente habilitado.34 Tudo parece indicar que a primeira semana de vida é a mais vulnerável no que se refere ao risco de mortalidade neonatal; e que as primeiras 24 horas de vida podem determinar a sobrevivência de uma criança. Em países onde a TMI não é extremamente elevada, cerca de dois terços das mortes de lactentes ocorrem no primeiro mês de vida. A integração das intervenções de saúde entre o lar e o serviço de saúde é essencial para fazer face aos óbitos no período neonatal, já que muitos nascimentos ocorrem nos lares e os bebês nascidos naqueles serviços freqüentemente recebem alta en forma prematura. O apoio com amamentação imediata e exclusiva, a manutenção do recém-nascido abrigado, o retardamento do primeiro banho, o controle essencial da asfixia, a prevenção de infecções, a atenção extra para bebês com baixo peso ao nascer e a atenção do lactente doente são importantes para manter os recém-nascidos em boa saúde. Um grande número de fatores socioculturais influencia a atenção da mãe e do recém-nascido no lar e nos serviços de saúde. A 84 comunicação, mobilização da comunidade e as estratégias de empoderamento são necessárias para promover comportamentos saudáveis relacionados com a atenção preventiva básica e para motivar a busca da atenção apropriada. Apesar dos esforços de promoção da saúde e prevenção de doenças, é possível que os bebês apresentem problemas de saúde em razão dos quais a família precisa buscar atenção de um provedor apropriado. Os problemas de saúde eventuais resultam numa alta demanda comunitária de tratamento e essa necessidade comum pode ajudar a mobilizar a comunidade no sentido de insistir na melhoria da prestação de serviços. Para ajudar nos esforços de mobilização da comunidade, são necessários o efetivo empoderamento, a participação—incluindo a atuação comunitária no planejamento dos programas de saúde da mãe e do recém-nascido—, e as estratégias de comunicação. Provedores fortalecidos que possuem habilidades interpessoais e interculturais, e o uso eficaz dos métodos de comunicação e meios massivos e integrados de divulgação podem ajudar a promover condutas saudáveis no lar e fomentar a busca de atenção apropriada, tudo isso podendo resultar numa redução da mortalidade neonatal. 3.3 Prestação de assistência ao recém-nascido Os países têm diferentes maneiras de preparar parteiras capacitadas. Por exemplo, o Chile, o Equador, o Paraguai, o Peru, o Uruguai, a Argentina, os Estados Unidos e Canadá têm programas universitários de enfermagem obstétrica de quatro a cinco anos. Além disso, todos os países fazem treinamento de enfermagem e outros proporcionam às enfermei- REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE ras especialização em obstetrícia. Os países anglófonos do Caribe—Jamaica, Trinidad e Tobago e a Guiana—fizeram especiais esforços para continuar oferecendo programas básicos de obstetrícia. Esses programas incluem treinamento em atenção institucional à mãe e ao recém-nascido e são baseados no modelo de “atenção contínua”. Já se demonstrou que a disponibilidade e a atenção do recém-nascido por parteiras e enfermeiras são fatores críticos na redução da mortalidade neonatal. Contudo, muitos países da ALC ainda não têm programas de treinamento de enfermeiras obstétricas profissionais (por exemplo, Guatemala e Bolívia). Se a adequada atenção ao parto é insuficiente em alguns países, a atenção pós-parto apresenta desafios ainda maiores. Por exemplo, de acordo com recentes dados do Peru, 3 de cada 10 mulheres deram à luz em casa, e mais da metade dessas mulheres (54%) não receberam atenção pós-natal alguma.35 Na Bolívia, somente 25% de todas as mulheres que tiveram bebês receberam atenção pósnatal.36 O não recebimento de atenção após o parto representa uma situação de alto risco, uma vez que ocorre uma alta incidência de complicações no período pós-parto, tanto para a mãe como para o recém-nascido. É possível que não só a qualidade da atenção seja inadequada mas também imprópia a forma de marcar, em termos de tempo, as consultas. Freqüentemente, as mães e os bebês são convidados a voltar ao centro de saúde quatro a seis semanas após o parto, embora em alguns países eles sejam chamados a comparecer antes desse prazo. Isso, porém, não considera o crítico início do período pós-parto da primeira semana de vida, quando ocorre a maioria das mortes maternas e neonatais. As mães e seus bebês freqüentemente recebem a alta dos hospitais e serviços de saúde dentro das 6 a 12 horas após o parto, quando ainda é alta a probabilidade de contrair uma complicação potencialmente mortal. É essencial que as mães e os recém-nascidos recebam atenção pós-natal o antes possível, dentro dos três dias após o parto, quer num serviço de saúde, quer em casa, para prevenir ou controlar os problemas durante esse período vulnerável. Geralmente, não existem padrões e protocolos para a atenção de bebês de alto risco, como os prematuros e os lactentes com baixo peso ao nascer, ou os bebês submetidos a ressuscitação. Em alguns países da ALC, as práticas culturais em relação ao parto e ao pós-parto tendem a manter as mães e os bebês isolados dentro de seus lares por períodos de até seis semanas. A falta de poder de decisão da mulher, a falta de consciência das necessidades da mãe e do recém-nascido, as dificuldades de transporte e a má qualidade da atenção em certo estabelecimentos de saúde constituem outras barreiras na utilização dos serviços. As taxas de mortalidade neonatal são mais elevadas nos países onde os nascimentos ocorrem principalmente no lar. A maior proporção de partos em domicílio, como indicam as pesquisas demográficas e de saúde, é observada no Haiti (77%), na Guatemala (60%), em Honduras (44%), na Bolívia (40%) e na Nicarágua (33%).37 Esses nascimentos são com freqüência atendidos por parteiras tradicionais ou, em algumas comunidades, simplesmente por um membro da família. 85 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE Infelizmente, sem contar nos países onde a TMI diminuiu consideravelmente, mesmo a atenção básica essencial ao recém-nascido é inadequada, principalmente nos centros periféricos ou de primeiro nível, onde pode não haver prevenção de infecções e manejo da asfixia. Um dos desafios, mesmo nos hospitais de maior complexidade, é a ocorrência de infecções adquiridas no hospital, que podem contribuir significativamente na causa da mortalidade e a morbidade neonatal. A atenção obstétrica essencial foi ampliada na Região, em países como o Paraguai e a Bolívia, para incluir a atenção neonatal essencial, no que é denominado Atenção Obstétrica e Neonatal Essencial (AONE). Esse modelo ampliado de atenção inclui monitoramento da temperatura corporal da criança e o tratamento com antibióticos específicos para sépsis, entre outros componentes. A implementação da AONE exige pessoal capacitado, os materiais necessários, apoio da comunidade e, onde for preciso, um plano de emergência para o encaminhamento a um estabelecimento com serviços de AONE mais abrangentes. Os componentes da AONE básica e ampla são indicados no Apêndice 2 e devem ser aplicados onde forem viáveis. A nível global, foram comunicados outros métodos bem-sucedidos de atenção ao recém-nascido. É importante aprender das experiências de outros países e identificar aquelas que possam ser adaptadas na região da ALC. O modelo da organização SEARCH na Ásia foi instituído por trabalhadores comunitários de saúde ligados a parteiras tradicionais e incluía tanto a atenção do recémnascido no lar como a atenção preventiva e curativa que abordava principalmente a asfixia 86 ao nascimento e a sépsis. O controle da sépsis era feito com antibióticos orais e injetáveis. A mortalidade neonatal diminuiu num 62% num período de três anos.38, 39 3.4 Atenção e acesso à assistência qualificada ao parto O acesso à atenção qualificada de qualidade por ocasião do parto é baixo em muitas áreas da Região onde existem as taxas mais altas de mortalidade e morbidade de mães e recémnascidos. Em média, 79% dos partos na ALC ocorrem dentro de instituições [ver Apêndice 1], embora haja amplas variações entre países e dentro deles. Nas áreas rurais, o acesso a parteiras capacitadas, provisões, equipamento que funcione e serviços de referência é freqüentemente limitado. Além disso, uma proporção significativa de nascimentos rurais pode ser atendida por auxiliares de enfermagem que não têm as habilidades obstétricas necessárias. Inclusive, mesmo as “parteiras capacitadas” podem não sempre ter as competências necessárias para abordar efetivamente os problemas tanto da mãe como da criança. Nos países onde os partos ocorrem principalmente em casa, as taxas de mortalidade neonatais são definitivamente as mais elevadas. 3.5 Atenção na comunidade O projeto boliviano WARMI, que reduziu quase num 50% a mortalidade perinatal (o período cinco meses antes e um mês depois do nascimento) em comunidades beneficiadas, foi a base de cinco projetos de atenção neonatal comunitária na Região.40 As intervenções, detalhadas em estudos de caso, foram levadas a cabo principalmente em áreas REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE periféricas e remotas de difícil cobertura pelos serviços de saúde do Governo. Organizações voluntárias privadas (OVPs) e organizações não-governamentais (ONGs)—como a SNL na Bolívia e na Guatemala, a CARE no Peru e a BASICS em El Salvador—desempenharam um papel importante na provisão de intervenções de baixo custo e efetividade provada para reduzir a mortalidade neonatal a nível comunitário nessas comunidades. Constatou-se que tais organizações são valiosos vínculos entre as comunidades, os provedores de atenção de saúde e o Governo. Os elementos operacionais chaves observados nos estudos de caso, compreenderam a necessidade de ter 1) múltiplos papéis e uma variedade de pessoal; 2) papéis específicos desempenhados por TCS e ATPs (parteiras tradicionais), inclusive um papel técnico maior para os TCS em áreas selecionadas; 3) um possível pacote de intervenções de atenção essencial ao recém-nascido; 4) menos tempo de espera para iniciar programas de atenção de saúde neonatal; 5) reconhecimento e provisão de material para atender às necessidades de diferentes programas em ambientes rurais e periurbanos; 6) identificação e promoção de maneiras de melhorar a utilização dos serviços; e 7) uso de parcerias para aumentar a sustentabilidade e escalabilidade.41 3.6 Atenção Integrada às Doenças Prevalentes da Infância A estratégia geral da Atenção Integrada às Doenças Prevalentes da Infância (AIDPI) está orientada à crianças de uma semana a 5 anos de idade e objetiva reduzir a morbidade e a mortalidade infantil mediante uma combinação de gestão melhorada das doenças comuns da infância com nutrição adequada e imunização. A estratégia inclui intervenções para melhorar as habilidades dos profissionais de saúde, o sistema de saúde e as práticas familiares e comunitárias. O componente neonatal, desenvolvido recentemente, incorpora atenção na primeira semana de vida e foi reconhecido como indispensável para conseguir uma redução da mortalidade infantil. Desde 2003, a estratégia foi posta em prática em diferentes graus na Bolívia, Colômbia, El Salvador, Equador, Guatemala, Guiana, Haiti, Honduras, Nicarágua, Panamá, Paraguai, Peru e República Dominicana. Em alguns casos, tem sido acompanhada de treinamento de profissionais de saúde no nível institucional para ressuscitação neonatal, em colaboração com a Academia Americana de Pediatria, organizações não-governamentais e instituições sem fins lucrativos. Além disso, os currículos das faculdades de medicina têm sido adaptados para incluir componentes neonatais em países como a Bolívia, a Guatemala e Honduras. A difusão da estratégia ampliada de AIDPI é apoiada pela OPAS, em colaboração com os ministérios de saúde, associações nacionais de profissionais de pediatria, perinatalogia e neonatologia e organizações comunitárias. O componente comunitário da AIDPI neonatal foi desenvolvido pela primeira vez no ano 2002 e foi inicialmente testado na República Dominicana e no Peru. Inclusive foi adaptado na base das lições aprendidas. Com apoio da OPAS, do UNICEF e de ONGs como a SNL/Save the Children, o componente comunitário foi implantado na Bolívia e no Paraguai. Espera-se que a acumulação de experiências na implementação da estratégia de AIDPI neonatal e de lições aprendidas possam configurar a formulação de políticas 87 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE e programas de orientação neonatal naqueles países. 3.7 Imunização As imunizações contribuiram significativamente na redução da mortalidade neonatal e infantil em toda ALC. Desde o ano 1990, a mortalidade por sarampo, tétano neonatal e meningite bacteriana causada por Haemophilus influenzae foi reduzida em mais de um 95% em comparação com cifras de 1990, e a mortalidade causada por coqueluche, em mais de um 80%. A imunização também tem desempenhado um papel importante na redução do tétano pós-parto, e a vacinação contra a rubéola contribuiu para reduzir a prevalência de síndrome de rubéola congênita. 3.8 Micronutrientes As carências de micronutrientes são comuns nas mulheres em idade reprodutiva. Muitas mulheres entram na gravidez com reservas inadequadas de micronutrientes e com deficiências que podem afetar gravemente sua saúde, assim como a de seu bebê. A anemia é um fator de risco reconhecido entre as causas de mortalidade materna e para a saúde perinatal quando associada à hemorragia do anteparto e do pós-parto, natimortos e baixo peso ao nascer, conforme o caso. A anemia, presente em 40% das gestantes na ALC, varia pouco mais de um 20% na Argentina, Chile, México e Uruguai e a mais de 50% das grávidas em Cuba e no Peru e 60% em algumas ilhas do Caribe.42 Em recém nascidos, a insuficiência de folato é um fator de risco para defeitos do tubo neural—defeito congênito devastador 88 que causa mortalidade ou incapacidade para o resto da vida. As carências de vitamina A e de zinco podem contribuir na sépsis perinatal, por prejudicar a resposta fisiológica a infecções. 3.9 Amamentação A amamentação é reconhecida como um fator chave na saúde do recém-nascido e da criança, especialmente a amamentação imediata e exclusiva. Embora cerca de 90% das mães na ALC amamentem seus recém-nascidos, somente 35% amamentam exclusivamente durante seis meses.43 Dar chás ou outros líquidos aos recém-nascidos, antes de leite materno, ou a introdução prematura de outros líquidos é uma prática nociva comum na Região. Está comprovado que intervenções especiais, como manter juntas a mãe e a criança após o nascimento, estimular o contato cutâneo na primeira hora e monitorar o aleitamento (por exemplo, a MADLAC em El Salvador e no Equador), melhoram os resultados de amamentação. Em El Salvador, o Ministério da Saúde, com apoio da BASICS, ampliou a intervenção para MADLAC PLUS, a fim de incluir outros componentes da atenção essencial básica do recém-nascido.44 3.10 Transmissão materna do HIV Desde os primeiros anos da década de 1990, a epidemia de HIV passou a ser uma grave ameaça à sobrevivência infantil na América Latina e no Caribe, devido principalmente à transmissão materno-fetal (TMF). No Brasil, cerca de 13.500 gestantes foram infectadas pelo HIV no ano 2002. A isso soma-se que, entre 2000 e 2003 cresceu em 24% REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE a incidência anual de AIDS entre crianças menores de 13 anos, como resultado da transmissão materna do HIV.45 No Caribe, a OPAS/CAREC calculou entre 2.500 e 4.000 o número de crianças que nasceram infectadas por HIV somente no ano 2002. Uma intervenção econômica para reduzir a infecção pelo HIV entre os menores de 10 anos é a prevenção da transmissão materno-fetal (PTMF). Essa estratégia integral de prevenção inclui orientação e testagem voluntária para gestantes e encaminhamento para tratamento anti-retroviral para aquelas com teste positivo para HIV. A atenção pré-natal de qualidade pode ser um ponto chave de contato inicial na atenção e tratamento do HIV. Se for integrada na atenção pré-natal, a PTMF pode evitar pelo menos 50% das infecções por HIV em crianças. Atualmente, vários países da América Latina e do Caribe oferecem PTMF em 100% de seus serviços de atenção prénatal, verificando-se, porém, consideráveis disparidades entre países na cobertura de PTMF e no nível de sua integração na atenção primária. Dos 21 países informantes, 60% têm cobertura insuficiente.46 O sucesso com a PTMF está documentado na Região. Por exemplo, as Bahamas mostraram uma incidência de HIV entre menores de 1 ano de 3 casos por 1.000 nascidos vivos no ano 1994 e 0 casos por 1.000 nascidos vivos no ano 2002.47 Outros países da ALC informaram sobre certo grau de sucesso na contenção da propagação do HIV entre crianças e na disponibilização de intervenções de saúde pública que podem ajudar a ter gerações livres de HIV nas Américas para o ano 2015.48 3.11 Vigilância Vários países da ALC, como o Brasil, El Salvador, Guatemala, Honduras, Paraguai e Peru, têm sistemas implantados de vigilância de mortalidade materna e formaram comitês de análise da mortalidade materna a nível nacional e estadual. Países como o Paraguai e a Bolívia integraram a mortalidade neonatal nesses sistemas, embora sua implementação ainda não tenha ocorrido. Um desafio em curso para a Região é melhorar o cadastro de mortes fetais e neonatais no sistema oficial de registro. Em muitos países, um natimorto ou recém-nascido que morre não é considerado como uma pessoa que precise ser registrada oficialmente. A maioria dos países da ALC não monitora rotineiramente os indicadores usados para a arrecadação de dados. A revisão local, a análise e o uso dos dados coligidos para a tomada de decisões são também extremamente inadequados. 89 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE 4. A Estratégia Interinstitucional Regional para Redução da Mortalidade Neonatal O que se pode fazer para melhorar a saúde do recém-nascido A mortalidade neonatal é um grande contribuinte na mortalidade infantil na região da ALC e constitui um obstáculo para cumprir as Metas de Desenvolvimento do Milênio. A maioria dos óbitos neonatais é passível de prevenção, e existem intervenções eficazes bem documentadas ao respeito. Os países têm que definir estratégias e ações essenciais para estabelecer, implementar, fortalecer e ampliar intervenções destinadas a promover a saúde do recém-nascido no contexto da saúde materno-infantil. As atividades têm que ser desenvolvidas e coordenadas em vários níveis. Com base nas lições aprendidas, a estratégia proposta se concentra nas intervenções comprovadas a nível setorial com o fim de: criar um ambiente favorável para a elaboração e promoção de políticas públicas eficazes em todos os níveis, usando o “modelo de atenção contínua” de SMNI e dando destaque aos recém-nascidos enfatizando especialmente à comunidade; fomentar vinculações entre diferentes programas; melhorar a capacidade de resposta e a qualidade dos serviços de saúde, fortalecendo a atenção primária e os níveis de referência; proporcionar atenção de saúde eficaz, integrada e culturalmente apropriada; atualizar e fortalecer as competências da força de trabalho em saúde; promover intervenções para capacitar indivíduos, famílias e comunidades; e desenvolver um sistema de vigilância, monitoramento e avaliação para avaliar o progresso. Os países precisam agir agora, concentrandose nas seguintes áreas chaves no contexto da saúde materna, neonatal e infantil: 90 A. Criar um contexto propício à promoção da saúde neonatal Para reduzir a mortalidade neonatal, é preciso que exista um contexto habilitador que leve em consideração o empenho político das autoridades em implementar políticas, promover protocolos e normas com base científica e obter recursos técnicos e financeiros para facilitar e apoiar as atividades necessárias. As autoridades de governo devem não só fortalecer seu sistema de saúde, como também tratar das necessidades da comunidade. Assim também, as organizações, em particular as ONGs e entidades de caráter religioso que trabalham bem no nível comunitário, devem vincular-se ao governo e aos sistemas de saúde. Todos os programas devem empenhar-se ativamente em incorporar estratégias para atingir os grupos mais pobres e marginalizados, a fim de assegurar uma cobertura adequada e apropriada. Maiores esforços devem ser feitos para aumentar a visibilidade da saúde neonatal e de- REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE senvolver uma capacidade maior de formular e estabelecer prioridades nacionais de políticas no contexto da saúde materna, neonatal e infantil (SMNI). São necessárias intervenções comprovadas de SMNI para uma melhor elaboração de políticas e atividades de promoção, uma definição mais clara de prioridades e um aumento da efetividade dos programas a nível de serviços e da comunidade. Sem isso, não se conseguirá reduzir substancialmente a mortalidade neonatal e a Região não atingirá a redução da mortalidade infantil pedida na quarta das Metas de Desenvolvimento do Milênio. Devem ser desenvolvidos contextos de políticas para melhorar a saúde do recém-nascido e reduzir a mortalidade neonatal através do empenho político de alto nível. Existe a necessidade de formular claras diretrizes e iniciativas nacionais para estabelecer e fortalecer os sistemas de estatísticas vitais, assegurar o financiamento confiável para as intervenções essenciais e resolver os problemas da força de trabalho em saúde neonatal, incluindo os requisitos de treinamento em serviço e pré-serviço de médicos, parteiras e enfermeiras. É crítico também trabalhar com parceiros chaves, definindo papéis e metas claras, integrando a saúde neonatal nos programas existentes, tais como os de saúde reprodutiva e materna (atenção obstétrica tanto essencial como de emergência), de sobrevivência da criança, inclusive a AIDPI, aleitamento materno e nutrição. Como a saúde do neonato tende a ficar esquecida durante o processo de integração, é necessário aumentar a visibilidade do recém- nascido para priorizar ações destinadas a garantir a saúde neonatal. O fortalecimento de parcerias por meio de um plano participativo deve incluir parcerias globais, regionais, nacionais e locais com os ministérios da saúde, doadores de recursos, organismos internacionais de cooperação e outros interessados diretos, inclusive a sociedade civil, curandeiros tradicionais e organizações não-governamentais. Devem se desenvolver conexões mais fortes entre organizações profissionais tais como associações de obstetrícia e ginecologia, pediatria, perinatalogia, neonatologia e enfermagem. A cooperação técnica da OPAS junto com os países e outros parceiros concentram-se na formulação de políticas, na promoção a favor da saúde da família e da comunidade, na prestação de serviços, no aperfeiçoamento do recurso humano, no apoio à mobilização de recursos, na informação e gestão do conhecimento, na vigilância, no monitoramentp e avaliação. Manter o bebe seco e agasalhado. 91 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE Promover um ambiente propício no nível de políticas 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) B. Propugnar em forma contínua e dirigida a incorporação da saúde do recém-nascido como alta prioridade nas políticas dos governos nacionais e locais. Identificar os “grandes” que irão apoiar a agenda, aumentar a consciência dos problemas e conseguir recursos econômicos. Estabelecer e fortalecer “células” ou seções no ministério nacional e nos governos subnacionais e locais, para pôr ênfase na saúde do recém-nascido no contexto da saúde materno-infantil e elaborar e pôr em prática normas, protocolos e padrões baseados na evidência, que abordem tanto os sistemas de saúde como a comunidade. Formular estratégias integradas durante o planejamento e implementação, a fim de ter por alvos os grupos vulneráveis e marginalizados promovendo a atenção baseada na igualdade. Promover promoção e atividades para obter recursos dos: (a) Governos nacionais (b) Interessados diretos, locais e internacionais Procurar apoio técnico adicional cuando for necessário, dos organismos locais e internacionais, tirando partido das lições aprendidas de outras regiões. Promover a colaboração “sul-sul”. Assegurar uma estreita colaboração com parceiros (governos nacionais e locais, outros interessados, entidades bilaterais, ONGs, curandeiros tradicionais, organizações de cunho religioso, líderes chavse das comunidades e outras organizações, inclusive associações profissionais) com planos para atingir rapidamente as dimensões apropriadas. Integrar as atividades ligadas à saúde do recém-nascido com programas existentes tais como os de saúde materna (tanto atenção obstétrica essencial como atenção de emergência), atividades pertinentes à saúde da criança, inclusive AIDPI, e programas como os de sífilis congênita, PTMF e HIV/AIDS, tendo cuidado de manter clara visibilidade do componente de saúde do recém-nascido. Fortalecer os sistemas de saúde para melhorar o acesso a serviços de saúde materna, neonatal e infantil O acesso universal da atenção à mãe, ao recém-nascido e à criança deve incluir a prestação de assistência capacitada ao parto. Os serviços devem proporcionar a continuidade da atenção, assegurando que o acesso à assistência durante a gravidez, o parto e o pós-parto se estenda ao primeiro mês de vida e mais. A chave é um monitoramento efetivo para assegurar a adesão às normas, pautas e protocolos. Isso inclui supervisão de 92 apoio contínuo, fortalecimento dos sistemas de referência e administração formativa e responsável, acompanhamento programado, apoio com ênfase na atenção primária de saúde e um processo de auditoria social para validar os resultados. Acesso universal à atenção É essencial reformular o currículo de treinamento em serviço e da educação préserviço, a fim de avaliar e melhorar a adequação de cursos de treinamento, particularmente os relacionados com a atenção do recémnascido. As necessidades prioritárias incluem REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE habilidades e conhecimentos relacionados com a atenção essencial ao recém-nascido, atenção de bebês vulneráveis, como os lactentes nascidos com baixo peso e os nascidos de mães soropositivas para HIV, e a identificação de atenção essencial ao recém-nascido doente. Deve ser dada prioridade ao conhecimento e às habilidades relacionadas com a gestão efetiva de infecções, asfixia ao nascimento e hipotermia (regulação térmica do recémnascido prematuro), que são as principais causas de morte. Devem ser também fortalecidas as políticas dos governos e as respostas programáticas para abordar a educação da mulher e os problemas de empoderamento. É essencial vincular as organizações de desenvolvimento da mulher e da comunidade, em particular as ONGs e as entidades de caráter religioso com comprovada eficácia e credibilidade no nível da comunidade, com o governo e os sistemas de saúde, com o fim de obter as sinergias necessárias para conferir à mulher maior poder de decisão, assegurar um apoio amplo, com vistas às necessidades de saúde da mãe e do recém-nascido, por parte da família e da comunidade, melhorar a cobertura e a qualidade e levar a atenção aos mais marginalizados. Os grupos marginalizados incluem os pobres urbanos e rurais e as populações indígenas e afrodescendentes. Atenção contínua É necessário um enfoque holístico e integrado, refletido no modelo de atenção contínua, para abordar a saúde do recém-nascido no contexto da saúde materna, neonatal e infantil.49 Isto inclui o seguinte: (a) Atenção da pré-gravidez ao pós-parto inclui atenção de saúde a meninas e mulheres em idade reprodutiva e orientação com referência a comportamentos saudáveis, planejamento familiar e nutrição, incluindo a necessidade de administraar suplementos apropriados de ácido fólico. Isso tem que ser vinculado com a atenção à mãe no período pré-natal, no parto e no pós-parto e com a atenção do recémnascido após o parto. Esse enfoque é sumamente importante dada a conexão muito estreita entre a saúde da mãe e a do recém-nascido. (b) Atenção contínua, do lar ao hospital, é um aspecto chave. Como muitos nascimentos e mortes neonatais ocorrem nas casas e inclusive nos estabelecimentos jà que recebem alta em forma prematura, existe a necessidade de incluir a família e a comunidade. Muitos fatores tradicionais afetam os comportamentos familiares, como, por exemplo, quando e onde procurar atenção. Em conseqüência, as estratégias de comunicação e mobilização das comunidades são essenciais para promover comportamentos saudáveis relacionados com a atenção preventiva básica e para motivar a busca de atenção apropriada. Esses componentes estão cobertos na estrutura da BASICS/CDC/USAID denominada “caminho para a sobrevivência”.50 Esse modelo incorpora a necessidade de integrar e coordenar a atenção que se entrega dentro e fora do lar. Não basta 93 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE simplesmente fomentar a busca de atenção, que pode mesmo resultar em perda de credibilidade quando não há melhorias na qualidade dos serviços disponíveis a nível de estabelecimento, e inclusive um melhor comportamento de apoio pela equipe de saúde. Este último é necessário para promover a utilização dos serviços de saúde. Também é benéfico um vínculo ativo e respeitado entre a comunidade e os estabelecimentos de saúde. (c) Atenção contínua, dos serviços preventivos aos curativos, é essencial para conseguir uma redução sustancial da mortalidade neonatal. Embora a prevenção seja importante, é inevitável que os bebês apresentem problemas de saúde e tenham de receber tratamento. Isto é, na realidade, o fato que acusa maior freqüência na comunidade. Devido a vários desafios, inclusive insuficiência de recursos tanto financeiros como humanos, a provisão total de atenção contínua é muito difícil de ser alcançada. Em conseqüência, a priorização de atividades para atender aos requisitos locais, começando com as intervenções mais viáveis e passando a outras gradativamente, ajudará. Assim também, o trabalho com parceiros que podem abordar diferentes componentes e aportar recursos adicionais dará igualmente certo apoio. Melhorar as habilidades e competências dos provedores de atenção de saúde A Declaração Universal dos Direitos Humanos proclama que a “maternidade e a infância têm direito à atenção e à assistência especial”; e a Convenção sobre os Direitos da Criança 94 garante a ela o direito ao mais alto padrão da saúde atingível.51 Para que as crianças possam alcançar o mais elevado padrão de saúde, é necessário analisar os papéis e funções dos provedores de atenção, médicos, enfermeiras, parteiras e auxiliares de enfermagem, inclusive os das zonas periféricas (trabalhadores de primeira linha), com o fim de assegurar a competência na área da saúde da criança, e especialmente a do recém-nascido. É indispensável assegurar que os provedores de atenção estejam habilitados na atenção básica essencial e de urgência ao recém-nascido, para evitar mortalidade e prevenir a morbidade neonatal.52, 53 Os programas de formação para profissionais de saúde que cuidam de recémnascidos têm que enfatizar: 1) A atenção pré-natal, inclusive a imunização antitetânica, a nutrição, preparativos para o nascimento, planejamento familiar, detecção precoce de complicações e o seu tratamento. 2) A atenção essencial ao recém-nascido sadio, inclusive a atenção no nascimento, como enxugar e agasalhar imediatamente a criança, retardar o primeiro banho, encorajar o aleitamento materno imediato e exclusivo, sem administrar alimentos prélácteos, atenção ao cordão, atenção extra aos lactentes nascidos com baixo peso e aos prematuros, inclusive atenção materna tipo canguru e primeiras visitas pós-natais dentro dos três dias após o nascimento, com avaliação e atenção adequada. 3) A atenção imediata ao recém-nascido doente, incluindo o manejo da asfixia ao REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE nascimento, administração de antibióticos para sépsis e o efetivo encaminhamento de casos problemáticos que requerem atenção especializada adicional. 4) A atenção pós-natal, assegurando a avaliação neonatal precoce. 5) As habilidades básicas para emergências obstétricas e neonatais, inclusive o uso de incubadoras, IVs e transfusões. Em condições ideais, o cuidado das mães e dos recém-nascidos deve ser realizado por um atendente do parto capacitado, como um médico, enfermeira ou parteira. Contudo, há na Região um número significativo de serviços prestados somente por uma auxiliar de enfermagem em comunidades nas quais são comuns os partos nos domicílio. Assim, é essencial incluir e estabelecer vínculos com parteiras tradicionais e trabalhadores comunitários de saúde, como se destaca mais adiante na seção sobre intervenções baseadas na comunidade. A adoção da AIDPI por vários países da ALC criou um contexto que pode ser aprimorado com o fortalecimento de elementos como o componente neonatal, a qualidade da atenção de saúde e das provisões, destacando o controle de infecções e a identificação do baixo peso ao nascer, como também a melhoria da atenção na hora do nascimento. Embora os países com TMI mais baixa tendam a mostrar uma alta percentagem de partos assistidos por pessoal capacitado, contar somente com parteiras capacitadas nem sempre melhora os resultados, conforme indicam os dados de alguns países da ALC (Apêndice 1). A redução da mortalidade neonatal exige um melhor treinamento, com controle de qualidade e supervisão de apoio; melhoras infra-estruturais, aprovisionamento e manutenção de equipamento básico; abastecimento e medicamentos para a atenção preventiva, curativa e de emergência. Além das habilidades técnicas necessárias, a consideração de práticas culturais locais e um melhor comportamento de apoio e comunicação interpessoal por parte dos provedores de atenção podem contribuir significativamente na aceitação dos serviços de saúde pela família. Melhoria da qualidade da atenção hospitalar ao recém-nascido Nos hospitais de maior complexidade, as unidades de atenção especial e tratamento intensivo do recém-nascido têm que prestar mais atenção à qualidade. Em particular, devem se concentrar no controle da asfixia, na prevenção de infecções—especialmente a infecção adquirida no hospital—e a adquirir pessoal competente, adequado e com experiência na atenção ao recém-nascido, no uso de equipamentos e na distribuição correta de medicamentos. Nos centros mais complexos, são necessárias unidades separadas para cuidar dos recém-nascidos em risco e doentes. Também éimportante a escolha de procedimentos e equipamentos. Deve-se dar prioridade a procedimentos que sejam menos invasivos, apresentando, portanto, menos probabilidade de resultar em infecções, junto com equipamento que possam ser facilmente mantidos e vistoriados. Embora sejam úteis, equipamentos como as incubadoras e os ventiladores devem ser comprados somente por unidades com acesso aos recursos mencionados 95 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE Melhorar a qualidade dos serviços a nível de estabelecimento 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) Promover um enfoque holístico com atenção contínua (a) da pré-concepção, da gravidez, do parto, do período neonatal e da infância, (b) do lar ao hospital e (c) da atenção preventiva à curativa. Pôr em prática planos e ações para promover sua ampliação e sustentabilidade. Assegurar treinamento adequado dos profissionais da saúde, junto com controle de qualidade e supervisão de apoio. Promover a compra de provisões adequadas e atualizadas (medicamentos apropriados e equipamento adequado), particularmente para estabelecimentos do primeiro nível. Fortalecer e implantar um sistema de triagem, com provisão apropriada de atenção de qualidade nos diferentes níveis, com bons sistemas de referência e contra-referência. Promover estratégias de comunicação no nível de estabelecimento para comportamentos familiares chaves, visando melhorar a saúde do recém-nascido. Estabelecer conexões permanentes entre parteiras habilitadas do estabelecimento e parteiras tradicionais da comunidade, bem como com outros TCS/VCS, a fim de aumentar o encaminhamento de mães. Planejar e iniciar desde cedo atividades visando atingir metas de longo prazo, tais como: a. Melhoramento da educação pré-serviço de pessoal médico, de enfermagem/obstetrícia e outras categorias paramédicas. b. Aumento do número de parteiras habilitadas competentes, especialmente enfermeiras e parteiras disponíveis 24 horas por dia, com apoio adequado de medicamentos, materiais, equipamento e sistemas efetivos de referência. e com pessoal capacitado que possa usá-los eficientemente. Do contrário, podem gerar problemas como infecção e aumento da mortalidade. É da máxima importância contar com médicos e enfermeiras adequadamente treinados e competentes, e com equipamento apropriado para proporcionar uma ótima atenção aos recém-nascidos. Fortalecimento e inclusão do setor privado Os pofissionais do setor privado, como médicos ou enfermeiras, devem ser incluídos no fortalecimento e construção de novas capacidades, uma vez que eles também podem participar na provisão de atenção aos recémnascidos. Na ALC, o pessoal de atenção de 96 saúde formal, como os médicos, pode não ter recebido treinamento obstétrico ou não ter competência total nessa área. No setor público, pode-se formar e apoiar pessoal habilitado em atenção neonatal, como destacado acima. No nível da comunidade, são também provedores privados as pessoas que vendem medicamentos e alguns curandeiros tradicionais. Estes podem ser treinados para promover comportamentos saudáveis, de forma semelhante aos TCS. Melhorar educação pré-serviço A educação em serviço ou contínua pode ser lenta e cara. Além de tirar o pessoal de seu tra- REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE balho durante os períodos de treinamento. Por isso, essa possibilidade deve ficar reservada para atualizações e cursos de revisão. É, portanto, essencial que a educação pré-serviço de médicos, enfermeiras, parteiras e pessoal paramédico seja melhorada, para que, na habilitação ou posteriormente, o pessoal em questão tenha competência e habilidades na atenção essencial ao recém-nascido. No mínimo, as habilidades necessárias incluem atenção preventiva básica, ressuscitação em caso de asfixia ao nascimento, atenção de problemas menores, inclusive infecções, administração de antibióticos tanto orais como injetáveis e identificação dos sinais de perigo e referências eficazes. C. Promoção de intervenções nas comunidades Um número significativo de nascimentos e mortes neonatais ocorre nas casas. Mesmo nos partos institucionais, as mães e os recém-nascidos recebem a alta muito cedo. Por isso, é de extrema importância a inclusão da comunidade na promoção de comportamentos saudáveis (por exemplo, amamentação imediata e exclusiva, manutenção do lactente agasalhado e enxuto) e a procura o antes possível de uma atenção apropriada para os problemas. A Região precisa também investir em planos para preparar o nascimento, transporte comunitário e sistemas de vigilância. O transporte de uma mãe ou de um recém-nascido com problemas a um estabelecimento apropriado de atenção, dará melhores resultados de saúde. Papel dos trabalhadores comunitários de saúde A atenção na comunidade inclui, não só programas de formação profissional de ATPs, a capacitação de todos os trabalhadores comunitários de saúde e voluntários disponíveis, como promotores de saúde, ATPs e outros atores sociais tais como professores, membros de associações e uniões de jovens, de acordo com o nível de compreensão. As intervenções devem incluir estratégias de comunicação e mobilização das comunidades para promover comportamentos saudáveis aumentando o uso apropriado dos serviços de saúde existentes. A atenção na comunidade é importante em todos os países e regiões, mas um aumento da ênfase e uma participação maior dos TCS e VCSs, inclusive parteiras tradicionais, são essenciais em áreas com acesso geográfico difícil, as quais, via de regra, não são cobertas por outros serviços de saúde. Existem ATPs nas comunidades faz muito tempo, e elas gozam de estreito relacionamento e credibilidade junto a muitas famílias. Através da mobilização das comunidades e mediante o estabelecimento de um bom vínculo com as parteiras, os TCS/ VCSs podem ser rapidamente notificados de novos nascimentos. Isso pode promover visitas pós-natais a domicílio desde o primeiro momento. Nas situações em que o parto é assistido por membros da família não treinados, há desafios óbvios no trato de complicações do nascimento e problemas neonatais. Com respeito à busca apropriada de atenção, é possível que as mães não se sintam à vontade recebendo atenção de profissionais de saúde formais. Práticas culturais e superstições também podem inibir a procura de atenção neonatal e pós-parto. Há um crescente interesse em estabelecer vínculos entre ATPs e parteiras habilitadas, usando aquelas para detectar sinais de perigo 97 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE e promover o encaminhamento precoce de casos com problemas. A promoção de práticas chaves na atenção da mãe e do recém-nascido e a informação geral para a comunidade devem acompanhar de perto a promoção do uso dos serviços de saúde. No domicílio também pode haver lugar para habilidades salvadoras de vida.54 Mobilização comunitária e social A participação comunitária e o compromisso familiar são essenciais na atenção da mãe e do recém-nascido. As ONGs, organizações de cunho religioso, autoridades civis e os serviços de saúde locais podem desempenhar importantes papéis na mobilização da comunidade e na capacitação de organizações comunitárias. As organizações de mulheres que receberam treinamento em atenção materna e neonatal são bem conhecidas pelo seu papel na promoção e defesa de uma atenção apropriada. Destaca-se também o especial papel das avós na promoção de mudanças de comportamento na comunidade.55 A participação dos homens também é necessária na mobilização das comunidades. Há particular necessidade deles para facilitar o empoderamento da mulher, assumindo parte das funções da atenção de saúde e organizando o transporte de emergência. Grupos da comunidade podem também desempenhar um papel benéfico no estabelecimento de redes de apoio da emergência. O acesso ao transporte pode representar a diferença entre a vida e a morte para as mulheres e para os recém-nascidos que estão em risco ou apresentam complicações. 98 Também existe a necessidade de pôr em prática uma gestão inovadora no lar ou na comunidade de pelo menos algum dos problemas neonatais quando não é possível fazer o encaminhamento, principalmente em situações em que o acesso geográfico aos serviços de saúde é a principal barreira ao recebimento de uma atenção oportuna. A adoção de comportamentos saudáveis, como a obtenção do acesso à atenção prénatal e atendimento qualificado no parto, amamentação imediata e exclusiva, e a procura de uma atenção apropriada para os problemas neonatais, é fundamental para melhorar a atenção tanto a nível da comunidade como dos serviços de saúde. As estratégias que são úteis para efetivar a adoção de comportamentos saudáveis incluem: Comunicação interpessoal: As mensagens chaves podem ser transmitidas eficientemente por intermédio de trabalhadores comunitários de saúde, voluntários e pessoal dos serviços de saúde. É útil o fortalecimento de capacidade dando ênfase a boas habilidades de comunicação e negociação, com mensagens chaves que sejam limitadas e claras. Assim como em todo treinamento, são essenciais a garantia de qualidade, a supervisão de apoio e o monitoramento. As estratégias de comunicação no nível das instalações de saúde talvez sejam mais desafiadoras, dado que o pessoal tende a participar mais na prestação de assistência e REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE menos na educação sanitária. A carga, porém, pode ser aliviada com a utilização de trabalhadores da comunidade reconhecidos e bem treinados no nível dos estabelecimentos periféricos ou a designação, mediante rotação, de um profissional de saúde específico para passar as mensagens. Métodos tradicionais: Em algumas comunidades, métodos tradicionais como o teatro de rua e de marionetes são úteis e bem aceitas para passar informações importantes. Comunicação de massa: Além dos métodos mencionados, o uso dos meios de comunicação massivos pode ser uma ferramenta valiosa para dar ampla divulgação a mensagens chaves; o alto custo dessa estratégia é, porém, problemático. Recomenda-se assegurar o apoio do governo para subsidiar o custo e motivar a participação dos doadores de recursos. Intervenções de apoio e estratégias de comunicação de base comunitária 1. Fortalecer a capacidade dos trabalhadores comunitários de saúde essenciais, voluntários e parteiras tradicionais, bem como de outros atores apropriados, com controle de qualidade e supervisão de apoio. 2. Implementar estratégias de comunicação para promover comportamentos saudáveis (ver seção sobre comunicação). 3. Promover estratégias de mobilização social/comunitária para a participação ativa dos líderes civis e religiosos, de grupos como os integrados por mulheres, avós, jovens e homens, para promover comportamentos saudáveis e atender a necessidades específicas, inclusive preparativos para o nascimento, transporte e financiamento. 4. Estabelecer e fortalecer os vínculos entre a comunidade e o serviço de saúde. 5. Pôr em prática a gestão alternativa apropriada de casos no lar e na comunidade quando não é possível o encaminhamento. 6. Formular mensagens simples e priorizadas para promover comportamentos saudáveis essenciais. 7. Passar as mensagens fazendo uso de várias estratégias apropriadas, inclusive comunicação interpessoal, métodos tradicionais e meios de comunicação massivos. 8. D. Explorar meios de subsidiar o custo do uso de meios de comunicação de massivos. Criar e fortalecer sistemas de monitoração e avaliação A monitoração e avaliação (M&E) em todos os níveis é um elemento chave do planejamento de sistemas de saúde, prestação programática de serviços e sistemas de informação sanitária. O fortalecimento da capacidade de avaliar o impacto, bem como monitorar o desempenho, é crucial para reduzir a mortalidade neonatal, mitigar a vulnerabilidade e melhorar a saúde neonatal. O estabelecimento de metas 99 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE intermediárias viáveis é uma prioridade chave no desenvolvimento de um sistema de M&E. Para acompanhar o progresso dos programas de saúde neonatal e as ações respectivas, é indispensável contar com programas de monitoração e avaliação implantados para documentar os resultados e avaliar tanto o serviço de atenção como a resposta da comunidade. Também é importante verificar se as políticas públicas planejadas estão sendo executadas. Um sistema de monitoração bemsucedido também ajuda a identificar barreiras e brechas de eqüidade no acesso a serviços de qualidade. O monitoramento deve ser parte integrante da implementação de programas; e a análise de dados na tomada de decisões deve ser parte da cultura de trabalho entre o pessoal de saúde. É necessário estabelecer sistemas de M&E para ajudar a assegurar que os grupos vulneráveis ou marginalizados sejam visíveis e tenham cobertura dos serviços de saúde. O estabelecimento ou fortalecimento de sistemas de registro vital, inclusive o registro de nascimentos (com peso ao nascer), o registro de mortes fetais e neonatais (com idade ao morrer), é um passo crítico no desenvolvimento de sistemas de monitoramento e avaliação. Esses sistemas devem permitir, no mínimo, o registro exato e oportuno dos eventos e a comunicação dos resultados, proporcionar dados para avaliação da cobertura e qualidade do serviço e da resposta da comunidade. Como o monitoramento é também um componente essencial do planejamento e execução de programas, a análise de dados para a tomada de decisões operativas deve ser parte das descrições de cargo para o pessoal de saúde. Por esse motivo, é essencial elaborar um 100 conjunto de indicadores-padrão mínimos cujo recolhimento é viável. Além disso, os dados devem ser regularmente examinados nos níveis chaves para monitoramento dos resultados e planejamento e implementação de mudanças, con o fim de promover a consecução de metas e resultados definidos. As maneiras de fortalecer e melhorar o sistema de saúde para a coleta e análise de dados através dela incluem o registro obrigatório dos recémnascidos e a notificação de mortes fetais e neonatais; formulação de políticas com base em fatos, em contextos prioritários; financiamento confiável de intervenções essenciais mediante alocações orçamentárias previsíveis; garantia de adequação no desenvolvimento de recursos humanos; obtenção de eficiência na cadeia de fornecimento e nos sistemas logísticos; e garantia de acesso gratuito a um pacote essencial de serviços de saúde. Métodos de avaliação como a análise de casos, as auditorias perinatais e a autópsia verbal têm sido úteis na detecção de problemas de saúde neonatal relacionados com a provisão de serviços e da demanda da comunidade por eles. Embora cada método tenha suas vantagens, é necessário ter o cuidado de envolver os provedores de atenção e a comunidade, como também escolher a tecnologia apropriada para cada situação local. Em condições ideais, os recém-nascidos devem ser pesados e registrados ao nascer. O registro do peso ao nascer ajuda a monitorizar efetivamente a ocorrência de baixo peso ao nascer. Atualmente, dados desse tipo estão disponíveis predominantemente para nascimentos em instituições (ver Apêndice 1). REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE A recente revisão da ação global sobre a saúde da criança sugeriu também monitoração da prevenção de transmissão materna do HIV, embora isso requeira seguimento durante a infância.56 Assim, embora esteja disponível um grande número de indicadores,57, 58 na prática é essencial limitá-los a uns poucos indicadores básicos y fundamentais cuja coleta é viável. Os países vêm tirando partido das Pesquisas Demográficas e de Saúde externas e das Pesquisas de Saúde Materno-infantil que são realizadas rotineiramente em todos os países da Região. Contudo, é necessário que os países e os ministérios da saúde melhorem seus próprios sistemas de levantamento de dados, incorporando não só indicadores neonatais críticos e estatísticas vitais, mas fortalecendo também a capacidade de uso apropriado dos dados colhidos a nível local e distrital. Os sistemas de vigilância comunitários visam recrutar a comunidade e os atores sociais para gerar processos dinâmicos de coleta, análise e resposta com ações concretas aos problemas de saúde observados. Para uma comunidade, o próprio ato de registrar eventos de morbidade e mortalidade pode ser uma poderosa ferramenta para concentrar a atenção na saúde da mãe e do neonato. Promoção de estratégias essenciais para monitoração e avaliação 1) Selecionar os indicadores-chave priorizados e viáveis, tais como (a) Taxa de mortalidade neonatal (b) A taxa de mortes fetais—preferentemente diferenciadas entre natimortos extraídos dado que algumas das mortes fetais podem ser prevenidas e alguns casos são na realidade mortes neonatais prematuras. (c) % de partos assistidos por atendentes capacitados (d) % de nascimentos no nível de estabelecimento (e) % de mulheres grávidas que receberam duas ou mais visitas de atenção pré-natal (f) % de recém-nascidos amamentados dentro de uma hora após o nascimento (g) % de recém-nascidos amamentados exclusivamente dentro do primeiro mês (h) % de bebês que recebem atenção pós-natal dentro de três dias (i) % de comunidades com planos de transporte em caso de emergência (j) % de mulheres que têm acesso à atenção pré-natal com um plano preparativos para o nascimento 2) Promover o monitoramento contínuo das estatísticas vitais por autoridades/governos locais 3) Além da coleta de dados a ser encaminhada aos centros nacionais, promover a revisão e uso local dos dados, com o fim de melhorar serviços com a participação dos líderes da comunidade 4) Os sistemas de monitoramento tamêbm devem ter meios intrínsecos de assegurar que os grupos pobres e marginalizados sejam cobertos 5) Criar sistemas de vigilância comunitária com planos de ação na comunidade 101 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE 5. Repercussões financeiras O Relatório da OMS de 2005, Para que Todas as Mães e Crianças Contem, acentuou que “mais de 6 milhões de crianças podem ser salvas com simples atenção de saúde”.59 A Bellagio Child Survival Series diz que, se a cobertura de intervenções comprovadas fosse aumentada, 63% de todas as mortes infantis e 35% a 55% dos óbitos neonatais poderiam ser evitados.60 Essa análise também indica que 90% das mulheres e dos recém-nascidos poderiam ser cobertos por essas intervenções por apenas US$1 per capita. É essencial que os países da ALC aloquem verbas em seus orçamentos nacionais e locais para a execução de suas intervenções planejadas. Além disso, os organismos internacionais de cooperação também devem designar recursos para tornar viáveis os esforços do país. Vassil Anastasow A nova Parceria Global para a Saúde Materna, Neonatal e Infantil é prova de que organismos internacionais como a USAID, a OPAS/OMS, o UNICEF e o Banco Mundial estão empenhados na redução dos óbitos infantis e neonatais. Isso oferece a oportunidade para criar organismos coordenadores, nos níveis de país e regional, para a assistência tanto técnica como financeira. Dar ao bebe muito amor e carinho 102 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE 6. Os próximos passos Um documento de estratégia regional como este só é útil quando é aplicado a nível nacional e se produz a redução da mortalidade e da morbidade neonatal. Será preciso que os diferentes países determinem quais ações são mais apropriadas para eles para progredir no sentido de atingir as MDM 4 e 5. Destacam-se adiante algumas sugestões para os próximos passos que os países talvez desejem considerar para seguir à frente. 1) Reexaminar os principais componentes da estratégia regional e formular uma versão adaptada que possa ser aplicada dentro do país para atender aos requisitos locais. c. Estabelecer vínculos ativos com parceiros que trabalham nos níveis de governo, de serviços de saúde e da comunidade, nos setores público e privado. 2) Trabalhar com parceiros e: a. Formar um Grupo de Estudos ou Comitê Nacional com elementos chaves interessado na saúde do recém-nascido, inclusive representantes do governo, outros interessados diretos, ONGs, OCR, associações profissionais e outras organizações. b. Formar grupos menores de trabalho para componentes específicos tais como fortalecimento de capacidade com controle de qualidade e supervisão de apoio, atenção baseada na comunidade e estratégias de comunicação, bem como o monitoramento e avaliação 3) Formular um plano de trabalho para melhorar a saúde do recém-nascido no contexto da saúde materno-infantil durante um período definido. 4) Identificar ações fundamentais priorizadas e viáveis para começar durante a fase inicial, durante o primeiro ou nos dois primeiros anos. 5) Definir o orçamento necessário para pôr em prática atividades planejadas, identificar fontes apropriadas de recursos financeiros e levar a cabo a promoção de ações apropriadas para obter recursos do governo nacional e de outros interessados diretos. 103 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE Apêndice 1 Mortalidade Neonatal e Materna, Partos Assistidos por Pessoal Habilitado e Bebês de Baixo Peso ao Nascer, em países selecionados da Região da ALC, 1994-2000. País Taxa de mortalidade neonatal a Haiti Bolívia Guiana 34 27 25 Taxa de mortalidade perinatal a Razão de mortalidade % de partos materna atendidos por (100,000 nv) b,d,e pessoal capacitado b % de bebês com baixo peso ao nascer c Cenário 1: TMN de 20 ou mais República Dominicana Guatemala Suriname Honduras Nicarágua Equador Peru Paraguai El Salvador Brasil México 19 18 18 18 16 16 16 16 15 15 Colômbia Trinidad e Tobago Venezuela Panamá Argentina Jamaica Barbados Uruguai Costa Rica Chile Cuba 14 13 12 11 10 10 8 7 7 6 4 19 54 523 31 230 40 123,3 Cenário 2: TMN de 15-19 28 91,7 23 77,7 30 n/um 28 108 23 87,3 20 76,4 20 185 20 174,1 20 173 20 64,6 22 62,4 Cenário 3: TMN inferior a 15 23 77,8 26 67d 18 57,8 15 43 14 40,1 17 95 17 n/um b 14 51d 13 36,3 8 17,3 14 52,2 24,2 60,8 94 21 7 12 97,8 11 31,4 90 62 77,2 78,6 71,1 85,9 79 96,6 93,4 12 13 14 12 16 11 9 7 10 8 95,7 99,6 99,7 91,3 99,1 95 100 99,3 97,5 99,8 99,9 9 23 9 10 8 10 10 8 7 5 6 Fontes: a WHO. Neonatal and Perinatal Mortality 2006: Country, Regional and Global Estimates. Recuperado (12/07/06) de http://www.who.int/making_pregnancy_safer/publications/neonatal.pdf b OPS/OMS, Situación de la Salud en las Américas. Indicadores Básicos, 2006. Recuperado (27/07/06) de https://intranet.paho.org/DD/AIS/INDICADORES2006_SPA.PDF c UNICEF. State of the world´s children 2006. Consultado (27/07/06) em http://www.unicef.org/sowc06/pdfs/ sowc06_fullreport.pdf d Saving Newborn Lives. State of the World’s Newborns 1995-2000. Save the Children. Washington, D.C.. e WHO. Maternal Mortality in 2000: Estimates developed by WHO, UNICEF, UNFPA. Recuperado de http:// www.who.int/reproductive-health/publications/maternal_mortality_2000/mme.pdf 104 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE Apêndice 2 Figura 1 Atenção obstetrica e neonatal essencial (AONE) Para a mãe (AOE) Para o recém-nascido (AERN) • • • • • Antibióticos Oxitocina Anticonvulsivo (injetavel) Remoção manual da placenta Com Remoção de produtos embriónicos retidos (Dilatação e curetagem ou MVA) • Parto vaginal assistido • Reanimação neonatal com bolsa e máscara • Monitoração da temperatura corporal do bebé • Antibiótico especifico para sépsis neonatal • Atenção essencial do recemnascido (AERN) • AOE Básico COM • Cesariana • Transfusão de sangue • AERN COM • Ventilação assistida • Soluções IV Funções básicas de AONE Funções Abrangentes de AONE AOE: Atenção Obstétrica Essencial AERN: Atenção Essencial ao Recem-Nascido AONE: Atenção Obstétrica e Neonatal Essencial 105 REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE Referências 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 106 Behrman J, Gaviria A, Székely M eds. Social exclusion in Latin America and the Caribbean: Perception, reality and implications. In: Who’s In and Who’s Out. Washington, DC: Interamerican Development Bank, 2003. World Health Organization. The World Health Report: 2005: make every mother and child count. Geneva: WHO, 2005. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. Ministry of Health and Sports, Bolivia. Health SituationBolivia 2004. Minstry of Health and Sports, 2004. [http://www.sns.gov.bo/asis/ASIS 2004 v62.pdf, accessed 11/25/2006] HAÏTI: Enquête Mortalité, Morbidité et Utilisation des Services 2000 (EMMUS-III). Pétionville, Haïti: l’Institut Haïtien de l’Enfance (IHE); 2000. World Health Organization. The World Health Report: 2005: make every mother and child count. Geneva: WHO, 2005. Pan American Health Organization. Regional strategy for maternal mortality and reduction. 26th Pan American Sanitary Conference. Washington, DC: PAHO, 2002. [http://www.paho.org/english/gov/csp/csp26-14-e.pdf, accessed 11/1/2006] United Nations General Assembly. 55/2. United Nations Millennium Declaration, 2000. [www. un.org/millennium/declaration/ares552e.htm, accessed 12/1/2006] World Health Organization. Working towards universal coverage of maternal, newborn and child health interventions: 58th World Health Assembly. Geneva: WHO, 2005. Darmstadt GL, Bhutta ZA, Cousens S, Adam T, Walker N, de Bernis L. Evidence-based, cost-effective interventions: how many newborns babies can we save? Lancet 2005; 365 (9463):977-988. Costa AM, Guilhem D, Walther MI. Prenatal care within Brazil’s unified health system. Rev. Saúde Pública. 2005;39:768-774. Pan American Health Organization. Health situation of the Americas: basic indicators 2004. PAHO/AIS/04.0. Washington, DC: PAHO, 2004. Health indicators: building blocks for health situation analysis. Epidemiol Bull. 2001;22(4):1-5. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. World Health Organization. Neonatal and perinatal mortality: country, regional and global estimates. Geneva: WHO, 2006. World Health Organization. Neonatal and perinatal mortality: country, regional and global estimates. Geneva: WHO, 2006 Stanton C, Lawn JE, Rahman H, Wilczynska-Ketende K, Hill K. Stillbirth rates: delivering estimates in 190 countries. Lancet 2006;367 (9521):1487-1494. World Health Organization. The World Health Report 2005. Pan American Health Organization. Grupo asesor tecnico AIEPI (GATA): informe de la cuarta reunion. Washington, DC: PAHO, 2004. Lawn JE, Wilczynska-Ketende K, Cousens SN. Estimating the causes of 4 million neonatal deaths in the year 2000. Int J Epidemiol 2006;35:706-718. Pan American Health Organization. The Integrated Management of Childhood Illness (IMCI): The contribution to the Millennium Development Goals. Washington, DC: PAHO, 2003. Pan American Health Organization. Infant mortality situation in the Americas, 1990-2002: monitoring progress towards MDGs. Epidemiol Bull. 2004;25(2):4. Save the Children. State of the world’s newborns. Washington, D.C.: Saving Newborn Lives, Save the Children; 2001. Darmstadt GL, Lawn JE, Costello A. Advancing the state of the world’s newborns. Bull World Health Organ. 2003;81:224-225. Pan American Health Organization. Health Situation of the Americas, Basic Indicators. 2004. Pan American Health Organization. Basic indicator data base: Health Analysis and Information System Area (AIS). Washington, DC: PAHO/AIS, 2005. Pan American Health Organization. Basic indicator data base: Health Analysis and Information System Area (AIS). Washington, DC: PAHO/AIS, 2005. World Health Organization. Neonatal and perinatal mortality: country, regional and global estimates. Geneva: WHO, 2006. Pan American Health Organization. Regional strategy for maternal mortality and reduction. 26th Pan American Sanitary Conference. Washington, DC: PAHO, 2002. World Health Organization. The World Health Report: 2005: make every mother and child count. Geneva: WHO, 2005. REDUÇÃO DA MORTALIDADE E DA MORBIDADE NEONATAL NA AMÉRICA LATINA E CARIBE 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 43. 44. Darmstadt GL, Bhutta ZA, Cousens S, Adam T, Walker N, de Bernis L. Evidence-based, cost-effective interventions: how many newborns babies can we save? Lancet 2005; 365 (9463):977-988. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. BASICS/ Pan American Health Organization. Selected annotated bibliography on newborn health: evidence based information for developing country programs including public health aspects. Arlington, VA: BASICS II/USAID, 2004. Zulfiqar AB, Darmstadt GL, Ransom EI. Using evidence to save newborn lives. Policy Perspectives on Newborn Health. Washington, DC: Population Reference Bureau, 2003. ACCESS Program. 2005. Household - to Hospital Continuum of Maternal and Newborn Care. JHPIEGO/ ACCESS Program: Blatimore MD Perú: Encuesta Demográfica y de Salud Familiar [Demographic Family Health Survey]. Lima, Perú: Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2004. [http://www.measuredhs.com/pubs/pdf/FR174/ PEO4FR.pdf. Accessed 10/28/2006] Instituto Nacional de Estadistica, Ministerio de Salud y Deportes. Bolivia: Encuestas Nacionales de Demografía y Salud: Salud Materno Infantil y Salud Mental y Física de Adultos. [National Demographic and Health Surveys] La Paz: ENDSA, 2004. [http://www.measuredhs.com/pubs/ pdf/FR159/00FrontMatter.pdf. Accessed 10/28/2006] Bang AT, Reddy HM, Deshmukh MD, Baitule SB, Bang RA. Neonatal and infant mortality in the ten years (1993 to 2003) of the Gadchiroli field trial: effect of homebased neonatal care. J Perinatol. 2005; 25 Suppl 1:S92107. Bang AT, Reddy HM, Deshmukh MD, Baitule SB, Bang RA. Neonatal and infant mortality in the ten years (1993 to 2003) of the Gadchiroli field trial: effect of homebased neonatal care. J Perinatol. 2005; 25 Suppl 1:S92107. World Health Organization. Global strategy for infant and young child feeding. Geneva: WHO, 2003. [http:// www.who.int/nutrition/publications/gs_infant_feeding_ text_eng.pdf. Accessed 06/20/2006] Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. Pan American Health Organization (PAHO). Family and Community Health (FCH) area. Situation Analysis, 2004. World Health Organization. Global strategy for infant and young child feeding. Geneva: WHO, 2003. Perez-Escamilla R. Effectiveness of MADLAC at improving breastfeeding promotion and counseling 45. 46. 47. 48. 49. 50. 51. 52. 53. 54. 55. 56. 57. 58. 59. 60. indicators in maternity wards in El Salvador: Arlington, VA: BASICS II/USAID, 2004. Pan American Health Organization. Epidemiol Bull. 2004 Pan American Health Organization. Second Technical Advisory Committee on HIV/AIDS/STI: 3 by 5 in the Americas. PAHO, 2006. [http://www.paho.org/english/ ad/fch/ai/3_by_5_Regional_Report_English.pdf, html version accessed 12/2/2006]. Pan American Health Organization/ CAREC. HIV Status and Trends, 2004. Pan American Health Organization. Second Technical Advisory Committee on HIV/AIDS/STI. 2006. Tinker A, ten Hoope-Bender P, Azfar S, Bustreo F, Bell R. A continuum of care to save newborn lives. Lancet 2005;365 (9462):822-825. Waldman R, Campbell CC, Steketee RW. Overcoming remaining barriers: the pathway to survival. Arlington, VA: BASICS, 1996. The universal declaration of human rights. Geneva: UN General Assembly, 1948. Accessed 11/12/2006 from http://www.un.org/Overview/rights.html. Waldman R, Campbell CC, Steketee RW. Overcoming remaining barriers: the pathway to survival. Arlington, VA: BASICS, 1996. Sibley LM, Sipe T. Traditional birth attendant training effectiveness- a meta-analysis: SARA Project/AED/ USAID, 2002. Buffington S, Sibley L, Beck D, Armsbruster D. Home based life saving skills where home birth is common. MD, USA: American College of Nurse Midwives, 2003. Aubel J, Ibrahima T, Mamadou D, Lazin K, Sene HA, Faye Y, Tandia M. Strenghtening grandmother networks to improve community nutrition: experience from Senegal. Gender and Development 2001; 9 (2):62-73. Horton R. The coming decade for global action on child health. Lancet 2006; 367 (9504):3-5. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. CORE. Maternal and newborn standards and indictors compendium. Washington, DC: Safe Motherhood and Reproductive Health Working Groups/CORE Group, 2004. World Health Organization. The World Health Report: 2005: make every mother and child count. Geneva: WHO, 2005. Jones G, Steketee RW, Black RE, Bhutta ZA, Morris SS. How many child deaths can we prevent this year? Lancet 2003; 362 (9377):65-71. 107 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES Réduire la mortalité et la morbidité néonatale en Amérique Latine et dans Les Caraïbes UN CONSENSUS STRATÉGIQUE INTERAGENCES Table des matières Abréviations et sigles Résumé analytique 1. Introduction 2. Contexte et initiatives d’accompagnement 2.1 Stratégies d’envergure mondiale 2.2 Stratégies d’envergure régionale 2.3 Mortalité néonatale dans la région ALC 2.4 Causes de mortalité néonatale 2.5 Influence des facteurs d’ordre maternel sur la mortalité néonatale 3. Enseignements tirés et contexte en région ALC 3.1 Réforme des systèmes de santé 3.2 Continuum de soins 3.3 Apport de soins aux nouveaux-nés 3.4 Soins par sages-femmes qualifiées et accès à ces services 3.5 Soins de proximité 3.6 Prise en charge intégrée des maladies infantiles 3.7 Vaccinations 3.8 Micronutriments 3.9 Allaitement maternel 3.10 Transmission du VIH de la mère à l’enfant 3.11 Surveillance 4. Stratégie régionale interagences destinée à faire reculer la mortalité néonatale A. Instituer un cadre propice à la promotion de la santé néonatale B. Renforcer les systèmes sanitaires pour améliorer l’accès aux services MNCH C. Encourager les interventions de proximité D. Développer et renforcer les systèmes de suivi et d’évaluation 5. Conséquences financières 6. Étapes à venir Annexe 1 Annexe 2 Références bibliographiques 110 111 113 115 115 115 117 117 118 119 119 119 120 122 123 123 124 124 124 125 125 126 126 128 133 135 138 139 140 141 142 109 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES Abréviations et sigles ART CDC TAR – Thérapie antirétrovirale Centers for Disease Control and Prevention - Centres de contrle et de prévention de la morbidité CHV Community health volunteer – Agent de Santé bénévole CHW Community health worker – Agent de Santé communautaire DHS Demographic Health Survey – Sondage démographique sur la santé EOC Essential obstetric care – Soins obstétriques essentiels EONC Essential obstetric and neonatal care – Soins obstétriques et néonataux essentiels ENC Essential newborn care – Soins essentiels aux nouveaux-nés FBO Faith-based organization – Organisation confessionnelle HIV-AIDS Human Immunodeficiency Virus / Acquired Immune Deficiency Syndrome – VIH/ SIDA : Virus d’immunodéficience humaine / Syndrome d’immunodéficience acquise IMCI Integrated Management of Childhood Illness – PCIME Prise en Charge Intégrée des Maladies de l’Enfant IMR Infant mortality rate – TMI : Taux de mortalité Infantile LAC Latin America and the Caribbean – ALC : Amérique latine et Caraïbes LBW Low birth weight – Faible poids à la naissance M&E Monitoring and Evaluation – Suivi et évaluation MADLAC Monitoreo del Apoyo Directo a la Lactancia Materna- Monitoring and Support for Breastfeeding – Suivi et accompagnement de l’allaitement maternel MCH Maternal and child health – Santé maternelle et infantile MDG Millennium Development Goals – ODM : Objectifs de développement pour le millénaire MNCH Maternal, newborn and child health – Santé de la mère, du nouveau-né et de l’enfant MOH Ministry of Health – Ministère de la Santé MTCT Mother-to-child transmission (of HIV) – Transmission de la mère à l’enfant (du VIH) NGO Non-governmental organization – ONG : Organisation non gouvernementale NMR Neonatal mortality rate – Taux de mortalité néonatale PAHO Pan American Health Organization – Organisation panaméricaine de la Santé PMTCT Prevention of mother-to-child transmission (of HIV) – Prévention de la transmission de la mère à l’enfant (du VIH) PVO Private voluntary organization – Organisation volontaire privée SNL Saving Newborn Lives – Sauver la vie du nouveau-né SUMI Seguro Universal Materno Infantil- Assurance universelle des mères et des enfants TBA Traditional birth attendant – Matronne UNICEF United Nations Children’s Fund – Fonds des Nations unies pour l’Enfance USAID United States Agency for International Development – Agence des États-Unis pour le développement international WHO World Health Organization – OMS : Organisation mondiale de la Santé 110 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES Résumé analytique La mortalité néonatale est un grand facteur de mortalité infantile dans la région de l’Amérique latine et des Caraïbes (ALC). Elle fait aussi obstacle à la concrétisation des objectifs de développement pour le millénaire. Dans cette région, la mortalité néonatale est estimée à 15 pour 1 000 naissances vivantes. La mortalité néonatale représente 60% de la mortalité infantile et 36% de la mortalité infanto-juvénile. Près de douze millions de naissances sont répertoriées, chaque année, dans la région. Mais, dans le même laps de temps, 400 000 enfants perdent la vie avant l’âge de cinq ans, 270 000 avant d’avoir dépassé leur première année et, sur ce chiffre, 180 000 ne vivent pas au-delà de leur premier mois. Or, la majorité de ces décès peuvent être évités. Les interventions alliant cout / efficacitésont bien documentées. Si le taux de mortalité infantile recule dans la région, les tendances de la mortalité néonatale ne se sont pas améliorées au cours des dix dernières années. Une stagnation qui s’explique, en partie, par le peu de programmes ciblant expressément les nouveaux-nés, les enfants plus âgés ayant été privilégiés. Au nombre des causes de décès néonatal dans la région ALC, citons : les infections, l’asphyxie, la naissance prématurée et les malformations congénitales. Quelques-unes de ces causes sont directes mais d’autres, comme dans la plupart des cas de naissance prématurée et de faiblesse pondérale, constituent peut-être des facteurs de prédisposition. Plusieurs causes sous-jacentes contribuent aussi à la piètre santé néonatale dont les inégalités d’accès aux soins de santé, le faible pourcentage de naissances assistées par sages-femmes qualifiées et le mauvais état de santé de la mère. Cette stratégie régionale destinée à faire reculer la mortalité et la morbidité néonatale est le point d’orgue d’efforts de collaboration qui ont commencé à partir du Jour de la Santé dans le monde en 2005. Elle unit bien des pays d’Amérique latine et suscite le soutien du Groupe de travail inter agences qui regroupe des représentants de l’Organisation panaméricaine de la Santé (OPAS/OMS), du Fonds des Nations unies pour l’Enfance (UNICEF), de l’Agence des États-Unis pour le développement international (USAID), d’ACCESS, de BASICS, de CORE et de Saving Newborn Lives (SNL)/Save the Children/USA. Cette stratégie vise à mettre en exergue et à promouvoir les interventions éprouvées de soins aux nouveaux-nés dans les communautés et les services de santé, en ciblant d’abord les groupes de population les plus vulnérables et marginalisés. La stratégie fait fond sur le lien étroit qui unit la santé du nouveau-né et de la mère, puisque les interventions lancées pour faire reculer la mortalité maternelle entraînent aussi une diminution des décès et de meilleures chances de survie après la naissance. 111 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES 3) d’améliorer les capacités de riposte et la qualité des services de santé en consolidant les soins de santé primaire et les niveaux de référence ; 4) de prodiguer des soins de santé de manière probante, intégrée et culturellement appropriée ; 5) d’actualiser et de perfectionner les qualifications du personnel de santé ; 6) de promouvoir les interventions en vue d’autonomiser les personnes, les familles et les collectivités, et 7) de mettre en place un système de surveillance, de suivi et d’évaluation pour évaluer les progrès accomplis. Sdenka Cespedes Compte tenu des enseignements tirés, la stratégie proposée est axée sur des interventions éprouvées, étendues au secteur tout entier afin: 1) d’instituer un environnement propice à l’élaboration et à la promotion de mesures publiques probantes à tous les échelons en s’appuyant sur le modèle MNCH (santé de la mère, du nouveau-né et de l’enfant) du « continuum de soins », en privilégiant les nouveaux-nés et en portant un intérêt particulier à la communauté ; 2) d’établir des courroies entre les programmes ; Amener le bébé chez son médecin pendant les premieurs trois jours de sa vie 112 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES 1. Introduction La naissance d’un enfant est un événement qui mérite d’être célébré dans la joie. Or, ce n’est pas le cas dans des milliers de foyers pauvres d’Amérique latine et des Caraïbes (ALC) où une vie nouvelle est trop souvent écourtée ou hypothéquée par la maladie. Cette région présente des inégalités marquées, que ce soit d’un pays à l’autre ou au sein d’une même nation. Le taux d’alphabétisation, l’accès aux infrastructures de base est plus faible et la couverture des services essentiels de soins à la mère, au nouveau-né et à l’enfant sont moindres ou insuffisants chez les populations démunies des villes et des campagnes, les peuples autochtones et les habitants de souche africaine. Des inégalités qui, dans bien des cas, sont exacerbées dans des groupes marginalisés à plusieurs titres. À titre indicatif, en Bolivie et au Guatemala, près de la moitié des pauvres sont des autochtones et au Brésil, les descendants africains représentant 50 % des démunis du pays.1 La région a fait de grands progrès en termes de recul de la mortalité infantile et infanto-juvénilemais le taux de moprtalité néonatale que l’on constate dans bien des pays de la zone n’a pas diminué dans la proportion escomptée.2, 3 Par exemple, le taux de mortalité néonatale en Bolivie (TMN), qui a régressé de 34 % entre 1994 et 2003, reste l’un des plus élevés de la région.4 En Haïti, le TMN, qui n’a chuté que de 19 %, est pourtant loin d’être négligeable, à 32 décès pour 1 000 naissances vivantes. 5 La stratégie proposée pour la région en matière de protection néonatale est le point d’orgue d’une démarche de collaboration qui remonte au moins d’avril 2005, à un atelier organisé le Jour mondial de la santé à Washington. Cette rencontre, dont le but était d’explorer les moyens d’améliorer l’état de santé des nouveaux-nés, avait réuni les représentants des ministères de la Santé de seize pays (Argentine, Bolivie, Brésil, Chili, Cuba, Équateur, Guatemala, Guyane, Haïti, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Pérou, République dominicaine, Salvador et Uruguay). Cette collaboration régionale continue a reçu le soutien du Groupe de travail inter agences qui réunit des représentants de l’Organisation panaméricaine de la Santé (OPAS/OMS), du Fonds des Nations unies pour l’Enfance (UNICEF) , de l’Agence des États-Unis pour le développement international, (USAID), d’ACCESS, de BASICS, de CORE et de Saving Newborn Lives (SNL)/Save the Children/USA. La stratégie, dont le but est de faire reculer la mortalité et la morbidité néonatale en région ALC, est de promouvoir les interventions éprouvées en matière de soins aux nouveauxnés dans les communautés et par le biais de services de santé, en privilégiant les groupes de population les plus vulnérables et marginalisés. La stratégie fait fond sur le lien étroit qui unit la santé du nouveau-né et de la 113 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES la santé des nouveaux-nés. Il contient aussi des conseils à l’adresse des associations locales, des organisations non gouvernementales, des associationsscientifiques et des bailleurs de fonds qui souhaitent se joindre aux efforts déployés dans la région au service de la santé des mères et des nouveaux-nés. Christian Lombardi mère, les interventions destinées à faire reculer la mortalité maternelle entraînant, aussi, une diminution des décès et de meilleures chances de survie après la naissance. Le présent document renferme des conseils à l’adresse des décideurs et des autorités sanitaires chargés de fixer des priorités, de mobiliser des ressources et de coordonner les efforts destinés à protéger Donner au bébé du lait maternel pendant la première heure de sa vie et exclusivement. 114 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES 2. Contexte et initiatives d’accompagnement 2.1 Stratégies d’envergure mondiale Depuis le Sommet du millénaire convoqué à l’initiative de l’ONU en l’an 2000, la communauté internationale a porté son engagement à atteindre les objectifs de développement pour le millénaire (ODM) à un niveau sans précédent en appuyant, à l’échelon international, national et local, diverses initiatives visant à faire reculer la morbidité et la mortalité chez les mères, les nouveaux-nés et les enfants. Le quatrième objectif (ODM-4) vise à diminuer des deux tiers la mortalité des enfants de moins de 5 ans, de 1990 à 2015. Le cinquième objectif (ODM-5) traduit la volonté de faire reculer des trois quarts le taux de mortalité chez les mères au cours de la même période. Le Rapport sur la santé dans le monde de 2005 intitulé Pour que chaque mère et chaque enfant compte et rendu public à l’occasion du Jour international de la Santé, préconise l’adoption d’une approche nouvelle dans le but de sauver les mères, les nouveaux-nés et les enfants.6 Ce bilan analyse les obstacles sanitaires auxquelles se heurtent les femmes avant et pendant la grossesse, à l’accouchement et dans la période qui suit, pour elles et leurs enfants. Il s’intéresse tout particulièrement aux nouveaux-nés dont les besoins propres ne sont pas correctement traités lorsque l’on sépare les programmes de santé maternelle et infantile. Le Partenariat mondial sur la santé des mères, des nouveaux-nés et des enfants (global Partnership on Maternal, Newborn and Child Health ou PMNCH) a convoqué un forum après la Journée mondiale de la Santé en 2005. Une tribune qui a permis de rassembler des responsables sanitaires, des agences internationales, des partenaires du développement et des groupes de la société civile d’une importance cruciale. Les participants ont affirmé leur engagement à promouvoir la santé des mères, des nouveauxnés et des enfants dans la déclaration issue du forum de New Dehli. Le PMNCH, qui a été lancé officiellement en septembre 2005, constitue un jalon dans l’intérêt croissant que le monde porte à la santé des femmes, des nouveaux-nés et des enfants. Les buts de ce partenariat sont de coordonner et d’intensifier la prise de mesures à l’échelon national, régional et mondial en faveur des ODM 4 et 5 dans le but de sauver les vies de millions de femmes et d’enfants, en augmentant l’accès à des interventions dont le facteur cout / efficacité a été prouvé. 2.2 Stratégies d’envergure régionale Les progrès ont été importants dans la région de l’Amérique latine et des Caraïbes en matière de santé maternelle et infantile, malgré 115 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES les nombreux défis ; pour autant, ils restent inégaux. La stratégie régionale destinée à réduire la mortalité et la morbidité maternelle, qui a commencé en 2002, encourage la menée d’interventions essentielles dans ce domaine.7 Les stratégies et les interventions mises en œuvres pour faire reculer la mortalité maternelles feront régresser la mortalité néonatale et amélioreront la santé des nouveaux-nés dans une mesure non négligeable. Les gouvernements des pays d’Amérique latine et des Caraïbes ont appuyé les objectifs 4 et 5 – soit réduire le taux de mortalité des mères et des moins de cinq ans – inscrits dans la déclaration du Sommet du millénaire de l’ONU convoqué en septembre 2000.8 Pour contribuer à aplanir les grandes inégalités relevées dans la région et en collaboration avec ses partenaires, l’OPS/OMS œuvre en faveur de la couverture universelle pour les interventions de santé concernant les mères, les nouveaux-nés et les enfants.9 Le quatrième ODM, qui vise à réduire des deux tiers le nombre de décès d’enfants, ne pourra être atteint dans la région qu’à condition de parvenir à une réduction marquée (de moitié environ) de la mortalité néonatale. Les études montrent qu’il est possible de diminuer la mortalité infantile en améliorant la santé néonatale, grâce à des interventions de santé simples, peu onéreuses et à l’efficacité prouvée.10 Et pour que les pays de la région ALC parviennent à réduire la mortalité infantile et néonatale par le biais de ces interventions qui ont fait leurs preuves, il faut qu’ils corrigent les graves inégalités dans l’accès aux soins. Il y a eu des avancées. Toutefois, la majorité des programmes de protection de la santé maternelle et infantile dans la région vise les 116 mères, les nourrissons et les enfants, sans être vraiment axés sur les nourrissons. Il reste que plusieurs pays, dont le Brésil, le Chili, Cuba, la République dominicaine et l’Uruguay ont créé un poste national de coordination des soins néonataux dans leurs services de santé infantile et élaboré un ensemble d’interventions sanitaires propres au nouveau-né. Bien des pays de la région ont engagé une réforme de leur système de santé afin d’améliorer l’accès des moins de cinq ans aux soins de santé. Ces dix dernières années, l’Argentine, la Bolivie, le Brésil, l’Équateur, le Guatemala, le Pérou et la République dominicaine se sont dotés de programmes destinés à élargir l’accès et l’utilisation des services de santé materno infantile. Le Programme de santé familiale au Brésil veille à la mise en œuvre d’une palette de programmes de santé comme le Programme de santé infantile et le Pacte national pour réduire la mortalité maternelle et infantile. Des programmes dont le but est de faire reculer les taux de mortalité maternelle et infantile de 15 % d’ici 2006 et de 75 % d’ici l’an 2015. Un des objectifs du Programme pour l’humanisation des soins prénataux et de l’accouchement mené par le ministère de la Santé est d’améliorer l’accès, la couverture ainsi que la qualité des soins prénataux, du post partum, de l’accouchement et des nouveaux-nés.11 Depuis 1996, le gouvernement bolivien a mis en place un régime d’assurances destiné à élargir l’accès aux services de soins de santé maternelle, néonatle et infantile. Le premier, le Programme national d’assurances pour les mères et les enfants, prévoit de réduire de moitié la mortalité des mères et des enfants de moins de cinq ans. Le but de ce programme était d’améliorer et d’augmenter le recours aux services de santé maternelle et infantile RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES en abaissant les barrières économiques. Le Programme de soins gratuits pour les mères, adopté dans le sillage de la loi pour la gratuité des soins aux mères et aux enfants, est un autre bon exemple d’accès et de recours accru aux services de soins maternels et infantiles. 2.3 Mortalité néonatale dans la région ALC Près de 12 millions de bébés naissent, chaque année, en Amérique latine et dans les Caraïbes. Et chaque année, 400 000 enfants perdent la vie avant l’âge de cinq ans, 270 000 avant d’atteindre leur première année et, parmi ces derniers, 180 000 ne dépassent pas leur premier mois d’existence.12 Dans la région ALC, la mortalité néonatale (que l’on définit comme le décès dans les 28 premiers jours de la vie)13 est estimée à 15 pour 1 000 naissances vivantes, s’échelonnant de 14 (en Amérique du sud) à 19 (dans les Caraïbes) pour 1000 naissances vivantes.14 Dans la région, le pourcentage de mort-nés est proche du taux de mortalité néonatale.15, 16 La mortalité des nouveaux-nés représente 60 % et 36 % respectivement de la mortalité néonatale et de la mortalité infanto-juvénile alors que la plupart de ces décès sont évitables.17, 18, 19, 20 Les taux les plus élevés sont enregistrés en Haïti, en Bolivie et au Guatemala. Ils dépassent de 5 à 6 fois le taux des pays où l’incidence de décès est la plus basse, au Chili, au Costa Rica, à Cuba et en Uruguay.21 Si les pourcentages exacts peuvent varier d’un pays à l’autre, une approximation (surtout dans les pays où le taux de mortalité infantile n’est pas extrêmement élevé) est que deux tiers des nourrissons décèdent au cours de leur premier mois de vie et, parmi eux, deux tiers ou plus ne vivent pas plus d’une semaine et, de ceux- là, près des deux tiers encore ne survivent pas leurs premières vingt-quatre heures.22, 23 Le profil de mortalité néonatale reste pratiquement inchangé ces dix dernières années, même si le taux de mortalité des nourrissons recule dans la région. Une stagnation qui s’explique, en partie, par une carence de programmes ciblant spécifiquement les nouveaux-nés, les programmes ayant privilégié les nourrissons et les enfants plus âgés. Plusieurs facteurs sous-jacents fragilisent aussi la santé néonatale, notamment les inégalités dans l’accès aux soins de santé primaire et la faiblesse de la santé maternelle. 2.4 Causes de mortalité néonatale Les causes de la mortalité néonatale dans la région ALC pour l’année 2004 sont : les infections (32 %), l’asphyxie (29 %), la naissance prématurée (24 %), les malformations congénitales (10 %), divers , (5 %).24 Alors que certains facteurs sont des causes directes de mortalité néonatale d’autres, comme la prématurité et le faible poids à la naissance, sont des facteurs prédisposants.. L’OPS estime que 9 % environ des nouveauxnés dans la région ALC souffrent d’une insuffisance de poids à la naissance(moins de 2,5 kg).25 Le faible poids de naissance est étroitement lié à la morbidité néonatale et on estime que 40 % à 80 % des nourrissons qui meurent pendant la période néonatale présentent ce problème.26 Un facteur qui vient compliquer l’identification des nourrissons de faible poids est le fait que les enfants nés à la maison font rarement l’objet d’une pesée. La part des décès qui serait imputable à la naissance prématurée mérite d’être analysée de 117 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES plus près. La prématurité de part elle-même, est la cause de décès seulement dans un nombre limité d’extrême prématurité. La majorité des prématurés décède de complications comme la septicémie, qui peut se contracter à a maison ou à l’hôpital, de troubles respiratoires et d’asphyxie à la naissance.27 Le diagnostic correct de prématurité est particulièrement difficile à poser spécialement au niveau communautaire et dans les institutions périphériques où l’âge gestationnel est souvent mal évalué. Il ne fait aucun doute, toutefois, que faible poids de naissance et la prématurité sont des facteurs très importants prédisposant à la morbidité et à la mortalité. Ils méritent donc d’être combattus, notamment sous l’angle de leur rapport avec la santé maternelleLes causes étant connues, la prévention serait idéale mais constitue un défi. C’est pourquoi il est essentiel d’améliorer la santé maternelle, la qualité des soins prénataux et la prise en charge de ces enfants en incluant des soins supportifs aux nouveaux-nés (les soins dits de « mère kangourou », par exemple, ou le contact cutané interropu entre la mère et l’enfant prématuré), la prise de mesures supplémentaires pour prévenir l’infection et l’aide à l’allaitement, dont l’adoption d’autres méthodes d’alimentation jusqu’à ce que la mère parvienne à allaiter complètement. Il existe d’autres causes indirectes de mortalité néonatale qui sont, notamment, d’ordre socioéconomique, comme la pauvreté, le manque d’éducation – tout particulièrement des mères – d’autonomie, l’accès insuffisant aux services de santé et les pratiques traditionnelles néfastes. Les groupes démunis en milieu rural et urbain, d’autres communautés marginalisées ainsi que des populations autochtones et de souche 118 africaine connaissent un taux de mortalité néonatale d’une ampleur disproportionnée. 2.5 Influence des facteurs d’ordre maternel sur la mortalité néonatale Le bien-être du nouveau-né est, dans une large mesure, tributaire de la santé de sa mère. Le risque de décès chez une mère d’Amérique latine et des Caraïbes est de 1 pour 130. Par contre, dans des pays plus développés comme le Canada, ce risque est de 1 pour 7 750.28 Dans les pays en voie de développement, le mort de la mère pendant l’accouichement peut se solder par la mort de son bébé. Les facteurs d’ordre maternel qui influent sur la santé du nouveau-né incluent, entre autres, la malnutrition, l’âge de la mère (moins de 18 ans et plus de 35 ans), une parité supérieure à cinq, un intervalle trop court entre les naissances (moins de trois ans), une hémorragie au troisième trimestre de grossesse et les complications à l’accouchement (travail prolongé ou arrêt du travail). Parmi d’autres causes affectant la survie du nouveau-né, citons les infections maternelles comme les maladies transmises par voie sexuelle (dont le VIH/SIDA et la syphilis) et d’autres comme les infections des voies urinaires et le paludisme. Le faible niveau d’instruction de la mère, la mauvaise qualité du régime alimentaire, les ressources limitées et l’accès insuffisant aux services de santé, le manque de soins pendant le travail, l’accouchement et le post partum ainsi que le peu de pouvoir de décision sont aussi des facteurs qui pèsent lourd. La drépanocytose, qui est un trouble génétique présent dans 5 % de la population, surtout de souche africaine, peut être prévenue grâce à des programmes de dépistage et de conseils génétiques destinés aux femmes. RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES 3. Enseignements tirés et contexte en région ALC Plusieurs documents ont été publiés, ces dernières années, sur des interventions efficaces, peu couteuses dont le but est d’améliorer la santé des nouveaux-nés. Les plus importants ont été résumés dans une récente série d’articles du Lancet consacrée à la survie néonatale.29, 30 Certaines de ces interventions concernent un échelon déterminé, comme l’établissement médical ou la communauté, d’autres visent les deux. Des listes complètes permettent aux pays de passer ces interventions en revue et de les adapter à leurs conditions locales31, 32, 33 3.1 Réforme des systèmes de santé Bien des pays de la région sont devant la nécessité de réformer leur système de santé dans le but d’élargir l’accès et l’utilisation des services de santé de qualité. L’un des obstacles assez courants à l’accès sont les frais à payer pour les soins de base à la mère et au nouveauné ; il s’agit d’un problème crucial tout particulièrement pour les groupes démunis et les plus vulnérables. En outre, il y a un manque de modèle de prise en charge et de stratégie avancée culturellement adaptée pour remédier à l’éloignement géographique et au manque de services de santé de qualité. Soucieux de lever les obstacles d’ordre financier, culturel et structurel qui limitent les soins de santé pour les femmes et les enfants, certains pays de la région ont entrepris un processus de réforme réussi axé sur l’accès à des services de santé de qualité pour ces deux groupes. Ces réformes insistent sur la continuité des soins pour promouvoir la santé globale des femmes et des enfants (Brésil), prévoient des initiatives nationales d’assurance santé pour les mères et les enfants (Bolivie) et des programmes de soins gratuits pendant la grossesse (Équateur). D’autres pays appliquent des stratégies avancées à l’aide de brigades mobiles, de pharmacies communautaires et de réseaux d’agents de santé communautaires (au Guatemala, en Bolivie et au Nicaragua notamment). Vu le lien étroit qui unit la santé de la mère et de son nouveau-né, les soins obstétriques essentiels ont été étendus aux soins néonataux essentiels (au Honduras, au Pérou et au Paraguay, entres autres) et les besoins en personnel qualifié, fournitures, appui communautaire et références médicales ont été intégrés. 3.2 Continuum de soins Le fait d’aborder la santé du nouveau-né sous l’angle de la santé maternelle, néonatale et infantile est un pas crucial vers l’abandon d’une approche de fragmentation des services de santé en faveur d’une approche intégrée et holistique. Cet axe de « continuum de soins » répond aux besoins de santé des mères et des bébés, avant la conception, pendant 119 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES la grossesse, l’accouchement et la période postnatale. Il requiert une coordination entre le foyer, la communauté et les établissements de soins où les femmes et les enfants peuvent se faire soigner. Au plan international, le modèle de continuum de soins a été retenu par l’OMS et par le Partnership for Maternal, Newborn, and Child Health (PMNCH) comme étant essentiel à la survie et au bien-être de la mère et du nouveau-né. On ne peut pas envisager le nouveau-né indépendamment de sa mère. La survie du bébé se trouve dans les mains de la sage-femme qualifiée qui s’occupe de la mère comme du nouveau-né pendant les heures cruciales qui suivent la naissance ou d’un travailleur de santé communautaire formé, lorsque la sage-femme n’est pas disponible.34 L’expérience donne à penser que la première semaine de vie est la période la plus vulnérable en termes de risque de mortalité néonatale et que la survie d’un enfant est déterminée dans les premières 24 heures. Dans les pays où le taux de mortalité infantile n’est pas très élevé, deux tiers environ de ces décès ont lieu au cours du premier mois d’existence. Il est capital d’intégrer des interventions de santé entre le foyer et l’établissement de santé pour empêcher le décès en période néonatale, puisque bien des naissances ont lieu à la maison et que les bébés nés dans les institutions sont souvent exéatés tôt. Soutenir la mère afin qu’elle nourrisse son bébé au sein tout de suite et exclusivement, garder le nouveau-né au chaud, retarder le premier bain, connaître les gestes essentiels en cas d’asphyxie, prévenir l’infection, prodiguer des soins supplémentaires au nouveau-né de poids faible et soigner le bébé malade, sont des interventions importantes pour la 120 santé du nouveau-né. Beaucoup de facteurs socioculturels influent sur les soins apportés à la mère et au nouveau-né à domicile et dans l’institution de santé. Il faut mettre en place des stratégies de communication, de mobilisation sociale et d’autonomisation pour promouvoir les comportements propices à la santé, dans le contexte des soins de prévention de base et motiver les mères à rechercher les services appropriés. En dépit des efforts consentis pour promouvoir la santé et prévenir la maladie, le bébé peut souffrir de problèmes de santé qui obligent la famille à rechercher l’aide d’un prestataire de service approprié. Cette éventualité entraîne donc une forte demande de soins dans la communauté, un besoin de services qui peut contribuer à la mobiliser en vue d’une meilleure offre de services. Pour encourager la mobilisation de la communauté, l’autonomisation effective, la participation – dont l’association de la communauté à la préparation des plans de promotion de la santé maternelle et néonatale – il est nécessaire de formuler une stratégie de communication. Soutenir les prestataires qui ont le sens du contact et des différences culturelles et utiliser, avec efficacité, les modes de communication populaires et les mass médias intégrés sont deux moyens de promouvoir les comportements propices à la santé à la maison et la recherche des soins appropriés, qui sont autant de mesures susceptibles de faire reculer la mortalité néonatale. 3.3 Apport de soins au nouveau-né Les filières de formation de sage-femme varient d’un pays à l’autre. À titre indicatif, au Chili, en Équateur, au Paraguay, au Pérou, en Uruguay, en Argentine, aux États-Unis et au RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES Canada, le métier de sage-femme exige quatre à cinq ans d’université. En outre, tous les pays ont des programmes de formation d’infirmière et certains prévoient une spécialisation desagefemme. Les pays anglophones des Caraïbes, de la Jamaïque, de Trinité-et-Tobago et de Guyane ont tous fait des efforts particuliers pour maintenir l’entrée directe dans les programmes de formation de sage-femme. Ces programmes prévoient notamment une formation en établissement médical pour les soins à la mère et au nouveau-né et certains ont repris le modèle du « continuum de soins ». Il est prouvé que la disponibilité de sagesfemmes prodiguant les soins requis aux bébés sont deux facteurs essentiels pour faire reculer la mortalité néonatale. Or, bien des pays de la région ALC n’ont toujours pas institué de programmes de formation d’infirmières sagesfemmes professionnelles (le Guatemala et la Bolivie, par exemple). quatre à six semaines après la naissance, même si ce délai est plus court dans certains pays. Un tel intervalle de temps, toutefois, ne permet pas de couvrir la période cruciale de post partum immédiat de la première semaine de vie au cours de laquelle se produit la plupart des décès des mères et des nouveaux-nés. Si les soins à l’accouchement sont inadéquats dans quelques pays, la prise en charge après la naissance pose des difficultés plus grandes encore. À titre indicatif, selon de récentes données provenant du Pérou, 3 femmes sur 10 accouchent à la maison et plus de la moitié d’entre elles (54 %) ne reçoivent aucun soin postnatal.35 En Bolivie, 25 % seulement de toutes les mères sont suivies médicalement après la naissance.36 Or, l’absence de soins après l’accouchement est une situation à haut risque, vu que les cas de complications sont élevés dans la période post-partum, à la fois pour la mère et le bébé. Dans bien des cas, la mère et son bébé sont libérés de l’hôpital et autres établissements de soin dans un délai compris entre six et douze heures après l’accouchement, alors que la probabilité d’une complication attentatoire à leur survie est encore élevée. Il est essentiel que mères et nouveaux-nés reçoivent des soins postnataux précoces, sous trois jours de l’accouchement, soit en établissement de soins, soit à la maison, dans le but de prévenir ou de prendre en charge les problèmes qui se posent dans cette fenêtre de vulnérabilité. Il y a manque de normes et de protocoles à suivre pour les soins à apporter aux bébés à haut risque, comme les prématurés et les nouveaux-nés de faible poids ou encore les bébés qu’il a fallu réanimer. Dans certains pays de la région ALC, les pratiques culturelles en matière d’accouchement et de période postpartum veulent que mère et bébé reste cloîtrés à la maison pour une période pouvant aller jusqu’à six semaines. La faible autonomie des femmes, le manque de sensibilisation aux besoins de la mère et de son nouveau-né, les difficultés de transport et la mauvaise qualité de soins dans certains établissements de santé sont autant d’obstacles supplémentaires à l’utilisation des services de santé. Il faut compter, parfois, non seulement avec une piètre qualité de soins, mais aussi avec une mauvaise synchronisation des visites médicales. Il n’est pas rare que la mère soit priée de revenir au dispensaire avec son bébé Le taux de mortalité néonatale est au plus haut dans les pays où les accouchements ont lieu principalement à la maison. D’après les sondages de démographie et de santé, le plus grand pourcentage d’accouchements 121 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES à la maison est recensé en Haïti (77 %), au Guatemala (60 %), au Honduras (44 %), en Bolivie (40 %) et au Nicaragua (33 %).37 Des naissances auxquelles assistent souvent une sage-femme traditionnelle ou, dans certaines communautés, un simple membre de la famille. Par malheur, exception faite des pays où l’on a constaté une baisse notable du taux de mortalité néonatale, les soins de base les plus essentiels pour le nouveau-né sont inadéquats, tout particulièrement dans les établissements de soins périphériques ou de premier échelon où l’on manque, parfois, de moyens pour prévenir l’infection et prendre en charge les cas d’asphyxie. L’un des défis à relever, y compris dans les hôpitaux de plus grande capacité, sont les infections nocosomiales qui sont un facteur non négligeable de mortalité et de morbidité néonatale. Dans des pays de la région comme le Paraguay et la Bolivie, l’accès aux soins obstétriques essentiels a été étendu aux soins néonataux essentiels pour constituer ce qui s’appelle désormais les soins obstétriques et néonataux essentiels (OBNE). Ce modèle de soins élargi prévoit, entre autres volets, la surveillance de la température du nouveau-né et l’administration d’antibiotiques spécifiques en cas de septcémie. L’apport de soins OBNE exige du personnel qualifié, des fournitures médicales et le soutien de la collectivité et, en cas de besoin, un plan d’urgence pour les références vers un établissement qui offre des services de soins obstétriques essentiels plus complets. Les éléments d’un modèle de soins obstétriques et néonataux essentiels, qui sont indiqués en annexe 2, doivent être mis en place, dans la mesure des possibilités. 122 D’autres protocoles de soins probants au nouveau-né ont été recensés dans divers pays du monde. Il est important de tirer les enseignements de leurs expériences et d’identifier celles qui peuvent être adaptées en région ALC. Le modèle SEARCH en Asie a été mis en place par des agents de santé en contact avec des matrones. Il prévoit l’apport de soins à domicile pour le nouveau-né, dont la prévention et le traitement, surtout pour empêcher l’asphyxie à la naissance et la septicémie qui est traitée par des antibiotiques administrés par voie orale et injectable. C’est ainsi que la mortalité néonatale a reculé de 62 % en trois ans.38, 39 3.4 Soins par sages-femmes qualifiées et accès à ces services L’accès à des soins de qualité, dispensés par du personnel qualifié, est faible dans maintes zones de la région ALC où sévissent les taux les plus élevés de mortalité et de morbidité maternelle et néonatale. En moyenne, 79 % des accouchements dans la région ont lieu en établissement médical [voir annexe 1], même si l’on note de grandes variations entre les pays et au sein d’une même nation. En milieu rural, la disponibilité de sages-femmes qualifiées, de fournitures médicales, de matériel en état de fonctionnement et de centres de référence est, souvent, limitée. En outre, un pourcentage non négligeable de naissances en milieu rural sont assistées par des aides soignantes qui n’ont pas les compétences de sage-femme. Du reste, une « aide sage-femme », même qualifiée, n’a pas toujours les qualifications voulues pour remédier aux difficultés qui pourraient frapper à la fois la mère et le nouveau-né. C’est dans les pays où l’accouchement se fait principalement à la maison que le taux de mortalité néonatale est le plus élevé. RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES 3.5 Soins de proximité Le projet bolivien WARMI, grâce auquel la mortalité périnatale (soit la période courant de cinq mois avant la naissance à un mois après l’accouchement) a chuté de 50 % environ dans les communautés du projet, a été le socle de cinq projets de soins néonataux communautaires dans la région.40 Ces interventions, qui sont expliquées en détail dans des études de cas, ont surtout été menées en zone périphérique et éloignée, que les services de santé publique ne couvrent pas facilement. Des organisations volontaires privées (OVP) et des organisations non gouvernementales (ONG) comme SNL en Bolivie et au Guatemala, CARE au Pérou et BASICS au Salvador ont été pour beaucoup dans l’apport de services de soins éprouvés, de coût modique afin de réduire la mortalité néonatale dans les communautés. On a découvert que ces organisations jettent des ponts utiles entre les collectivités, les prestataires de services de soins et les autorités publiques. Parmi les éléments opérationnels clés relevés dans ces études de cas, citons le besoin 1) d’une gamme de personnel varié et polyvalent ; 2) de confier des rôles déterminés aux agents de santé communautaires et aux matrones, notamment conférer un rôle technique accru aux agents de santé communautaires en zone choisie ; 3) de proposer un paquet de soins essentiels au nouveau-né ; 4) de réduire, au plus, la durée de la phase de démarrage des programmes de soins néonataux ; 5) d’identifier et de pourvoir aux différents besoins programmatiques en région rural et périurbaine ; 6) de trouver et de promouvoir des moyens d’améliorer l’utilisation de ces services et 7) de conclure des accords de partenariat en vue de pérenniser les programmes et de les porter à l’échelle nécessaire.41 3.6 Prise en charge intégrée des maladies infantiles La stratégie globale de prise en charge intégrée des maladies infantiles (PCIME) vise les enfants âgés d’une semaine à cinq ans. Son but est de réduire la mortalité et la morbidité infantile en combinant une meilleure prise en charge des maladies infantiles courantes, une nutrition convenable et les vaccinations. Elle prévoit des interventions destinées à améliorer les compétences des travailleurs sanitaires, le système de santé ainsi que les pratiques suivies par les familles et la collectivité. Le volet néonatal, qui vient d’être développé, inclut les soins au cours de la première semaine de vie. Il est reconnu comme essentiel pour parvenir à réduire la mortalité des nouveauxnés. Depuis 2003, cette stratégie a été suivie, à des degrés divers, en Bolivie, en Colombie, en République dominicaine, en Équateur, au Salvador, au Guatemala, en Guyane, en Haïti, au Honduras, au Nicaragua, au Panama, au Paraguay et au Pérou. Dans certains cas, elle a été assortie d’une formation en réanimation néonatale destinée aux travailleurs de santé dans les établissements médicaux, en collaboration avec l’Académie américaine de pédiatrie, des organisations non gouvernementales et des institutions sans but lucratif. De plus, le cursus médical a été révisé de manière à inclure un volet néonatal dans des pays comme la Bolivie, le Guatemala et le Honduras. L’ OPS a appuyé la diffusion de la stratégie élargie de la PCIME, en collaboration avec les ministères de la santé, les associations professionnelles nationales des pédiatres, des spécialistes de péri- et de néonatalogie et les associations communautaires. Le volet communautaire de la PCIME, dont la première formulation remonte à 2002, a d’abord été 123 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES mis à l’épreuve en République dominicaine et au Pérou. Il a subi une adaptation en fonction des enseignements tirés. Moyennant le soutien de l’OPS, de l’UNICEF et d’ONG comme SNL/Save the Children, le volet communautaire a été mis en œuvre en Bolivie et au Paraguay. L’expérience cumulée de mise en œuvre de la stratégie néonatale PCIME et les enseignements tirés devraient influer, de façon marquée, sur la politique des soins néonataux et sur le développement des programmes dans ces pays. 3.7 Vaccinations Les vaccinations ont nettement contribué à faire reculer la mortalité néonatale et infantile à travers toute la région ALC. En effet, depuis 1990, le nombre de décès imputable à la rougeole, au tétanos néonatal et à la méningite bactérienne causée par l’Haemophilus Influenzae a diminué de plus de 95 % et la mortalité due à la coqueluche a baissé de plus de 80 %. La vaccination a aussi fortement joué dans la diminution des cas de tétanos postpartum. Par ailleurs, la protection contre la rubéole a permis de faire reculer la prévalence des cas de syndrome de rubéole congénitale. 3.8 Micronutriments Il est courant que les femmes en âge de procréer souffrent de carences en micronutriments. Bien des femmes entament leur grossesse sans réserves suffisantes et affichent des déficiences qui peuvent gravement nuire à leur santé comme à celle de leur nouveau-né. L’anémie est un facteur de risque reconnu de mortalité maternelle et de problèmes de santé périnatal lorsqu’elle se conjugue à une hémorragie ante et post-partum. C’est aussi une cause de décès à la naissance et de faiblesse pondérale. 124 L’anémie, qui a été constatée chez 40 % de femmes enceintes en région ALC, s’échelonne d’un peu plus de 20 % des cas en Argentine, au Chili, au Mexique et en Uruguay à plus de 50 % des femmes enceintes à Cuba et au Pérou, pour atteindre 60 % dans certaines îles des Caraïbes.42 La carence en acide folique expose le nouveau-né à un risque de malformation du tube neural, une malformation congénitale dévastatrice porteuse de mortalité ou d’invalidité à vie. Une carence en vitamine A et en zinc peut contribuer à la fièvre puerpérale périnatale, en fragilisant les capacités du corps à combattre l’infection. 3.9 Allaitement au sein L’allaitement maternel est un facteur avéré capital de santé pour le nouveau-né et le nourrisson, tout particulièrement lorsque la mère y recourt exclusivement et tout de suite après l’accouchement Si l’on estime à 90 % le pourcentage de mères en région ALC qui allaitent leur bébé au sein, 35 % seulement les nourrissent exclusivement de cette manière pendant six mois.43 L’offre de thé ou d’autres liquides au nouveau-né avant le lait maternel ou la consommation précoce d’autres substances est une pratique néfaste courante dans la région. Le recours à des techniques particulières comme laisser la mère et le bébé ensemble après la naissance, le contact cutané constant dans la première heure de vie et le suivi de l’allaitement au sein (cf. MADLAC en Équateur et au Salvador) ont prouvé qu’ils permettaient d’améliorer les résultats de l’alimentation au sein. Au Salvador, avec l’appui de BASICS, le ministère de la Santé a élargi l’intervention au modèle MADLAC PLUS afin d’inclure d’autres volets de soins de base essentiels au nouveau-né.44 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES 3.10 Transmission du VIH de la mère à l’enfant Depuis le tout début de la décennie 90, la pandémie du VIH compromet gravement la survie des enfants d’Amérique latine et des Caraïbes, en raison principalement du risque de transmission de la mère à l’enfant. Au Brésil, il est estimé que 13 500 femmes enceintes étaient séropositives en 2002. De plus, entre 2000 et 2003, le taux annuel d’incidence du SIDA chez les enfants de moins de 13 ans accuse une hausse de 24 %,à cause de la transmission maternelle du VIH.45 Dans les Caraïbes, et pour la seule année 2002, l’ OPS/CAREC évalue à 2 500 – 4 000 le nombre d’enfants atteints de l’infection, à la naissance. Une intervention économique pour réduire le taux d’infection par le VIH chez les enfants de moins de 10 ans est de prévenir la transmission de la mère à l’enfant. Cette stratégie complète de prévention prévoit des services conseils et un dépistage, à titre volontaire, pour les femmes enceintes et la référence médicale aux fins de traitement antirétroviral pour les séropositives. Des soins prénataux de qualité peuvent constituer une porte d’entrée pour les soins et le traitement du VIH. Intégrée dans les soins dispensés avant la naissance, la PTME (prévention de la transmission du VIH de la mère à l’enfant) pourrait prévenir au moins la moitié des cas d’infection par le VIH chez les enfants. Aujourd’hui, plusieurs pays d’Amérique latine et des Caraïbes offrent la PTME dans la totalité de leurs services prénataux ; mais les disparités de couverture sont grandes et le degré d’intégration de la méthode dans les soins primaires reste variable. Sur 21 pays ayant ayant fourni un rapport, 60 % se trouvent en deçà de la couverture nécessaire.46 Le succès de la PTME est documenté dans la région ALC. À titre indicatif, les Bahamas qui affichaient une incidence du VIH chez les enfants de moins d’un an de 3 cas pour 1 000 naissances vivantes en 1994 ne signale plus aucun cas (pour 1 000) en 2002.47 D’autres pays de la région signalent un certain succès en termes de ralentissement de l’infection par le VIH chez les enfants et de disponibilité d’interventions de santé publique pouvant contribuer à atteindre l’objectif de générations non infectées dans les Amériques, d’ici l’an 2015.48 3.11 Surveillance Plusieurs pays de la région ALC dont le Brésil, le Salvador, le Guatemala, le Honduras, le Paraguay et le Pérou ont mis en place des systèmes de surveillance de mortalité maternelle et établi des comités chargés d’analyser le profil de décès chez les mères à l’échelon du pays et des départements. Le Paraguay et la Bolivie ont intégré la mortalité néonatale dans ces systèmes, sans être passés, toutefois, à la phase de mise en œuvre. Un défi continu pour la région est de mieux intégrer les déclarations de décès des nouveaux née et des mort-nés dans les registres d’état civil. Dans bien des pays, il n’est pas jugé nécessaire de déclarer officiellement le mort-né ou le décès d’un nouveau-né. La plupart des pays de la région ne suivent pas non plus, à titre régulier, les indicateurs servant à la collecte des données. Le passage en revue, l’analyse et l’utilisation des informations recueillies aux fins de prise de décisions présentent également des insuffisances criantes. 125 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES 4. Stratégie régionale inter agences destinée à faire reculer la mortalité néonatale Ce qui est faisable, pour améliorer la santé du nouveau-né La mortalité néonatale est un grand facteur de mortalité infantile dans la région ALC et elle fait obstacle à la concrétisation des objectifs de développement pour le millénaire. La plupart de ces décès peuvent être évités et les interventions efficaces sont bien documentées. Il faut que les pays formulent des stratégies et prennent des mesures clés afin de préparer, de mettre en œuvre, de renforcer et d’élargir les interventions de nature à promouvoir la santé du nouveau-né dans le cadre de la protection de la santé maternelle et infantile. Des activités qu’il convient de mener et de coordonner à plusieurs échelons. Compte tenu des enseignements tirés, la stratégie proposée est axée sur des interventions éprouvées, étendues au secteur tout entier afin d’instituer un environnement propice à l’élaboration et à la promotion de mesures publiques probantes à tous les échelons en s’appuyant sur le modèle MNCH (santé de la mère, du nouveau-né et de l’enfant) du « continuum de soins », en privilégiant les nouveaux-nés et en portant un intérêt particulier à la communauté ; d’établir des courroies entre les programmes ; d’améliorer les capacités de riposte et la qualité des services de santé en consolidant les soins de santé primaire et les niveaux de référence ; de prodiguer des soins de santé efficaces, intégrés et culturellement appropriés ; d’actualiser et de perfectionner les compétences du personnel de santé ; de promouvoir les interventions en vue d’autonomiser les personnes, les familles et les collectivités et de mettre en place un système de surveillance, de suivi et d’évaluation pour évaluer les progrès accomplis. 126 Les pays doivent agir tout de suite, en privilégiant les domaines essentiels suivants dans le contexte de la santé maternelle, néonatale et infantile: A. Instituer un cadre propice à la promotion de la santé néonatale Pour faire reculer la mortalité néonatale, il faut qu’il existe un environnement propice empreint de l’engagement politique des autorités à mener des interventions, à promouvoir l’application de protocoles et de normes éprouvés et à débloquer les moyens techniques et financiers requis pour faciliter et appuyer la mise en œuvre des activités nécessaires. Les autorités publiques ne devraient pas simplement renforcer leurs systèmes de santé mais aussi répondre aux besoins des collectivités. De même, les organisations, notamment les ONG et les groupes confessionnels qui travaillent bien à l’échelon communautaire, RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES devraient établir des liaisons avec les pouvoirs publics et avec les systèmes de santé. Tous les programmes devraient, a priori, prévoir des stratégies ciblant les groupes les plus pauvres et les couches sociales marginalisées pour assurer une couverture de services adéquate et appropriée. Il faut s’efforcer de rehausser le profil de la santé néonatale et d’étoffer les capacités en vue de formuler une politique nationale et de fixer des priorités dans le contexte de la protection de la santé de la mère, du nouveau-né et de l’enfant (MNCH). Des interventions renforcées de MNCH s’imposent pour améliorer l’élaboration d’une politique et les activités de plaidoyer, mieux focaliser les priorités et accroître l’efficacité des programmes à l’échelon des services et des collectivités. Faute de quoi, il n’y aura pas de réduction marquée de la mortalité néonatale et la région n’atteindra pas les cibles de baisse de mortalité infantile prévues dans l’objectif 4 de développement pour le millénaire. Il convient de dresser les cadres politiques qui permettront d’améliorer la santé des nouveaux-nés et de réduire la mortalité néonatale en s’appuyant sur l’engagement de dirigeants politiques de haut niveau. Il y a lieu de formuler des lignes directrices et des initiatives nationales claires en vue d’instituer et de renforcer des systèmes d’enregistrement d’état civil, veiller à financer – de manière fiable – les interventions essentielles et régler les questions afférentes aux personnel de santé affecté à la santé néonatale, notamment les besoins de formation avant l’entrée en poste, et sur le tas, des médecins, sages-femmes et infirmières. Il est aussi capital de travailler avec les partenaires clés en tenant compte de rôles et d’objectifs clairs, et d’intégrer la santé néonatale dans les programmes en place dont la santé reproductive et maternelle (soins essentiels et soins obstétriques d’urgence compris) et la survie de l’enfant, dont la PCIME, l’allaitement au sein et la nutrition. Vu que l’on a tendance à négliger la santé du nouveau-né au cours de l’intégration des programmes, il faut mettre l’accent sur ce dernier et prioriser les actions de manière à promouvoir la santé néonatale. Le renforcement des partenariats dans le cadre d’un plan de participation devrait associer les alliances conclues au plan mondial, régional, national et local entre ministères de la Santé, bailleurs de fonds, agences internationales de coopération et autres parties prenantes essentielles dont la société civile, les guérisseurs traditionnels et les organisations non gouvernementales. Il faut resserrer les liens entre les organismes professionnels, comme les associations d’obstétrique et de gynécologie, de pédiatrie, de de périnatologie, de néonatalogie et les groupes d’infirmières. Dans le cadre de sa coopération technique avec les pays, et d’autres partenaires l’OPS mets l’accent sur la formulation de politiques, le plaidoyer en faveur de la santé de la famille et de la collectivité, la prestation de services, le développement des ressources humaines, le soutien à la mobilisation de ressources, l’information et la gestion du savoir, la surveillance ainsi que le suivi et l’évaluation. 127 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES Instituer un cadre propice à la promotion de la santé néonatale 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) B. Engager des tâches continues et ciblées de plaidoyer pour que la santé du nouveau-né devienne une grande priorité dans les politiques des autorités nationales et locales. Identifier des « champions » pour soutenir le programme, mieux sensibiliser et mobiliser des fonds. Mettre en place et renforcer des « cellules » ou des sections au sein des ministères nationaux, à l’échelon infranational et local, qui se préoccupent surtout de santé néonatale dans le cadre des programmes de protection de la santé maternelle et infantile, et formuler puis appliquer des normes, des protocoles et des standards éprouvés destinés à la fois aux systèmes de santé et à la collectivité. En phase de planification et de mise en œuvre, élaborer des stratégies intégrant le ciblage des groupes vulnérables et marginalisés et promouvoir l’offre de soins sur une base équitable. Encourager les tâches de plaidoyer et la mobilisation de fonds auprès : (a) des autorités nationales, (b) des diverses parties prenantes, à l’échelon local et international. Rechercher un soutien technique aditionnel, selon les besoins, auprès des agences locales et internationales pour profiter des enseignements tirés dans d’autres régions. Encourager la collaboration « sud-sud ». Veiller à l’entretien d’une étroite collaboration avec les partenaires (autorités nationales et locales, autres parties prenantes, partenaires bilatéraux, ONG, guérisseurs traditionnels, organisations confessionnelles et autres groupes dont les associations professionnelles) en dressant des plans pour les amener, sans tarder, à échelle. Intégrer les activités de promotion de la santé néonatale dans les programmes en place comme les programmes de protection de la santé maternelle (soins obstétriques essentiels et d’urgence), la santé infantile, dont la PCIME et les programmes de lutte contre le VIH-SIDA , de PTME de syphillis congénitale, en prenant soin de mettre l’accent sur le volet santé du nouveau-né. Renforcer les systèmes sanitaires pour améliorer l’accès aux services MNCH L’accès universels aux soins MNCH devrait prévoir l’apport de soins qualifiés, dès la naissance. Ces services devraient assurer la continuité des soins, en veillant à ce que l’accessibilité aux services pendant la grossesse, l’accouchement et la période post-partum, s’étende au premier mois de vie et au-delà. Il est capital d’assurer un suivi effectif dans le but de faire respecter les normes, les lignes directrices et les protocoles, ce qui suppose une supervision continue, le renforcement des mécanismes de référence et une gestion 128 formative avec prise de responsabilités, calendrier de suivi, appui axé sur les soins de santé primaire et processus d’audit social en vue de valider les résultats obtenus. Accès universel aux soins Il est essentiel de revoir les curricula de formation sur le tas ainsi que ceux des formations avant l’entrée en service dans le but d’évaluer et de rendre plus adéquats ces cours, notamment ceux qui touchent à la prise en charge néonatale. Au nombre des besoins prioritaires, citons : les aptitudes et le savoir requis pour prodiguer les soins essentiels aux nouveaux-nés, la prise en charge des bébés RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES vulnérables (faible poids et nouveaux-nés de mères séropositives) et la définition des soins essentiels destinés aux nouveaux-nés malades. Il convient de donner la priorité aux connaissances et aux aptitudes en rapport avec la gestion efficace des infections, de l’asphyxie à la naissance et de l’hypothermie (régulation thermique du nouveau-né prématuré), qui constituent des causes majeures de décès. Il faudrait aussi renforcer la politique publique et les ripostes programmatiques de façon à pallier les carences éducatives et le manque d’autonomie des femmes. Il est crucial d’établir le lien entre, d’une part, les groupes de femmes et les associations de développement social, notamment les ONG et les organisations confessionnelles ayant prouvé leur efficacité et leur crédibilité à l’échelon de la collectivité, et, d’autre part, les systèmes publics et sanitaires pour obtenir les synergies qui seront source d’autonomie pour les femmes, de garantie d’un large soutien dans les familles et la collectivité en faveur de la satisfaction des besoins de santé des mères et des nouveaux-nés, de l’amélioration de la couverture et de la qualité des soins et de l’extension des services aux groupes les plus marginalisés, dont les pauvres des milieux rural et urbain ainsi que les populations indigènes et de souche africaine. Continuum de soins Il faut adopter une approche globale et intégrée, ainsi que le préconise le modèle de continuum de soins, pour aborder le bien-être du nouveau-né dans le contexte de la santé de maternelle, néonatale et infantile.49 Ce qui regroupe, notamment : (a) les soins à dispenser de la phase précédant la grossesse à la période post-partum, soit les soins de santé aux jeunes filles et aux femmes en âge de procréer et les servicesconseils aux fins de promouvoir les comportements sains, le planning familial et la nutrition (assortie des suppléments appropriés d’acide folique). Ces soins doivent être liés au suivi de la mère avant, pendant et après l’accouchement et du nouveau-né. Cette approche compte énormément vu le lien très étroit qui existe entre la santé de la mère et celle de son bébé; (b) le continuum de soins de la maison à l’hôpital. La question est cruciale. Puisque bien des naissances et des décès en période néonatale ont lieu au foyer et qu’un enfant, même né en établissement médical est exéaté sans tarder, il faut impliquer la famille et la collectivité. Maints facteurs liés aux traditions conditionnent le comportement de la famille pour ce qui est du moment et du lieu où se faire soigner. Par conséquent, les stratégies de communication et de mobilisation sociale pèsent lourd dans la promotion de comportements sains en rapport avec les soins préventifs de base et pour amener les personnes à rechercher les soins appropriés. Des éléments qui sont repris dans le cadre de BASICS/CDC/USAID qui s’appelle le «chemin de la survie».50 Ce modèle part de la nécessité d’intégrer et de coordonner les soins qui sont dispensés à l’intérieur et à l’extérieur du foyer. Le simple fait d’encourager les personnes à se faire soigner ne suffit pas et peut même se solder par une perte de crédibilité lorsque la qualité des services ne s’améliore pas dans les établissements, notamment l’attitude supportive du personnel. Or, ce dernier élément est nécessaire pour encourager les personnes à faire appel aux services de 129 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES santé. Un lien respecté et probant entre la collectivité et les établissements médicaux est aussi un plus. (c) Continuum de soins de la prévention au traitement. Une nécessité pour parvenir à réduire plus encore la mortalité néonatale. Certes, la prévention compte mais les bébés connaîtront immanquablement des problèmes de santé qu’il faudra soigner. En fait, c’est ce besoin qui suscite la plus grande demande au sein de la collectivité. Assurer un continuum de soins intégrés ne sera pas forcément chose aisée compte tenu d’une série de difficultés, notamment l’insuffisance de moyens, à la fois financiers et humains. Il faut donc prioriser les activités en fonction des besoins locaux en commençant par les interventions les plus faisables pour passer progressivement aux suivantes. De même, travailler avec des partenaires qui peuvent s’occuper de différents volets et apporter des ressources supplémentaires sera aussi bénéfique. Perfectionnement des qualifications et compétences des prestataires de soins de santé La Déclaration universelle des Droits de l’Homme stipule que « la mère et l’enfant ont droit à des soins et à une assistance de caractère particulier » et la Convention des Droits de l’Enfant garantit son droit au meilleur état de santé qui puisse être.51 Pour que les enfants puissent atteindre le meilleur état de santé, il faut passer en revue les rôles et les fonctions attribués aux prestataires de soins, aux médecins, infirmières, sagesfemmes et aides-soignantes, notamment ceux qui se trouvent en région périphérique (les 130 travailleurs de première ligne) afin de s’assurer des compétences dans le domaine de la santé infantile, en particulier de celle du nouveauné. Il faut absolument faire en sorte que les prestataires maîtrisent les techniques de soins essentiels et d’urgence pour le nouveau-né pour éviter qu’il ne meure et ne tombe malade.52, 53 Les programmes de formation destinés aux travailleurs de la santé qui s’occupent des nouveaux-nés doivent insister : 1) sur la prise en charge prénatale, notamment la vaccination contre le tétanos, la nutrition, l’état de préparation à la naissance, le planning familial, ainsi que la détection précoce et le traitement des complications. 2) les soins essentiels à prodiguer au nouveauné en bonne santé, notamment le séchage et l’emmaillotage immédiats du bébé, le report du premier bain, la promotion de l’allaitement au sein immédiat et exclusif sans apport d’autres liquides, le nettoyage du cordon ombilical, les soins supplémentaires à apporter aux nouveauxnés atteints de faiblesse pondérale et aux prématurés, dont les soins dits de « mère kangourou » et une visite posnatale dans un délai de trois jours de l’accouchement, assortie d’une évaluation et d’une prise en charge adéquates. 3) les soins immédiats destinés au nouveauné malade, notamment la prévention de l’asphyxie à la naissance, l’administration d’antibiotiques pour pallier à la septicémie et la référence dans les cas problématiques exigeant des soins spécialisés supplémentaires. 4) les soins postnataux pour mener une évaluation néonatale précoce. RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES 5) les comptétences de base pour pallier aux urgences obstétriques et néonatales, notamment le mode de fonctionnement d’une couveuse, l’administration d’ intraveineuse et de transfusion. Dans l’idéal, la mère et le nouveau-né devraient être pris en charge par un personnel qualifié comme un médecin, une infirmière ou une sage-femme. Pour autant, dans la région, un nombre non négligeable de services n’est assuré que par aide-soignante et les accouchements à la maison sont courants dans les communautés. Il faut donc absolument établir le lien avec les matrones (les « parteras » en espagnol), et les agents de santé communautaires comme indiqué dans la section consacrée à leurs interventions. L’adoption de la PCIME dans bien des pays en région ALC a posé un cadre que l’on peut améliorer en renforçant des éléments comme le volet nouveau-né, la qualité des soins de santé et des fournitures médicales en mettant en exergue la prise en charge des infections et l’identification des bébés atteints de faiblesse pondérale, ainsi que l’amélioration des soins à la naissance. Si les pays affichant le taux de mortalité néonatale ont, souvent, un pourcentage élevé d’accouchements réalisés par du personnel qualifié, le simple fait de disposer d’effectifs formés n’est pas toujours garantie de meilleurs résultats comme l’indiquent les données en provenance de quelques pays (Annexe 1). Un recul de la mortalité néonatale exige ce qui suit : une meilleure formation assortie d’un contrôle qualité et d’une supervision de soutien ; des progrès dans l’infrastructure, la disponibilité et l’entretien de l’équipement de base ; la disponibilité de fournitures et de médicaments pour la prévention, le traitement et les soins d’ur- gence. En plus des qualifications techniques requises, le respect des pratiques culturelles, une attitude plus supportive et une communication meilleure de la part des prestataires de soins peut grandement contribuer à ce que les familles acceptent les services de santé. Meilleure qualité des soins hospitaliers dispensés au nouveau-né Dans les hôpitaux de plus grande taille, il faut que les unités de soins spéciaux et intensifs néonataux prêtent une plus grande attention à la qualité de leurs services. Il faut, notamment, qu’ils se focalisent sur la prise en charge de l’asphyxie, la prévention des infections (nocosomiales surtout) et le recrutement d’effectifs suffisants et compétents en soins destinés au nouveau-né, capables de se servir de l’équipement et d’administrer correctement les médicaments. Dans les établissements hospitaliers plus vastes, il faut prévoir des pavillons séparés pour s’occuper des nouveaux-nés à risque et malades. Le choix des procédures et du matériel est aussi important. Il faut donner la priorité, d’une part, à l’adoption de procédures moins invasives et moins susceptibles, par conséquent, de provoquer des infections et, d’autre part, à l’achat de matériel dont l’entretien et les réparations ne posent pas de difficultés. Si des pièces comme les couveuses et le matériel de respiration artificielle sont utiles, les services ne doivent les acquérir que lorsqu’ils ont les moyens suscités et le personnel qualifié capables de s’en servir avec efficacité, faute de quoi, c’est inviter des problèmes comme l’infection et le surcroît de mortalité. Disposer de médecins et d’infirmières dûment formés et de matériel approprié sont deux facteurs d’une importance capitale pour prodiguer aux nouveaux-nés des soins de qualité optimale. 131 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES Améliorer la qualité du service à l’échelon de l’établissement médical 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) Promouvoir l’adoption d’une approche globale basée sur le continuum de soins (a) avant la conception, pendant la grossesse, la naissance, la période prénatale et la croissance, (b) de la maison à l’hôpital (c) aux soins préventifs et traitements. Planifier et mettre en œuvre des mesures propices pour la mise à l’échelle et à la pérennisation des efforts. Assurer la formation adéquate des professionnels de la santé de pair avec le contrôle qualité et une supervision d’appui. Encourager la disponibilité continue de fournitures adéquates (médicaments appropriés et matériel convenable), en particulier dans les établissements de premier contact avec les patients. Renforcer et, ou instituer un mécanisme de triage pour la prestation de soins de qualité appropriée, à différents échelons, assortis de bons systèmes d’orientation médicale et de seconde opinion. Promouvoir, au niveau des établissements, la formulation de stratégies de communication dans le but d’influer sur des comportements familiaux essentiels à l’amélioration de la santé du nouveau-né. Nouer des liens fonctionnels entre les sages-femmes formées des établissements médicaux et leurs homologues traditionnelles ainsi qu’avec d’autres agents de santé, et ou volontaires communautaires dans le but d’augmenter le nombre de mères aiguillées vers les spécialistes de santé. Planifier et engager, tôt en amont, des activités axées sur des objectifs à long terme, dont : a. le perfectionnement, avant l’entrée en poste, des connaissances des médecins, infirmières / sagesfemmes et autres effectifs paramédicaux, b. l’augmentation du nombre de sages-femmes dûment qualifiées, tout particulièrement d’un corps d’infirmières et de sages-femmes disponible 24 h sur 24, avec à l’appui suffisamment de médicaments, de fournitures, de matériel ainsi que des systèmes de référence fonctionnels. Renforcementet implication du secteur privé Il serait bon d’inclure des praticiens privés, comme les médecins ou les infirmières, dans les programmes de renforcement des capacités puisque eux aussi peuvent être associés aux soins à prodiguer aux nouveaux-nés. En région ALC, le personnel de santé formel, tels les docteurs, n’a pas nécessairement été formé en obstétrique ou n’est pas forcément compétent, à part entière, dans ce domaine. Il est possible de former du personnel qualifié en soins néonataux et de les appuyer comme indiqué plus haut, dans le secteur public. À l’échelon de la collectivité, le prestataire privé inclut aussi les personnes qui vendent 132 des médicaments et certains guérisseurs traditionnels. On peut former ces derniers à la promotion de comportements sains, un peu à la manière des agents de santé communautaires. Perfectionnement des connaissances avant l’entrée en poste La formation sur le tas ou continue exige, souvent, temps et dépenses. Elle occupe aussi le personnel qui n’accomplit plus son travail pendant la formation. Il faut donc la réserver à l’actualisation des connaissances et aux stages de remise à niveau. Par conséquent, il est essentiel que la formation, avant l’entrée en poste, des médecins, infirmières, sages-femmes RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES et du personnel paramédical gagne en qualité de sorte que, à la fin des études ou peu après, les effectifs concernés disposent des compétences et des qualifications requises pour les soins essentiels à prodiguer aux nouveaux-nés. À tout le moins, les compétences à acquérir concernent : les soins de prévention de base, la réanimation en cas d’asphyxie à la naissance, la prise en charge de problèmes mineurs dont les infections, l’administration d’antibiotiques par voie orale et parentérale, l’identification des signes de danger et la référence aéquate. C. Promouvoir les interventions de proximité Un nombre non négligeable de naissances, et de décès de nouveau-nés se produit à la maison. Et même lorsque la mère accouche en hôpital, elle est exéatée avec son nouveauné sans tarder. Il est donc capital d’associer la collectivité à la promotion de comportements propices à la santé (comme l’allaitement immédiat et exclusif au sein, le maintien du bébé au chaud et au sec) et de la recherche d’une aide médicale précoce et appropriée en cas de problèmes. La région doit aussi investir dans des plans de préparation aux naissances, des systèmes de transports publics et de surveillance. Le fait de pouvoir transporter une mère ou son nouveau-né malade à destination d’un établissement de soins convenable permettra d’améliorer les résultats de santé. Rôle des travailleurs sanitaires de proximité Les soins de proximité vont bien au-delà des programmes de formation destinés aux matrones. Ils nécessitent l’édification des capacités de tous les agents de santé et volontaires communautaires disponibles, dont animateurs sanitaires, matrones et autres acteurs de la société comme les enseignants, les membres des associations de jeunes, les syndicats, avec des programmes adaptés à leur niveau. Ces interventions doivent prévoir des stratégies de communication et de mobilisation communautaire dans le but de promouvoir des comportements sains et d’augmenter le recours aux services de santé existants. Les soins de santé communautaire ont un rôle majeur à jouer dans tous les pays et toutes les régions, mais il est crucial de mettre l’accent sur et d’impliquer davantage les agents de santé et les volontaires communautaires, dont les matrones, dans les zones difficiles d’accès qui, traditionnellement, ne sont pas couvertes par d’autres services de santé. Il y a bien longtemps que les matrones opèrent dans les communautés où elles ont établi des rapports étroits et jouissent de crédibilité auprès de bien des familles. Par le biais de la mobilisation communautaire et de bons rapports avec les matrones, les agents de santé et volontaires communautaires seront notifiés, sans tarder, de la survenue d’une naissance. Ceci encouragera la réalisation de visites postnatales précoces. Dans les lieux où des membres de la famille sans formation, réalisent les accouchements, la difficulté d’intervenir en cas de complications à la naissance et de problème néonatal est manifeste. Pour ce qui est de rechercher l’aide médicale convenable, il peut arriver que la mère répugne à se faire soigner par des travailleurs de santé formels. Les pratiques culturelles et les superstitions peuvent aussi s’opposer à ce qu’elle recherche une prise en charge néonatale et post-partum. On cherche, de plus en plus, à établir des liens entre les matrones et les sages-femmes qualifiées, en s’appuyant sur les premières pour détecter les signes de danger et réaliser les références précoces vers des services spécialisés pour les cas difficiles. La promotion 133 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES des pratiques essentielles de soins à la mère et au nouveau-né et les grands messages communiqués à la collectivité doivent aussi encourager à recourir aux services de santé. Il serait peut-être judicieux, aussi, d’enseigner des techniques de soins d’urgence à domicile .54 Mobilisation de la collectivité et de la société Deux facteurs revêtent une importance capitale pour les soins maternels et néonataux : la participation sociale et l’engagement des familles. Les ONG, les organisations confessionnelles, les autorités civiles et les services de santé locaux ont tous un rôle majeur à assumer dans le but de mobiliser la communauté et de renforcer les capacités des associations locales. Les groupes de femmes qui ont bénéficié de formation en soins maternels et néonataux ont joué un role important , on le sait, dans la promotion et le plaidoyer pour des soins de santé de qualité. On a aussi mis en exergue le poids tout particulier des grands-mères dans la promotion des changements de comportements au sein de la communauté.55 Il faut également impliquer les hommes dans la mobilisation communautaire. On en a particulièrement besoin pour autonomiser les femmes, partager les rôles de donneurs de soins et trouver des moyens de transport en cas d’urgence. Les associations locales ont aussi une contribution positive à apporter en constituant des réseaux de soutien en cas d’urgence. L’accès à un mode de transport fait la différence entre vivre ou mourir pour une mère ou un nouveau-né à risque ou en proie à des complications. Il est aussi nécessaire d’adopter des méthodes novatrices de prise en charge de certains problèmes néonataux au moins, à la maison ou au sein de la communauté, lorsque la 134 référence médicale est impossible, tout particulièrement dans les cas où les difficultés d’accès géographique aux services de santé sont le principal obstacle à la prestation de soins à temps. Pour améliorer les soins, tant à l’échelon de la collectivité que de l’établissement médical, il est capital de promouvoir l’adoption de comportements bénéfiques à la santé comme pouvoir accéder à des soins prénataux, disposer d’une personne qualifiée pour l’accouchement, allaiter au sein de manière immédiate et exclusive et rechercher les soins appropriés en cas de difficultés après la naissance. Au nombre des stratégies qui ont permis de faire évoluer les comportements dans un sens propice à la santé, citons : Le sens du contact avec les personnes : un agent de santé communautaire, un agent bénévole tout comme le personnel d’un établissement de santé est en mesure de faire passer des messages clés. Il est utile de renforcer les capacités en insistant sur la faculté de communication, l’aptitude à la négociation et l’utilisation de messages clés, clairs et succincts. Comme dans toute formation, le contrôle de qualité, la supervision d’appui et le suivi sont d’une importance capitale. Au niveau de l’établissement de santé, il se peut que les stratégies de communication posent plus de difficultés, le personnel ayant tendance à s’axer d’abord sur la prestation de soins et moins sur l’éducation en matière de santé. Cependant, mettre à contribution des agents de santé communautaires établis et bien formés au niveau des dispensaires périphériques ou confier à un prestataire, désigné sur la base de rotation, la tache de communiquer certains messages, sont deux moyens d’alléger cette charge. RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES Méthodes traditionnelles : Dans certaines collectivités, les méthodes de communication classiques, comme le théâtre de rue et les jeux de marionnettes ont prouvé leur utilité et sont un moyen acceptable de faire passer des informations de caractère important. Mass médias: En plus des méthodes suscités, le recours aux mass médias peut se révéler bénéfique pour diffuser largement des messages clés ; toutefois, étant donné les difficultés que suscitent les coûts de cette stratégie, il est recommandé de se mettre en quête de subventions publiques et d’amener les bailleurs de fonds à apporter leur écot. Appuyer les interventions de proximité et les stratégies de communication 1. Renforcer les capacités des agents de sdanté communautaires, des volontaires , des matrones (parteras) et autres intervenants convenables, moyennant un contrôle qualité et une supervision d’appui. 2. Mettre en œuvre des stratégies de communication propices à des comportements sains (cf. la partie sur la communication). 3. Promouvoir la mise en œuvre de stratégies de mobilisation sociale et communautaire dans le but d’impliquer les dirigeants la cs et religieux . les groupes de femmes, de grand-mères, de jeunes et d’hommes dans la promotion de comportements sains et dans la réponse à des besoins particuliers, dont l’état de préparation à la naissance, les moyens de transport et une aide financière. 4. Nouer des liens entre la collectivité et l’établissement de santé, et les renforcer. 5. Assurer d’autres modalités de prise en charge à la maison et au sein de la communauté lorsque la référence à un établissement médical n’est pas possible. 6. Élaborer des messages prioritaires simples, de manière à encourager des comportements essentiels propices à la santé. 7. Communiquer ces messages à l’aide de plusieurs stratégies adaptées, dont la communication interpersonnelle, les méthodes traditionnelles et les mass médias. 8. D. Explorer les moyens de subventionner les coûts du recours aux mass médias. Élaborer et renforcer des systèmes de suivi et d’évaluation Quel que soit l’échelon considéré, le suivi et l’évaluation (M&E) constituent deux éléments essentiels de la planification dans un système de santé, des programmes de prestation de services et des systèmes d’information sanitaires. Il est donc crucial de renforcer les capacités pour évaluer l’impact, et suivre la performance si l’on veut réduire la mortalité néonatale, atténuer les vulnérabilités et améliorer la santé néonatale. La fixation de buts intermédiaires, que l’on peut atteindre, est une priorité fondamentale dans l’élaboration d’un système de suivi et d’évaluation. 135 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES Pour suivre les progrès accomplis dans les programmes et les interventions de promotion de la santé néonatale, il est essentiel d’avoir en place des programmes d’évaluation et de suivi permettant de documenter les résultats et d’évaluer les services de soins tout comme la réaction des collectivités. Il faut aussi vérifier que les mesures publiques prévues ont bel et bien été mises en œuvre. Un système de suivi probant permettra également de mettre le doigt sur les obstacles et les inégalités en matière d’accès à des services médicaux de qualité. Le suivi devrait faire partie intégrante de la mise en œuvre des programmes et l’analyse des données destinées à la prise de décisions doit être intégrée dans la culturelle professionnelle du personnel de santé. Il faut instituer des systèmes de M&E pour rehausser le profil des groupes vulnérables ou marginalisés et assurer leur couverture par les services de santé. La mise en place ou la consolidation des systèmes d’enregistrement de l’état civil, notamment pour la déclaration des naissances (en précisant le poids à la naissance), des mortnés et des décès au cours de la période néonatale (en précisant l’âge au moment du décès) sont deux étapes cruciales pour le développement des systèmes de suivi et d’évaluation. Ces systèmes doivent, au minimum, permettre de rapporter et d’enregistrer ces faits à temps et avec précision, et de fournir les données nécessaires à l’évaluation de la couverture et de la qualité de services et de la riposte des collectivités. Le suivi étant un volet essentiel de la planification et de la mise en œuvre des programmes, il faut que l’analyse des données aux fins de prise de décisions de caractère opérationnel devienne un élément constitutif de la description de poste du personnel de santé. C’est ainsi qu’il est capital d’élaborer un jeu d’indicateurs standard minimum qui 136 se prêtera à la collecte de données. En outre, il faut que ces données soient consultées régulièrement, à des échelons clés, pour suivre les résultats, puis planifier et apporter les changements nécessaires pour parvenir aux buts et aux résultats prévus. Il existe divers moyens pour renforcer et améliorer un système de santé en vue et par le biais de la collecte et de l’analyse de données, notamment : l’obligation de déclarer les nouveaux-nés et de signaler les cas de mort-né et de décès néonatal ; la formulation de mesures ayant fait leurs preuves dans des cadres prioritaires ; le financement fiable des interventions essentielles par voie d’affectations budgétaires prévisibles ; le développement adéquat des ressources humaines, la quête d’efficience dans la chaîne d’approvisionnement et les systèmes logistiques et la garantie de l’accès gratuit à un paquet essentiel de services de santé. Les méthodes d’évaluation comme l’analyse de cas, l’audit périnatal et l’enregistrement d’autopsie verbale se sont révélé utiles pour repérer les problèmes de santé néonatale, sous l’angle de l’offre de services et de la demande émanant de la société. Si chaque méthode a ses avantages, il faut prendre soin d’associer les prestataires de soins et la collectivité et faire le choix technique adapté à la situation locale. Dans l’idéal, il faudrait peser et déclarer le nouveau-né à la naissance. En effet, enregistrer le poids à la naissance est un moyen probant de suivre le nombre de cas de faiblesse pondérale. Aujourd’hui, c’est une donnée dont on dispose surtout lorsque l’accouchement se fait en environnement hospitalier (voir l’Annexe 1). Une récente analyse de l’action mondiale en faveur de la santé infantile propose aussi de suivre les efforts visant à prévenir la transmission du VIH de la mère à l’enfant, RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES bien que cela exigera de suivre les enfants quelques années.56 Par conséquent, il existe bien un large éventail d’indicateurs,57, 58 mais, dans la pratique, il faut absolument se limiter à quelques indicateurs clés qui se prêtent à la collecte de données. Les pays ont tiré profit des enquêtes démographiques et sanitaires externes ainsi que des enquêtes sur la santé maternelle et infantile qui sont menés régulièrement en région ALC. Cependant, les pays et leur ministère de la santé doivent améliorer leurs propres systèmes de collecte régulières de données, en y intégrant non seulement des indicateurs cruciaux de santé néonatale et des statistiques vitales, mais aussi en renforçant les capacités de sorte que les localités et les départements puissent utiliser à bon escient les informations recueillies. Les systèmes de surveillance communautaire ont pour but d’amener la collectivité et les acteurs sociaux à s’investir, dans le but de créer une dynamique propice à la collecte, à l’analyse de données et de répondre concrètement aux problèmes de santé observés. Pour une communauté, le simple fait d’enregistrer les cas de morbidité et de mortalité peut être un moyen fort pour focaliser l’attention sur la santé de la mère et du nouveau-né. Promouvoir des stratégies essentielles de suivi et d’évaluation 1) 2) 3) 4) 5) Sélectionner des indicateurs clés, priortaires et réalisables en termes de collecte de données, dont : (a) taux de mortalité néonatale, (b) taux de mort-nés – en établissant, de préférence, la distinction entre décès récent et mort avec macération, vu que certains « décès » récents peuvent être prévenus et que d’autres constituent une mort néonatale précoce, (c) pourcentage de naissances accompagnées par sage-femme qualifiée, (d) pourcentage de naissances en milieu hospitalier, (e) pourcentage de mères ayant effectué deux visites prénatales ou plus (f) pourcentage de nouveaux-nés qui allaitent dans un délai d’une heure après la naissance, (g) pourcentage de nouveaux-nés nourris exclusivement au sein au cours de leur premier ois d’existence, (h) pourcentage de bébés ayant reçu des soins postnataux dans les trois jours suivant leur naissance, (i) pourcentage de collectivités ayant dressé des plans d’évacuation en cas d’urgence, (j) pourcentage de femmes bénéficiant de soins prénataux assortis d’un plan de préparation à l’accouchement. Encourager le suivi continu des statistiques vitales par les autorités locales. En plus du recueil de données destinées aux centres nationaux de statistiques, encourager l’analyse et l’utilisation des données localement dans le but d’améliorer la qualité de service, en associant les dirigeants de la communauté à ces initiatives. Prévoir dans les systèmes de suivi des mécanismes garantissant la couverture des groupes démunis et marginalisés. Mettre en place des systèmes de surveillance communautaire assortis de plans d’action. 137 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES 5. Conséquences financières Les auteurs du rapport publié par l’OMS en 2005 intitulé Pour que chaque mère et chaque enfant compte insistaient sur le fait que « plus de 6 millions d’enfants pourraient être sauvés grâce à de simples soins de santé ».59 La série Bellagio sur la survie de l’enfant affirme qu’en élargissant le taux de couverture des interventions sanitaires éprouvées, l’on pourrait prévenir 63 % de tous les décès infantiles et de 35 à 55 des cas de mortalité néonatale.60 L’étude indique aussi que 90 % des mères et des nouveaux-nés pourraient être couverts par ces interventions, moyennant un coût d’un dollar (US) par personne. Il est essentiel que les pays de la région ALC prévoient, dans les budgets nationaux et locaux, des ressources pour mettre en œuvre les interventions prévues. En outre, les agences de coopération internationales doivent aussi mettre des fonds de côté pour assurer la viabilité des efforts entrepris par les pays. Vassil Anastasow Le nouveau Partenariat mondial pour promouvoir la santé des mères, des nouveaux- nés et des enfants (PMNCH) apporte la preuve que des agences internationales comme l’USAID, l’OPAS/OMS, l’UNICEF et la Banque mondiale sont résolus à faire reculer le nombre de décès chez les nouveauxnés et la mortalité néonatale. Ainsi s’ouvre la possibilité de créer des cellules de coordination, à l’échelle nationale et régionale, dans le but d’harmoniser l’aide technique et financière. Donner au bébé beaucoup d’amour 138 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES 6. Étapes à venir Un document de stratégie régionale tel que celui-ci n’a d’utilité que si l’on s’en sert à l’échelon des pays et que s’il débouche sur un recul de la mortalité et de la morbidité néonatale. Chaque pays devra déterminer les mesures les mieux adaptées pour atteindre les ODM 4 et 5. Vous trouvez ci-après quelques suggestions d’étapes à venir proposées aux pays pour aller de l’avant. 1) Passer en revue les grands éléments de la stratégie régionale et préparer une version adaptée qui peut être appliquée au sein du pays, compte tenu des conditions locales. 2) Œuvrer avec les partenaires dans le but : a. de mettre sur pied une cellule de coordination ou un comité national regroupant des partenaires clés en matière de santé néonatale, dont des représentants du gouvernement, d’autres parties prenantes, des ONG, des groupes confessionnels, des associations professionnelles et autres organisations. b. Constituer des groupes de travail de taille plus restreinte chargés d’étudier des volets particuliers comme l’édification des capacités assortie d’un contrôle qualité et d’une supervision d’appui, les soins de proximité, les stratégies de communication, ainsi que les systèmes de suivi et d’évaluation. c. Nouer des liens fonctionnels soutenus avec les partenaires qui travaillent au sein de l’administration des pays, des établissements de soins et dans la collectivité, dans les secteurs public et privé. 3) Dresser un plan de travail visant à améliorer la santé néonatale dans le contexte de la promotion de la santé maternelle et infantile, sur une période déterminée. 4) Définir des actions prioritaires clés et réalistes, pouvant être exécutées pendant la phase initiale, soit pendant la ou les deux premières années. 5) Définir le budget requis pour la mise en œuvre des activités prévues, identifier les sources de financement adaptées et engager les tâches de plaidoyer et les mesures appropriées pour obtenir ces ressources auprès des autorités nationales et d’autres parties intéressées. 139 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES Annexe 1 Taux de mortalité néonatale et maternelle, d’accouchements accompagnés par du personnel qualifié et de bébés souffrant de faiblesse pondérale à la naissance dans des pays choisis de la région ALC, 1994-2000. Pays Taux de mortalité néonatale (TMN)a Taux de mortalité périnatalea Ratio de mortalité % d’accouche-ments % de bébés atteints maternelle avec présence de sagesd’insuffisance (pour 100 000 femmes qualifiées b pondérale c naissances vivantes) b,d,e Scénario 1 : TMN égal ou supérieur à 20 140 Haïti Bolivie Guyana 34 27 25 République dominicaine Guatemala Surinam Honduras Nicaragua Equateur Pérou Paraguay El Salvador Brésil Mexique 19 19 18 18 18 16 16 16 16 15 15 Colombie Trinité & Tobago Venezuela Panama Argentine Jamaïque Barbades Uruguay Costa Rica Chili Cuba 14 13 12 11 10 10 8 7 7 6 4 54 523 31 230 40 123,3 Scénario 2 : TMN compris entre 15 et 19 28 91,7 23 77,7 30 n/d 28 108 23 87,3 20 76,4 20 185 20 174,1 20 173 20 64,6 22 62,4 Scénario 3 : TMR inférieur à 15 23 77,8 26 67d 18 57,8 15 43 14 40,1 17 95 17 n/d b 14 51d 13 36,3 8 17,3 14 52.2 24,2 60,8 94 21 7 12 97,8 31,4 90 62 77,2 78,6 71,1 85,9 79 96,6 93,4 11 12 13 14 12 16 11 9 7 10 8 95,7 99,6 99,7 91,3 99,1 95 100 99,3 97,5 99,8 99.9 9 23 9 10 8 10 10 8 7 5 6 Sources : a OMS. Neonatal and Perinatal Mortality 2006 : Country, Regional and Global Estimates (Mortalité néonatale et périnatale en 2006 : estimations nationales, régionales et mondiales). Consultées (07/12/06) sur http://www. who.int/making_pregnancy_safer/publications/neonatal.pdf b OPS/OMS, Situación de la Salud en las Américas. Indicadores Básicos, 2006. (Bilan de santé dans les Amériques. Indicateurs de base) Consulté (07/27/06) sur https://intranet.paho.org/DD/AIS/INDICADORES2006_SPA.PDF c UNICEF. State of the world´s children 2006. (État de l’enfance dans le monde) Consulté (07/27/06) sur http:// www.unicef.org/sowc06/pdfs/sowc06_fullreport.pdf d Saving Newborn Lives. State of the World’s Newborns 1995-2000. (Bilan sur les nouveaux-nés dans le monde) Save the Children. Washington. e OMS. Maternal Mortality in 2000: Estimates developed by WHO, UNICEF, UNFPA. (Mortalité maternelle en 2000 : estimations de l’OMS, UNICEF, FNUAP) Consulté sur http://www.who.int/reproductive-health/ publications/maternal_mortality_2000/mme.pdf RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES Annexe 2 Figure 1 Soins Obstetriques et Neonataux Essentiels (SONE) Pour la mère (SOE) Pour le nouveauné (SNE) • • • • • Antibiotique Oxytocine Anticonvulsif (injectable) Enlèvement manuel du placenta PLUS Enlèvement des produits résiduels de l’embryon (dilatation et curetageou MVA) • Accouchement vaginal assisté • Reanimation néonatale avec masque et ventilation manuelle • Surveillance de la temperature du bébé • Antibiotique contre la sepsie néonatale • Soins néonataux essentiels (SNE) • SOE de base PLUS • Césarienne • Transfusion sanguine • SNE PLUS • Ventilation Assistée • Solutions intraveinneuses Fonctions SONE de base Fonctions SONE completes SOE: Soins obstétrique essentiels SNE: Soins néonataux essentiels SONE: Soins obstétrique et néonataux essentiels 141 RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES Références bibliographiques 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 142 Behrman J, Gaviria A, Székely M eds. Social exclusion in Latin America and the Caribbean: Perception, reality and implications. In: Who’s In and Who’s Out. Washington, DC: Interamerican Development Bank, 2003. World Health Organization. The World Health Report: 2005: make every mother and child count. Geneva: WHO, 2005. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. Ministry of Health and Sports, Bolivia. Health SituationBolivia 2004. Minstry of Health and Sports, 2004. [http://www.sns.gov.bo/asis/ASIS 2004 v62.pdf, accessed 11/25/2006] HAÏTI: Enquête Mortalité, Morbidité et Utilisation des Services 2000 (EMMUS-III). Pétionville, Haïti: l’Institut Haïtien de l’Enfance (IHE); 2000. World Health Organization. The World Health Report: 2005: make every mother and child count. Geneva: WHO, 2005. Pan American Health Organization. Regional strategy for maternal mortality and reduction. 26th Pan American Sanitary Conference. Washington, DC: PAHO, 2002. [http://www.paho.org/english/gov/csp/csp26-14-e.pdf, accessed 11/1/2006] United Nations General Assembly. 55/2. United Nations Millennium Declaration, 2000. [www. un.org/millennium/declaration/ares552e.htm, accessed 12/1/2006] World Health Organization. Working towards universal coverage of maternal, newborn and child health interventions: 58th World Health Assembly. Geneva: WHO, 2005. Darmstadt GL, Bhutta ZA, Cousens S, Adam T, Walker N, de Bernis L. Evidence-based, cost-effective interventions: how many newborns babies can we save? Lancet 2005; 365 (9463):977-988. Costa AM, Guilhem D, Walther MI. Prenatal care within Brazil’s unified health system. Rev. Saúde Pública. 2005;39:768-774. Pan American Health Organization. Health situation of the Americas: basic indicators 2004. PAHO/AIS/04.0. Washington, DC: PAHO, 2004. Health indicators: building blocks for health situation analysis. Epidemiol Bull. 2001;22(4):1-5. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. World Health Organization. Neonatal and perinatal mortality: country, regional and global estimates. Geneva: WHO, 2006. World Health Organization. Neonatal and perinatal mortality: country, regional and global estimates. Geneva: WHO, 2006 Stanton C, Lawn JE, Rahman H, Wilczynska-Ketende K, Hill K. Stillbirth rates: delivering estimates in 190 countries. Lancet 2006;367 (9521):1487-1494. World Health Organization. The World Health Report 2005. Pan American Health Organization. Grupo asesor tecnico AIEPI (GATA): informe de la cuarta reunion. Washington, DC: PAHO, 2004. Lawn JE, Wilczynska-Ketende K, Cousens SN. Estimating the causes of 4 million neonatal deaths in the year 2000. Int J Epidemiol 2006;35:706-718. Pan American Health Organization. The Integrated Management of Childhood Illness (IMCI): The contribution to the Millennium Development Goals. Washington, DC: PAHO, 2003. Pan American Health Organization. Infant mortality situation in the Americas, 1990-2002: monitoring progress towards MDGs. Epidemiol Bull. 2004;25(2):4. Save the Children. State of the world’s newborns. Washington, D.C.: Saving Newborn Lives, Save the Children; 2001. Darmstadt GL, Lawn JE, Costello A. Advancing the state of the world’s newborns. Bull World Health Organ. 2003;81:224-225. Pan American Health Organization. Health Situation of the Americas, Basic Indicators. 2004. Pan American Health Organization. Basic indicator data base: Health Analysis and Information System Area (AIS). Washington, DC: PAHO/AIS, 2005. Pan American Health Organization. Basic indicator data base: Health Analysis and Information System Area (AIS). Washington, DC: PAHO/AIS, 2005. World Health Organization. Neonatal and perinatal mortality: country, regional and global estimates. Geneva: WHO, 2006. Pan American Health Organization. Regional strategy for maternal mortality and reduction. 26th Pan American Sanitary Conference. Washington, DC: PAHO, 2002. World Health Organization. The World Health Report: 2005: make every mother and child count. Geneva: WHO, 2005. RÉDUIRE LA MORTALITÉ ET LA MORBIDITÉ NÉONATALE EN AMÉRIQUE LATINE ET DANS LES CARAÏBES 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 43. 44. Darmstadt GL, Bhutta ZA, Cousens S, Adam T, Walker N, de Bernis L. Evidence-based, cost-effective interventions: how many newborns babies can we save? Lancet 2005; 365 (9463):977-988. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. BASICS/ Pan American Health Organization. Selected annotated bibliography on newborn health: evidence based information for developing country programs including public health aspects. Arlington, VA: BASICS II/USAID, 2004. Zulfiqar AB, Darmstadt GL, Ransom EI. Using evidence to save newborn lives. Policy Perspectives on Newborn Health. Washington, DC: Population Reference Bureau, 2003. ACCESS Program. 2005. Household - to Hospital Continuum of Maternal and Newborn Care. JHPIEGO/ ACCESS Program: Blatimore MD Perú: Encuesta Demográfica y de Salud Familiar [Demographic Family Health Survey]. Lima, Perú: Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2004. [http://www.measuredhs.com/pubs/pdf/FR174/ PEO4FR.pdf. Accessed 10/28/2006] Instituto Nacional de Estadistica, Ministerio de Salud y Deportes. Bolivia: Encuestas Nacionales de Demografía y Salud: Salud Materno Infantil y Salud Mental y Física de Adultos. [National Demographic and Health Surveys] La Paz: ENDSA, 2004. [http://www.measuredhs.com/pubs/ pdf/FR159/00FrontMatter.pdf. Accessed 10/28/2006] Bang AT, Reddy HM, Deshmukh MD, Baitule SB, Bang RA. Neonatal and infant mortality in the ten years (1993 to 2003) of the Gadchiroli field trial: effect of homebased neonatal care. J Perinatol. 2005; 25 Suppl 1:S92107. Bang AT, Reddy HM, Deshmukh MD, Baitule SB, Bang RA. Neonatal and infant mortality in the ten years (1993 to 2003) of the Gadchiroli field trial: effect of homebased neonatal care. J Perinatol. 2005; 25 Suppl 1:S92107. World Health Organization. Global strategy for infant and young child feeding. Geneva: WHO, 2003. [http:// www.who.int/nutrition/publications/gs_infant_feeding_ text_eng.pdf. Accessed 06/20/2006] Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. Pan American Health Organization (PAHO). Family and Community Health (FCH) area. Situation Analysis, 2004. World Health Organization. Global strategy for infant and young child feeding. Geneva: WHO, 2003. Perez-Escamilla R. Effectiveness of MADLAC at improving breastfeeding promotion and counseling 45. 46. 47. 48. 49. 50. 51. 52. 53. 54. 55. 56. 57. 58. 59. 60. indicators in maternity wards in El Salvador: Arlington, VA: BASICS II/USAID, 2004. Pan American Health Organization. Epidemiol Bull. 2004 Pan American Health Organization. Second Technical Advisory Committee on HIV/AIDS/STI: 3 by 5 in the Americas. PAHO, 2006. [http://www.paho.org/english/ ad/fch/ai/3_by_5_Regional_Report_English.pdf, html version accessed 12/2/2006]. Pan American Health Organization/ CAREC. HIV Status and Trends, 2004. Pan American Health Organization. Second Technical Advisory Committee on HIV/AIDS/STI. 2006. Tinker A, ten Hoope-Bender P, Azfar S, Bustreo F, Bell R. A continuum of care to save newborn lives. Lancet 2005;365 (9462):822-825. Waldman R, Campbell CC, Steketee RW. Overcoming remaining barriers: the pathway to survival. Arlington, VA: BASICS, 1996. The universal declaration of human rights. Geneva: UN General Assembly, 1948. Accessed 11/12/2006 from http://www.un.org/Overview/rights.html. Waldman R, Campbell CC, Steketee RW. Overcoming remaining barriers: the pathway to survival. Arlington, VA: BASICS, 1996. Sibley LM, Sipe T. Traditional birth attendant training effectiveness- a meta-analysis: SARA Project/AED/ USAID, 2002. Buffington S, Sibley L, Beck D, Armsbruster D. Home based life saving skills where home birth is common. MD, USA: American College of Nurse Midwives, 2003. Aubel J, Ibrahima T, Mamadou D, Lazin K, Sene HA, Faye Y, Tandia M. Strenghtening grandmother networks to improve community nutrition: experience from Senegal. Gender and Development 2001; 9 (2):62-73. Horton R. The coming decade for global action on child health. Lancet 2006; 367 (9504):3-5. Haws R, Winch PJ, Castillo J. Innovative communitybased interventions to improve newborn health in Latin American and the Caribbean: The CORE Group, 2004. CORE. Maternal and newborn standards and indictors compendium. Washington, DC: Safe Motherhood and Reproductive Health Working Groups/CORE Group, 2004. World Health Organization. The World Health Report: 2005: make every mother and child count. Geneva: WHO, 2005. Jones G, Steketee RW, Black RE, Bhutta ZA, Morris SS. How many child deaths can we prevent this year? Lancet 2003; 362 (9377):65-71. 143